A prisión tres hermanos por el ataque a un cuartel sevillano
Los jóvenes se han entregado en el juzgado de forma voluntaria
Un juzgado de Dos Hermanas (Sevilla) ha decretado hoy el ingreso en prisión sin fianza para tres jóvenes hermanos por su presunta participación en el ataque al cuartel de la Guardia Civil de esta localidad, ocurrido el pasado 10 de octubre y en el que resultaron heridos dos agentes.
Los tres hermanos, cuyas edades oscilan entre 29 y 20 años, se han entregado hoy voluntariamente en el juzgado de Dos Hermanas y, tras prestar declaración, el juez les ha imputado por presuntos delitos de atentado, lesiones, amenazas, tentativa de asesinato y desórdenes públicos.
Como presuntos participantes en el ataque al cuartel, ubicado en la barriada de Los Montecillos de Dos Hermanas, el juez ha ordenado el ingreso en prisión sin fianza de los hermanos M.H.R., P.H.R. y J.H.R., que cuentan con numerosos antecedentes policiales. También ha acudido voluntariamente esta mañana a dicho centro el padre de esos tres imputados, J.H.G., de 49 años, aunque finalmente no se ha adoptado ninguna medida judicial sobre él.
Los hechos ocurrieron pasadas las 20.00 horas del sábado 10 de octubre a las puertas de la sede de la Guardia Civil en Dos Hermanas, cuando, según el Instituto armado, entre 40 y 50 vecinos de Los Montecillos, una barriada conflictiva en la que está situado el cuartel, arrojaron piedras contra el edificio, al parecer sin motivo aparente.
Por ello, cuatro o cinco guardias salieron a la puerta para intentar disuadir a los agresores y posteriormente, cuando volvían hacia las instalciones, un guardia se rezagó y fue golpeado con un palo en la cabeza, por lo que sus compañeros volvieron en su apoyo y otro agente fue apuñalado en la mano, según la Guardia Civil.
Como consecuencia de la agresión, dos guardias civiles, de 32 y 36 años, resultaron heridos y fueron hospitalizados en una clínica privada de Dos Hermanas, uno con traumatismo craneoencefálico al ser golpeado con un palo, mientras que el otro tuvo que ser operado de las heridas que sufrió en una mano causadas por una cuchillada.
Los agentes tuvieron que refugiarse en el cuartel y pedir refuerzos, ya que continuaban tirándoles piedras, incluso desde los balcones de las casas colindantes con esa sede de la Guardia Civil, según la versión dada por la policía.
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