Una historia de torturas en el Teatro Español

Tejas verdes rescata, a través de siete monólogos, el Chile de la dictadura de Augusto Pinochet (1915-2006). La obra, que parte de testimonios y documentos reales, saca el nombre de uno de los centros de detención que abrieron los golpistas que derrocaron al presidente Salvador Allende. El dramaturgo español Fermín Cabal comenzó una investigación a través de la Red para hallar casos reales y se encontró con la historia de Colorina. Su único delito había sido enamorarse de un militante. En 1973 fue llevada a Tejas Verdes, donde la DINA, la policía secreta, acabó asesinándola.

Ahora la compañía de teatro Landen recupera esta obra en la Sala Pequeña del Teatro Español de Madrid (calle Príncipe, 25). Para revivirla, han recubierto las paredes de periódicos y recrean la historia de terror que vivió el país andino hace 25 años a partir de la de una joven torturada y asesinada. Las mujeres que la conocieron nos cuentan su historia: la que la delató, su compañera de celda, la abogada... conseguirán que el espectador la conozca mejor y que su voz cruce el tiempo hasta nuestros días. Al mismo tiempo, las actrices tratarán de defender el punto de vista de cada una de las mujeres que se vieron implicadas.

"No tomamos partido, el ser humano es así", comenta el director del montaje, Pape Pérez, "eso no quiere decir que el verdugo sea el verdugo y la víctima la víctima. Pero nos interesaba más reflexionar sobre el hecho de que la vida te coloca en una posición determinada y, a partir de ahí, se desarrolla tu historia". Por ejemplo, en el caso de la joven que delató a Colorina. "Ella se quebró porque le pusieron delante de su hijo y comenzaron a romperle los dedos, como madre no pudo soportarlo". Se quebró y delató a su amiga, a sus amantes, a su familia... sólo porque dejaran de hacerle daño.

"Como se se lo contaran a quien tienen al lado"

Para acercar más al público a la historia, las actrices se mueven alrededor del público. Incluso se sientan entre los espectadores y les cuentan su historia "como si se la contaran sólo a la persona que tienen al lado". Pérez destaca la importancia de acercar el texto al público para que se sienta aún más implicado con la trama. Al mismo tiempo los bombardean con imágenes de los medios de comunicación, desde que entran en la sala, para hacer patente que lo que se cuenta es real.

La historia comienza por el final, por la búsqueda del cadáver de una desaparecida, una chica a la que sacaron de su casa y de la que su familia no volvió a saber nada y, poco a poco, va dejando al descubierto todo lo que sucedió. "El ser humano tiene derecho a descansar, a saber qué es lo que pasó con sus seres queridos", comenta Pérez. "No entiendo el debate que hay ahora sobre si abrir las fosas de los fusilados durante la Guerra Civil. Yo conozco un caso de un hombre que ya tendrá unos ochenta años que continúa preguntándose dónde estará su padre. Tiene derecho a saberlo y a descansar de una vez".

Pero al mismo tiempo la obra pretende "no olvidar y no perdonar". La obra se presenta como "otra historia de torturas" porque, en palabras de su director, hay muchas historias de torturas. En cada momento de la historia se pueden encontrar en algún lugar del mundo: en Chile hace un cuarto de siglo, ahora en Irak... El director defiende que sucesos como el de Chile no se pueden olvidar para que no se repitan. "El ser humano es muy frágil. En cualquier momento puede cruzar la línea y comenzar ha hacer daño a quienes le rodean. Si se olvidan sucesos como aquel es más fácil que esto pase".

'Tejas verdes' se podrá ver en el Teatro Español de Madrid del 15 al 26 de octubre.