Recuperadas 167 toneladas de cable de cobre robado
En el mercado valen 400.000 euros.- Detenidos 35 implicados en la operación Ancora, desarrollada en Madrid, Toledo, Barcelona, Huelva y León
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha recuperado más de 167 toneladas de cable de cobre robado, cuyo valor podría superar los 400.000 euros, en la denominada operación Ancora, en la que han sido detenidas 35 personas y se han inspeccionado más de 100 empresas españolas. La carestía del cobre ha elevado su precio en el mercado, lo que ha disparado los robos.
Las investigaciones comenzaron el pasado mes de abril, cuando agentes del Seprona detectaron un incremento de robos de cable de fluido eléctrico y comunicaciones en Madrid, lo que motivó que la Guardia Civil pusiera en marcha un dispositivo especial para evitar los robos y detener a los autores.
Los cables de Renfe
Otro de los objetivos de la operación era el control de los centros de comercialización de metales (chatarrerías) o empresas de fundición que adquirían el cable de cobre robado para su reutilización. De los 35 detenidos en esta operación, que se ha desarrollado en Madrid, Toledo, Barcelona, Huelva y León, nueve son ciudadanos rumanos, que fueron sorprendidos por los agentes en las chatarrerías que estaban inspeccionando cuando se disponían a llevarse el cable para venderlo a diferentes empresas.
El resto de los detenidos son los propietarios de las empresas que se dedicaban a la adquisición del cobre robado. En total se han recuperado 167.452 kilogramos de este material cantidad que, según las empresas afectadas por los robos, podría haber alcanzado un valor de 400.000 euros. El mayor volumen de cable, procedente en su mayoría de robos de hilo telefónico, aunque también se ha recuperado cable de Renfe, se ha incautado en la provincia de León, donde se localizaron más de 109 toneladas.
Una vez que habían robado el cobre, los detenidos intentaban venderlo en las chatarrerías, donde el precio que pagaban por kilogramo oscilaba, según la Guardia Civil, "entre tres y cuatro euros". El destino del material robado eran grandes almacenistas o fundiciones donde llegaba el cable troceado, pelado o quemado ya que, según la Guardia Civil, así se "eliminan pistas" y se incrementa su precio en el mercado. Los agentes del Seprona han inspeccionado más de 100 centros de comercialización de metales y, en concreto, en Madrid han sido localizadas once empresas que recibían cable de cobre, aún conociendo su dudosa procedencia.
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