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La Audiencia Nacional juzga a seis presuntos miembros del 'comando Dixan'

El fiscal pide para ellos entre 22 y 32 años de cárcel.- Se les incautaron sustancias usadas para fabricar 'napalm casero' y se les acusa de planear atacar una base militar española

La Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional juzga desde hoy a seis presuntos integrantes de una célula terrorista islamista perteneciente a la denominada corriente salafista, para los que se piden entre 22 y 32 años de cárcel y a los que se les incautó material que, según los expertos, servía para fabricar napalm casero. Los acusados fueron detenidos a principios de 2003 en Cataluña y se les llamó popularmente comando Dixan, al no aparecer en un principio indicios judiciales en su contra.

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Los presuntos miembros de la célula han asegurado en la apertura del juicio que tenían estas sustancias en su poder porque las usaban para limpiar piscinas y reparar las juntas del baño. El fiscal ha pedido la mayor pena, 32 años de cárcel, para el presunto líder del grupo, el argelino Mohamed Taharaoui. Para el resto de procesados -los también argelinos Smail Boudjelthi, Alí Kaouka, Souhil Kaouka, Mohmaed Nebbar y Mohamed Amine Benaoura-, el Ministerio Público solicita 22 años de prisión.

Según el fiscal, Taharoui captó al resto de procesados con la finalidad de prestar apoyo logístico y de infraestructura a una célula terrorista salafista constituida en Francia por Merouane Benahmed. En el piso de Taharoui fue encontrado un teléfono móvil de la marca Trium con dos orificios efectuados en la parte superior, parecido a los utilizados en el atentado de 2002 en Bali (Indonesia). Añade el fiscal que "es importante señalar que de las últimas investigaciones realizadas se desprende que este mismo sistema ha sido utilizado en el ataque terrorista efectuado el día 11 de marzo de 2004 en la estación ferroviaria de Atocha" en Madrid.

Plan de ataque a una base militar española

Junto a otro piso de la célula, la policía vio al miembro del grupo Boudjejthi depositar en un contenedor de basura dos bidones de plástico, uno de color blanco y otro metálico, con la inscripción Finish Kare, que contenían líquido. Un día después, esta persona arrojó al mismo contenedor una bolsa con una botella de plástico transparente con un dibujo de una calavera hecho con bolígrafo en la parte superior, donde se guardaba un líquido viscoso de color azul oscuro. Estas sustancias fueron analizadas por el laboratorio químico del FBI, según el escrito de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, "que determinó que si el líquido inflamable, derivado del petróleo, hallado en el bidón que tenía las palabras Finish Kare, se mezcla con el material hallado en la botella de plástico, que se trata de un líquido compuesto sobre todo por estireno, el resultado es un producto conocido como napalm casero".

Además, el escrito señala que Taharoui mantuvo relaciones en marzo de 2002 en Barcelona con Said Mohamed Arif, actualmente detenido en Francia, "con la intención de preparar un ataque terrorista en una base militar situada en el sur de España". A tal efecto, según el fiscal, Arif abrió una cuenta bancaria en una sucursal del Deutsche Bank en Barcelona utilizando el nombre ilegítimo de Laurent Mourad Djumakh. "Esta acción criminal no se pudo llevar a efecto por el procesado Mohamed Taharoui por cuanto fue detenido en España por las fuerzas de seguridad el día 23 de enero de 2003", señala el Ministerio Público.

La defensa trata de demostrar que cuando se produjeron las detenciones no existían indicios contra ellos y que las sustancias que según el FBI pueden servir para hacer napalm casero eran para los laboratorios españoles en ese momento simple detergente. Por ello, la Audiencia Nacional ha solicitado al Congreso los textos de iniciativas parlamentarias y de comparecencias de distintos políticos en los que se hace referencia a estas detenciones.

Un caso politizado

El arresto en enero de 2003 de 16 argelinos y marroquíes por su presunta relación con Al Qaeda desató polémica, se politizó y sirvió de argumento para que las fuerzas parlamentarias expresaran en distintos foros su apoyo o rechazo a la guerra de Irak. El 5 de febrero de 2003, pocos días después de la desarticulación del grupo, José María Aznar, entonces presidente del Gobierno, expuso en el Congreso las razones que le impulsaban a apoyar la intervención armada en Irak y, entre otras justificaciones, señaló el peligro que suponía para España la actuación de esta célula salafista. En las mismas fechas, Colin Powell, secretario de Estado de EE UU, incluyó en su exposición ante el Consejo de Seguridad de la ONU una mención a este grupo de ciudadanos argelinos y marroquíes.

Mientras Aznar y el PP utilizaron la detención de este grupo para justificar su apoyo a la invasión de Irak, dirigentes del PSOE minusvaloraron la operación policial y definieron al grupo como el comando Dixan por considerar que las pruebas aportadas contra ellos eran insuficientes. La mayoría de los detenidos fueron puestos en libertad, pero después de que el primer juez instructor del caso, Guillermo Ruiz Polanco, abandonara la Audiencia Nacional, la investigación pasó a manos de Baltasar Garzón y éste ordenó que varios de los sospechosos reingresaran en prisión. El análisis en laboratorios del FBI de las sustancias incautadas y las pruebas obtenidas en Francia contra la célula de salafistas que pretendían atacar la Embajada de Rusia en París reactivó el caso.

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