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Condenado a nueve años de cárcel el etarra que huyó de Torrevieja tras la muerte de su compañera

Anartz Oyarzabal era compañero de comando de la mujer, que falleció cuando estalló una bomba que manipulaba

La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha condenado a nueve años y seis meses de cárcel a Anartz Oyarzabal, al considerar probado que fue el etarra que huyó en julio de 2001 del apartamento de Torrevieja (Alicante) en el que murió la terrorista Olaia Castresana a consecuencia de la detonación del explosivo que estaba manipulando. El tribunal, presidido por el magistrado Javier Gómez Bermúdez, ha encontrado a Oyarzabal culpable de los delitos de tenencia ilícita de armas y tenencia o depósito de explosivos con finalidad terrorista.

Los magistrados consideran probado que Oyarzabal era el compañero de comando de Castresana y la persona que tras la explosión y el fallecimiento de la etarra, el 24 de julio de 2001, huyó de Torrevieja en un coche que fue hallado estacionado en la localidad navarra de Aoiz. Los terroristas se habían desplazado hasta la provincia de Alicante para llevar a cabo una campaña de atentados durante el verano.

La sentencia destaca que en el registro realizado en el domicilio que el acusado tenía en San Sebastián se encontraron dos pistolas, más de 14 kilos de explosivos, 16 detonadores y distintos elementos para la fabricación de bombas. Los magistrados Javier Gómez Bermúdez, Manuel Fernández de Prado y Fernando Gómez de la Fuente señalan que la "sola tenencia" de este material constituye "una amenaza intolerable para la seguridad de la comunidad"

Su presencia en el edificio de Torrevieja queda demostrada, según los magistrados del tribunal, por el hallazgo de varias huellas suyas en el piso, así como por la declaración de un testigo que le vio huir de la zona momentos después de la explosión. Además, según relataron varios testigos, Oyarzabal fue visto en los días anteriores a la explosión entrando y saliendo del apartamento de Torrevieja. Uno de los vecinos le vio tomarse unas cervezas en un bar cercano al edificio y otros presenciaron cómo el acusado ayudó a salvar a un niño que se estaba ahogando en una piscina de la zona vacacional.

"Por suerte fueron ellos y no ninguna persona inocente quienes sufrieron las consecuencias de la explosión", señaló el fiscal encargado del caso, Juan Moral, durante la vista oral celebrada el pasado 11 de noviembre, en la que Oyarzabal se negó a declarar.

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