"No podría ni dormir por las noches"
La juez de Motril acusada de no dejar en libertad a un preso absuelto niega negligencia alguna
La juez Adelina Entrena, acusada de no haber dejado en libertad a un preso absuelto, ha negado hoy ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) haber cometido negligencia alguna, ya que de lo contrario no podría "ni dormir por las noches". Además, ha asegurado que desconocía la situación del reo.
Entrena, que fue titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Motril (Granada) hasta que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) la expulsó de la carrera judicial por esta causa, ha declarado que el error no fue suyo. La juez niega que sea la culpable de que José Campoy pasase más de un año en la cárcel por un delito, robo con violencia, del que había sido absuelto.
La Fiscalía Superior de Andalucía solicita por imprudencia grave suspensión de empleo o cargo público durante un año y tres meses para la juez y pide que indemnice a Campoy con 75.230 euros, de los que 15.230 corresponden a los perjuicios causados por los días de indebida privación de libertad y 60.000 por el daño moral sufrido. La acusación particular le imputa a la juez el mismo delito que la Fiscalía pero solicita que se le inhabilite ocho años para empleo o cargo público.
La juez ha declarado que desconocía que se encontraba en prisión preventiva cuando lo juzgó. Por este desconocimiento ha argumentado que no pudo cometer negligencia y que, de haberlo hecho, hace tiempo que hubiera pedido perdón a Campoy, de quien dijo que no tiene "nada en contra" y que, por su estado, le inspira "más bien lástima".
Mejor trato a un delincuente
Entrena se ha quejado del trato recibido tras la apertura de esta causa y ha lamentado que "cualquier delincuente es tratado mejor que una juez con 18 años de carrera". La juez también ha aludido al "exceso" de trabajo que acumulaba en su juzgado. Ha acusado a la secretaria del juzgado de incompetente, y ha llegado a pensar que está en esta situación porque le han hecho "algo intencionado".
El perjudicado de esta historia, José Campoy, con quien Entrena intercambió incluso una sonrisa, ha declarado que no guarda rencor a la juez pero que se ha sentido "tratado como un perro" y que en la cárcel estaba "nervioso perdido", por lo que se daba "cabezazos contra la pared". Campoy ha contado que cuando recibió la sentencia absolutoria, no pudo saber su contenido porque no sabe leer ni escribir y nadie le explicó el contenido del documento.
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