Condenada la juez de Motril que mantuvo un año en prisión a un hombre absuelto
Adelina Entrena estará un año suspendida de empleo y deberá pagar 103.000 euros a José Campoy
José Campoy pasó 437 días en la cárcel siendo inocente. La juez que no tramitó su salida de prisión a pesar de haber sido absuelto, Adelina Entrena, magistrada de Motril (Granada), ha sido condenada por esta negligencia a una pena de un año de suspensión de empleo o cargo público que implique el desempeño de sus funciones judiciales y a que abone a Campoy 103.000 euros por los perjuicios sufridos. Así lo ha decidido hoy el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). La Fiscalía pedía un año y tres meses de suspensión de empleo y una indemnización de 75.230 euros.
Según la sentencia de la Sala de lo Civil y Penal del TSJA, la que fuera titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Motril, expulsada de la carrera por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el pasado mes de junio, es autora de un delito contra la libertad individual de las personas, cometido por funcionario público, mediando imprudencia grave.
Campoy, que estuvo indebidamente privado de libertad por la "desatención" de la juez respecto a sus obligaciones 455 días -si bien 180 le han sido abonados para el cumplimiento de otra ejecutoria-, sufre "grave e importantes secuelas" derivadas en parte por la "incomprensión, impotencia y desesperanza" de verse privado de libertad pese al dictado de una sentencia absolutoria.
"Olvidado como un perro"
La juez ha sido además condenada al pago de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular, precisa la resolución del TSJA, que decreta la responsabilidad con carácter subsidiario del Estado por los perjuicios causados al preso.
Durante el proceso, Entrena culpó a sus funcionarios del grave error. "No es culpa mía si los libros de registro del juzgado son inútiles. No puedo revisar el trabajo de todos mis funcionarios", alegó la juez. Entrena cuestionó especialmente a la secretaria judicial e incluso afirmó que podría ser "algo intencionado".
Campoy, que se sintió "olvidado como un perro", fue detenido en 2005 por un tirón (robo con violencia) tras sucesivas incomparecencias y para asegurar su presencia en el proceso. Dos semanas después del juicio oral, Entrena le absolvió por falta de pruebas, pero olvidó enviar al centro penitenciario la orden de puesta libertad.
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