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Dos años de cárcel para dos cargos de Fecsa-Endesa por la quema de 18.000 hectáreas en Cataluña

Los condenados y la empresa tendrán que pagar 10.644.000 euros a unos 25 perjudicados

Un juez de Barcelona ha condenado a dos cargos de Fecsa-Endesa en Cataluña a dos años de prisión y una multa de 3.000 euros como responsables de un delito de incendio forestal por imprudencia grave que en el verano de 1998 devastó unas 18.000 hectáreas del término de Aguilar de Segarra, en la Cataluña central. Además, la sentencia considera a la compañía responsable civil subsidiaria de los daños.

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Agustín Manuel López, jefe de zona de la compañía, y Francesc Josep Archs, responsable de mantenimiento, han sido condenados también a pagar más de 10.644.000 euros en concepto de indemnización a unos 25 perjudicados por el fuego, entre ellos las tres personas que resultaron heridas durante las tareas de extinción.

Dos pirómanos, condenados por incendios menores

El juicio, que duró un mes y que ha tardado nueve años en tener lugar, concluyó el pasado 16 de mayo, con la declaración de culpabilidad de un jurado popular. Casi ocho meses después, la sentencia condena también a dos pirómanos, Jose María Fernández y Josep María Puig, de 33 años y vecinos de Puig-reig (Barcelona), a los que se atribuye cuatro fuegos que quemaron en total más de media hectárea en varios municipios de la Catalunya central, tal y como ellos mismos reconocieron durante el juicio, a sendas penas de un año de prisión.

El tribunal popular declaró probado que los dos pirómanos tienen disminuidas sus facultades, por lo que se les ha aplicado una eximente incompleta de alteración psíquica. José María F.B. sufre un trastorno grave de la personalidad con intentos de suicidio e ingresos psiquiátricos y José María P.O. padece un importante retraso mental.

Una red en "evidente estado de abandono"

La sentencia señala también que el gran incendio de Aguilar de Segarra se inició a consecuencia del "mal estado general" del tendido eléctrico, que data de 1913 y ya había provocado otras incidencias. La línea eléctrica se hallaba en un "evidente" estado de "abandono", ya que tenía los cables de tierra cortados, las torres oxidadas y rodeadas de una gran cantidad de desechos, entre ellos neumáticos, latas de pintura y botellas vacías.

El documento tiene en cuenta que Agustín Manuel L.R. sólo llevaba 18 días como jefe de zona cuando se produjo el incendio, pero indica que, "con independencia del tiempo que llevara en el cargo, debería haberse puesto al corriente de las deficiencias de la línea, sobre todo en lo que se refiere a las zonas más conflictivas".

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