Agresión sí, brutal, también, pero ¿racista?

La paliza sufrida por una menor ecuatoriana por parte de otra chica española en la localidad madrileña de Colmenarejo ha abierto un debate sobre si se trata de un caso de xenofobia o no. En la grabación, conocida ayer pero que se produjo el 23 de julio, se escuchan expresiones brutales como "mátala, mátala", "dale, dale" y "písale la cabeza", pero ni una sola alusión al hecho de que sea inmigrante. La Asociación Rumiñahui Hispano Ecuatoriana lo tiene claro. A su juicio, "supone la reactivación de brotes con alto contenido racista". Sin embargo, la alcaldesa de Colmenarejo, María Isabel Peces-Barba, ha descartado que el móvil de la agresión sea de índole xenófobo. Hay varias investigaciones en marcha -Guardia Civil, Fiscalía, Defensor del Menor, Protección de Datos- y ninguna detención.

La agresión está protagonizada por una española y su víctima ecuatoriana, pero en el vídeo aparecen también cinco amigas de la agresora y una lo graba todo en su móvil. Todas son vecinas de la localidad, a excepción de una de las que jaleaba, que vive en Galapagar. Ninguna ha sido detenida. El vídeo se conoció públicamente ayer, pero circulaba desde hace días por todo el pueblo a través de mensajes de móvil y la habían subido a Internet. Alguien la envió de forma anónima en un CD al Ayuntamiento, que la remitió a la Guardia Civil. El instituto armado investiga los hechos y hoy ha abierto también una investigación el Defensor del Menor de Madrid y la Agencia de Protección de Datos. En el vídeo, se ve cómo una joven golpea a la otra repetida y fuertemente en la cabeza y el cuerpo, hasta que la víctima queda tendida en el suelo sin moverse y semiinconsciente, mientras las amigas la jalean. En una nota, Rumiñahui expresa su solidaridad con la víctima y pone a disposición su equipo jurídico gratuitamente.

"Hacemos un llamamiento a las autoridades españolas para que investiguen hasta las últimas consecuencias estos execrables hechos y que la justicia castigue a todos las responsables con el máximo rigor de la ley", agrega, al tiempo que exige a la Fiscalía General del Estado que promueva modificacionesen el Código Penal y en la legislación de menores. Considera que las leyes son "blandas", lo que permite que "os culpables queden libres y sin el castigo que se merecen" y fomenta que los hechos se repitan. A juicio de la asociación, "estos ataques con tinte racista se han vuelto cotidianos en España, toda vez que quedan en el olvido". Rumiñahui sostiene que en muchas ocasiones ha recibido "denuncias de agresiones sin que se puedan probar". "Incluso muchos de los afectados tienen temor a denunciar, quedando todo en la impunidad". Asimisimo, hace un llamamiento a la sociedad "a una gran concentración" en la que levantar "nuestra voz de protesta ante los ataques propinados por personas o grupos que entienden en pleno siglo XXI que las luchas raciales son la panacea de sus problemas".

"Un episodio de matonismo juvenil"

La alcaldesa de Colmanarejo ha opinado en cambio que los hechos carecen de "tintes de carácter xenófobo", ya que "serían amigas y luego se habrían peleado". "La brutalidad de las peleas es lo que a mí me preocupa, porque este pueblo es muy tranquilo", ha sostenido. "Además, ahora lo graban todo y todo aparece en Internet", hecho que ha calificado de "muy peligroso" y que hay que "cortar de raíz". En declaraciones a la SER, Peces-Barba ha asegurado que el vídeo no llegó a su móvil y ha lamentado no haber tenido conocimiento antes."El vídeo se lo pasaron entre todos los chavales, porque ahora todos tienen móvil, aunque tengan 12, 13 o 14 años, y lo triste es que esto ocurrió el día 23", ha dicho. La alcaldesa no ha visto a la agredida pero ha asegurado que "está bien" y que la Guardia Civil ya ha iniciado la investigación, razón por la que, según Peces-Barba, el Ayuntamiento no ha intervenido.

El consejero de Inmigración de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, no ha entrado en esta cuestión. Eso sí, ha condenado rotundamente "la salvaje agresión" y ha expresado su deseo de que las agresoras "sean condenadas con la dureza que merece su brutalidad". Dice que conoció el suceso ayer y que se puso en contacto con la alcaldesa, la delegada del Gobierno en Madrid, el Defensor del Menor y el Embajador de Ecuador en España, quienes están en contacto con la familia de la víctima. Fernández Lasquetty ha expresado en nombre del Gobierno regional la condena más absoluta "por la salvaje agresión", que en ningún momento ha calificado de racista, y ha ofrecido su apoyo a la familia "en todo lo que puedan necesitar". Ha confiado también en que la Guardia Civil, la Fiscalía y la Justicia resuelvan el caso.

Por su parte, el Defensor del Menor, Arturo Canalda, tampoco ha hablado de xenofobia, pero sí de la brutalidad de los hechos, que considera "inaudita". Ha condenado la agresión y exigió "medidas contundentes" contra las agresoras, "que sirvan de ejemplo para evitar que casos así vuelvan a repetirse". Para el Defensor del Menor, la importancia de este hecho no radica "sólo en lo de la brutal paliza que le dan a la chica, sino que, además, la graban en móvil y la difunden". Esta falta de reconocimiento del mal, según Canalda, es un elemento "preocupante" porque, "lejos de arrepentirse de lo que han hecho y mostrar una mínima solidaridad con la víctima, lo exponen públicamente como si fuera una hazaña", ha subrayado. El embajador de Ecuador en España, Nicolás Issa Obando, que tampoco habla de xenofobia, ha dicho que solicitará a las autoridades una investigación "rigurosa".

El presidente del Movimiento Contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, sí ve rasgos xenófobos, ya que "no hace falta una carga ideológica para que exista carga xenófoba". En su opinión el objetivo de las agresoras era mostrar su superioidad a una persona extranjera. Ha pedido a la Fiscalía que actúe con el máximo rigor en la defensa de los derechos de la menor, de manera que a las agresoras se les pueda imputar un delito de lesiones y no únicamente una falta. Ibarra ha explicado que, según los datos recabados por la asociación, la joven agredida tiene 14 ó 15 años y unos días antes del suceso había intercambiado insultos con una menor española, quien finalmente la agredió, acompañada por unas amigas, "a modo de venganza", en "un episodio de matonismo juvenil".

Brutal agresión de un grupo de jóvenes a una ecuatoriana en Colmenarejo