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Multado con 1.620 euros el militar español que abusó sexualmente en Bosnia de una soldado francesa

La Audiencia Nacional le condena a indemnizar con otros 2.000 euros a la víctima

La Audiencia Nacional ha condenado a un cabo del Ejército español a una multa de 1.620 euros por un delito de abusos sexuales cometidos en la base militar de Mostar (Bosnia) durante la Nochebuena de 2006 contra una militar francesa para la que ha decretado además una indemnización de 2.000 euros. El fiscal había solicitado una pena de un año y medio de cárcel y una indemnización de 12.000 euros para la víctima.

"Me desperté cuando noté que me estaba tocando el pecho y al abrir los ojos quitó rápidamente la mano, él estaba en el suelo y metió la cabeza debajo de mi cama para que no le viese la cara, le di puñetazos en el pecho porque quería ver su rostro cueste lo que cueste, después salió corriendo pero pude verle la cara, yo salí tras él insultándole y tirándole piedras", declaró la militar francesa Sabrina Sahli, de 25 años.

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La víctima declaró que conocía a su agresor porque había jugado al billar con él un mes y medio antes en un bar situado en el destacamento francés de la base militar de Mostar.

"Considero que efectivamente es usted culpable del delito de abusos sexuales con la atenuante de intoxicación -provocada por la ingesta de alcohol-, no tengo ninguna duda de que es usted el autor de los hechos contra la víctima", ha zanjado el juez de la Audiencia Nacional José María Vázquez Honrubia. La condena no apartará del Ejército al cabo, actualmente destinado en Burgos

El condenado, en cambio, tan sólo admitió durante el juicio lo referente al alcohol. Por todo lo demás, se declaró inocente y negó los hechos alegando que aquella noche fue arrestado por intervenir en una pelea en al que se vio involucrado un compañero, por lo que, tras el toque de queda, tan sólo salió de su habitación para ir al baño.

Asimismo, explicó que no conocía de nada a la víctima y que nunca había jugado con ella al billar porque, según dijo, no sabe hablar "ni francés ni inglés". Posteriormente, Sahli matizó que, durante las dos partidas, ella y un compañero francés se comunicaron con el español "por gestos". Además, sobre la noche de los hechos, la víctima recordó que el militar llevaba perilla pero que al día siguiente, durante la rueda de reconocimiento en la que le identificó, se la había quitado. Guzmán negó que este cambio en su aspecto físico se debiese a un intento de evitar ser reconocido y explicó que "se trata de una tradición familiar" heredada de su padre y que consistía en "quitarse todo el bello facial para estar aseados durante la comida de Navidad".

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