La propina de los 300.000 euros

Los clientes iban dejado calderilla en el bote. Y los cinco empleados del bar Luis, de la calle Mayor de Alicante, decidieron comprar hace una semana un décimo de lotería en la administración vecina. Las propinas se multiplicaron y ahora tienen 300.000 euros a repartir. "Acabaré de pagar las obras del local y nos daremos alguna alegría", confesaba la dueña del restaurante, Sara Sánchez, que compartía la ilusión con sus empleados, un cocinero brasileño que podrá con este dinero viajar a su país y sus otras dos compañeras. El quinto de los agraciados no pudo brindar, ya que es argelino y está de vacaciones celebrando la fiesta del cordero. "Regresa el 26, verás que alegría se lleva", aseguró Sánchez.

La calle Mayor, en las inmediaciones del Ayuntamiento, se convirtió en un hervidero de curiosos y cámaras. El lotero, Raúl García, repartió 27 millones de euros al vender nueve series del premio gordo. "No me quedaba casi lotería, pedí a Madrid y me enviaron este número tan feo que sobró en Elorrio", comentaba aturdido el vendedor. Durante la mañana fueron desfilando algunos agraciados. Un colombiano propietario del bar Mi tierra que estaba apunto de cerrar el negocio ahogado por las deudas, un matrimonio jubilado que discutió cuando lo compraron porque él no quería lotería y ella sí y otro afortunado que no se atrevió a contárselo a su mujer "por si se asusta" al saber que le han tocado 300.000 euros.

Además de esta zona del centro, en el centro comercial Puerta de Alicante también se repartieron tres millones de euros al venderse una serie. Entre los agraciados un joven marroquí de 20 años y su novia española de 17, embarazada de cuatro meses. Ellos tienen previsto casarse en febrero. "Ahora nos compraremos el piso", decía esta pareja, que compró la terminación 81 porque en Alicante ese número significa "matrimonio".