Se buscan 300 personas dispuestas a desnudarse
Un 'performer' los necesita para un espectáculo reivindicativo la semana que viene en el Teatro Pradillo
No tiene nada que ver con la pornografía ni con las grandes masas de "ovejas desnudas" que organiza Spencer Tunick por medio mundo. De hecho, este fotógrafo es el "antihéroe" de José Abajo Izquierdo, pintor nacido en Burgos hace 29 años. Este artista busca desde hace días por todo Madrid a 300 personas que se atrevan a todo. Y todo es, en este caso, desnudarse, subirse a un escenario, servir de lienzo, pintarse unos a otros y bailar... con público y con cámaras para un posterior documental. [Vea aquí un vídeo de su obra]
Se trata de una original performance de gran formato titulada Start again, que se realizará los días 26 y 27 de junio en el Teatro Pradillo, dentro de la programación del III Festival Visible, organizado por la Federación Estatal de Lesbianas Gays Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y patrocinado por el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Cultura en los días en los que Madrid vivirá la eclosión del Europride'07.
"Yo hago pasteles con relleno"
Con los 300 voluntarios -150 para cada representación-, el autor se "plantea de forma visual la creación de un mundo nuevo, en el que las personas pueden desarrollar su sexualidad y su afectividad abiertamente, sin dogmatismos que coarten la plena libertad de las personas". Es, a diferencia de otras obras que critica por su vacío conceptual, una performance con mensaje. "Yo hago pasteles con relleno", proclama Abajo Izquierdo, que considera que "el desnudo por el desnudo es vulgar".
Además de los extras, se proyectarán vídeos y habrá cinco músicos y un coro de entre 20 y 30 personas en escena, un auténtico "espectáculo total" en el que conviven pintura, música, teatro, danza y videoarte. Sobre la obra, el autor explica que cuando el público entre en la sala, estará vacía y se proyectará un vídeo con entrevistas en las que todo tipo de personas hablan "sobre el pasado, el presente y el futuro de las relaciones sexuales" y sobre la "necesidad de elegir libremente". Luego, aparecerán en escena los extras desnudos, a los que previamente se les habrá dado una pátina de blanco con mochilas de sulfatar para que sirvan, literalmente, de lienzo. Mientras tanto, una cámara grabará todo lo que hacen y lo emitirá en la pared del fondo del teatro, unas imágenes que se alternarán con células, mitosis...
Pinceladas humanas
Sin desvelar muchos detalles del contenido de la representación para preservar el factor sorpresa, los extras comenzarán a pintarse unos a otros hasta formar, "desde el desnudo, desde la nada", una pangea "hecha de pinceladas humanas". Una vez separada la primera Tierra y formados los continentes, los extras se agruparán por parejas y descubrirán el sexo "sin sexo", puntualiza el artista. En este punto, Abajo Izquierdo introduce a varios actores, que se encontraban camuflados entre los desnudos y que llevarán el peso de la acción. En total, junto a los 300 voluntarios habrá un equipo de 50 personas, entre actores, colaboradores, músicos y técnicos.
Aunque los extras ensayarán un día antes del primer espectáculo, hay que tener en cuenta que no son profesionales, por lo que Abajo Izquierdo espera un espectáculo "muy vivo" y con "mucha improvisación", en el que formarán "un gran collage de cuatro o cinco metros". Al lector que se plantee dudas sobre si le gustaría o no participar -aún está abierto el plazo para inscribirse siempre que se tenga más de 18 años-, Abajo Izquierdo precisa que él propone "la pintura sobre el ser humano desnudo, sin la barrera cultural y represora" y afirma que da a sus colaboradores "muchas facilidades". "Hay gente que le da igual desnudarse, por lo que los coloco más cerca del público y a los demás, al fondo". El artista advierte de que no permitirá que las cámaras graben primeros planos, sólo generales.
"Pero no llevarán antifaces ni nada por el estilo", avisa. A los que a pesar de todo no se animen, Abajo les dice que todo lo que propone lo ha experimentado antes consigo mismo, ya que empezó "como todo el mundo" pintando cuadros y se salió de ellos para usar su propio cuerpo como lienzo. Y lo describe como una "experiencia vital única" que aporta al que la vive "más seguridad en sí mismo" y más valentía. "Nadie se ha arrepentido jamás de participar en mis obras, al revés, el público se queda pensando ojalá estuviera yo allí", asegura. Como último argumento para convencer a los reticentes y los pudorosos, sentencia que en la vida, además de "montar en globo y tener un hijo", hay que "participar en una performance".
Los extras serán, al mismo tiempo, "artistas, modelos, bailarines y pinceladas de un cuadro" lo que garantiza "una experiencia vital muy intensa". Lo que pretende con la obra, además de esta experiencia individual, es un resultado plástico final y que el público entienda "el concepto", que no es otro que "la libertad y la tolerencia". Con todo este "material artístico y humano", planea hacer después un documental que recogerá todo el proceso de realización de la performance.
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