Sin padrón no hay asistencia médica

La Asociación del Defensor del Paciente ha denunciado el trato que recibió ayer una mujer sevillana de 31 años, Rocío Navas, que acudió al centro de salud de la localidad madrileña de Tres Cantos con fiebre y vértigos y "un oído supurando", según ha contado la afectada a esta web. Navas sostiene que no fue atendida "por no estar empadronada" en el municipio. La joven alega que se encuentra en Madrid de paso, con un trabajo temporal. En España, según recuerda la presidenta de la asociación, Carmen Flores, la asistencia sanitaria "es universal" y no se le puede negar a nadie. La Consejería no desmiente lo sucedido, pero se ampara en que no era urgencia y que, para pedir cita en el médico, se tiene que tener la tarjeta de desplazados en regla.

La afectada explica que decidió ir al centro de salud el jueves tras haber pasado la noche con fiebre y de tener zumbidos en el oído derecho, además de perdida del equilibrio y vómitos. "Estaba tan mala que me caía", resume Rocío, que trabaja en Tres Cantos desde hace tres meses como administrativa. Allí, pidió un médico de urgencias en la recepción, donde le pidieron nombre y apellidos. Momentos después, su sorpresa fue mayúscula al oír cómo esta misma trabajadora le decía que no tenía derecho "ni a médico ni a asistencia sanitaria". Navas, "a todo esto con el oído supurando" y con problemas de equilibrio, le contestó que no había tramitado el empadronamiento porque está trabajando temporalmente allí, pero que sí había pedido el traslado médico para poder ser atendida durante su estancia.

La empleada le indicó que el traslado "sólo le cubría seis meses" y que estaba "caducado". La paciente trató de hacerle entender que aún no había transcurrido dicho periodo y que por favor la atendieran en urgencias, al tiempo que se comprometía a "solucionar el papeleo después". "Lo siento, pero sin padrón no hay asistencia", recibía por respuesta. "Primero arregla tus papeles y luego te atenderán", le volvió a decir, sin atender a razones. "Me hicieron sentir como una sin papeles", critica, al tiempo que recuerda que paga su seguridad social.

Le pidieron que abonara la factura

Su malestar iba en aumento y, antes de irse, se le ocurrió preguntar qué pasaba si se desplomaba en la calle. "Pues sí, se te atenderá, pero tendrás que pagar tú la factura". Finalmente, la mujer salió del centro sin lograr que ningún médico la viera. Indignada, decidió escribir una carta a la asociación porque la trataron "con superioridad, indiferencia" y sin dejar que se explicara. Ante esta denuncia, que en ningún caso niega, la Consejería de Sanidad se ampara en formalismos. preguntado por el caso, Sanidad a remitido a esta web una nota de la Dirección General de Atención Primaria, en la que se explica que los profesionales del Centro de Salud Tres Cantos "atendieron e informaron con absoluta normalidad a la usuaria". Esta paciente acudió a dicho centro "a solicitar una cita previa para el médico de familia, adjuntando su tarjeta de desplazada". El personal, según su versión de los hechos, comprobó que el documento "se encontraba caducado", ya que superaba los seis meses y, por lo tanto, se le informó "de que debía llevar certificado de empadronamiento, con arreglo a la normativa vigente de tarjeta sanitaria".

La Gerencia de Atención Primaria del Área 5 precisa en el comunicado que "la usuaria en ningún momento solicitó atención de urgencias" y en "ningún caso" desde la admisión del centro de salud se le requirió "remuneración alguna". Por el contrario, dicha persona "aceptó la información que le proporcionó el centro y no exigió ser atendida por ningún médico". La Dirección General de Atención Primaria subraya que "cualquier persona que presente una patología urgente es atendida sin ningún otro requisito".

Sin embargo, al final los hechos vienen a dar la razón a Navas, que hoy ha vuelto a presentarse en el centro de salud, angustiada porque se sentía peor. "Me han atendido, sí, y con mucho retintín", ha confesado a esta web. Y eso que no ha arreglado ningún papel porque desconoce dónde está el error o a qué ventanilla acudir. "Cuando he entrado todo el mundo sabía misteriosamente quién era yo y esta vez no me han puesto pegas". La médico que la ha atendido le ha diagnosticado una infección y le ha recetado gotas y antibiótico. Pero su problema no está solucionado. Tras pasar por consulta, la chica ha pedido hablar con el coordinador del centro para pedirle ayuda, pero éste tampoco ha podido aclararle qué debe hacer para subsanar el error. "Me ha pedido disculpas por parte del centro, pero yo sigo teniendo la cartilla caducada y me quedan tres meses en Madrid", concluye, preocupada.