Muere una niña tras ser diagnosticada por dos médicos de gastroenteritis
La familia de Victoria, de 2 años, acusa al hospital Príncipe de Asturias de Alcalá y al centro de salud de Meco de negligencia.- Sanidad responde que la actuación facultativa fue "correcta"
Victoria, una niña de dos años de nacionalidad búlgara, falleció el lunes pasado tras ser diagnosticada de gastroenteritis en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares primero y en el centro de salud de Meco después. Sus padres, que no tienen más hijos y llevan tres años y medio viviendo en España, presentaron ayer una denuncia judicial en el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcalá contra ambos centros por presunta negligencia médica en la atención de la menor. La familia explica que todavía no sabe de qué ha muerto la niña. Llevan tres días esperando la autopsia y les han dicho que tardará "más de un mes". Sin embargo, la Consejería madrileña de Sanidad sostiene que la actuación facultativa fue "la correcta".
Su padre, Krasimir Vasilev Karamfilov, llama Victoria a su hija Viktoriya, a su "única hija". No le sale la voz del cuerpo. En un más que correcto castellano cuenta por teléfono a esta web que su hija "no mejoró en ningún momento" y que los dos médicos le dijeron que "no era nada grave, nada peligroso" y que se podían "ir a casa tranquilamente". No se quejan del trato recibido, que fue "correcto", pero sí de que no hospitalizaran a la niña y de que no le hicieran más pruebas. Krasimir recuerda que el domingo 14 "Victoria se levantó con vómitos, diarrea, fiebre, mareos". El padre y su esposa, Zoya Tomova Sevdalinova, también búlgara, llevaron a la niña, "muy enferma" a Emergencias del hospital. Llegaron a las diez. Les atendieron a las doce.
El médico diagnosticó que sufría "una gastroenteritis" y le recetó Apiretal -un analgésico y antipirético infantil- y suero en botes de zumo. El facultativo explicó a los padres que "no era nada grave" y que mejoraría. La versión de Sanidad es más larga. Y más compleja. En un comunicado, relata que en el centro se le realizó "una historia clínica completa, con anamnesis [información proporcionada por el propio paciente al médico] y exploración física detalladas", lo que dio como resultado "el diagnóstico de gastroenteritis aguda sin complicaciones en aquel momento". Según el hospital, la niña no sólo no estaba muy enferma, sino que presentaba "un buen estado general, sin aspecto séptico, sin signos de deshidratación y sin otras complicaciones", de modo que se procedió a "darle el alta a las 13.45 horas con buen estado general y evolución inmediata favorable".
Se indicó "el tratamiento y las recomendaciones habituales para este tipo de procesos, como rehidratación oral, antitérmicos y seguimiento posterior por el médico". Se indicó también "por escrito" que volviera al servicio de urgencias "si se apreciaba algún tipo de empeoramiento". Los padres, por su parte, dicen que volvieron a casa preocupados, puesto que "a la niña no le bajaba la fiebre" y que pasaron toda la noche sin dormir. Al día siguiente, "la niña estaba mal" y, como "no mejoraba", fueron al servicio de urgencias del centro de salud de la localidad madrileña de Meco, donde viven. Eran las nueve y media. El doctor que la atendió "le tocó la frente y la tripa", repitió el diagnóstico de gastroenteritis "con total seguridad" y se limitó a recetarles "unos polvos antidiarreicos". "En tres días se va a poner bien, vuelva a casa tranquilamente. Eran las diez de la mañana. A las cinco y media estaba muerta", señala el padre, al que la muerte de la niña pilló fuera de Madrid. Se había tenido que marchar para incorporarse a su trabajo de albañil en A Coruña.
Esperando la autopsia
Pasadas algo más de siete horas de su visita al médico, Krasimir recibió la "fatídica llamada telefónica" de su pareja para comunicarle que la niña había fallecido. Sobre el segundo diagnóstico, Sanidad indica que la niña fue "valorada nuevamente por su pediatra de zona" a las 20 horas del primer diagnóstico, que confirma. De nuevo, la niña presentaba "un buen estado general sin signos de deshidratación ni otras complicaciones". Sanidad explica que una UVI Móvil del SUMMA 112 acudió en auxilio de la niña "a los pocos minutos de haber recibido" la llamada de su madre. Encontraron a la paciente "cianótica -de color azul por falta de oxigeno en la sangre- e inconsciente" y no consiguieron "su recuperación". Los padres esperan todavía la autopsia, puesto que dudan que falleciera por gastroenteritis y todavía nadie les ha dado "una explicación". Ni siquiera hoy, cuando la Asociación Defensor del Paciente ha hecho público su caso. Ninguna llamada de los médicos, de la Consejería. Nada. "No sabemos por qué ha muerto y los resultados de la autopsia dicen que van a tardar más de un mes", se lamenta el padre.
Preguntada al respecto, la Consejería de Sanidad se ha remitido al comunicado, que no dice ni una palabra sobre la autopsia. La presidenta de la asociación, Carmen Flores, ha apuntado que la niña pudo morir de "por una meningitis o por una peritonitis". Los padres han denunciado "la falta de seriedad y profesionalidad" de los dos facultativos que atendieron a la niña, porque entienden que no hicieron una exploración en condiciones, ni análisis de sangre y mucho menos un ingreso o unas horas en observación. La Asociación del Defensor del Paciente entiende que puede tratarse de un caso similar al ocurrido la pasada semana en el que una niña falleció en un albergue de Cataluña, en ambos casos consecuencia del "mal funcionamiento de los servicios de urgencias". Sin embargo, Sanidad afirma que, "con los datos de que se disponen", la actuación de los médicos "ha sido la correcta".
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