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TEXTO DE REFERENCIA

Discurso de Gaspar Llamazares en el debate parlamentario sobre el Estatuto

Señorías, ya en la fase final de este debate y a pesar del ruido y de la furia que intenta imponer en sus intervenciones el Partido Popular, lo cierto es que la partida está decidida, la partida está ganada para la mayoría democrática del Parlamento de Cataluña y para el pacto con la mayoría democrática del Parlamento español. Es decir, el mensaje de hoy no es el mensaje del ruido ni de la furia sino que es el mensaje de la mayoría democrática, de la mayoría política del Parlamento español.

En segundo lugar, señorías, mi grupo parlamentario se resiste, sin embargo, a no hacer alguna valoración de lo que ha sido una reedición por parte del Grupo Parlamentario Popular, corregida y aumentada, de este ruido y esta furia a que me he referido con anterioridad. Han introducido algunos conceptos nuevos que están en la línea del discurso profético inicial del Partido Popular: el concepto convicciones, totalmente prepolítico, que tiene que ver fundamentalmente con el discurso profético; el concepto también relativo al texto, un texto ininteligible, como si estuviera contrapuesto a la claridad de los textos sagrados y, por otra parte, también los políticos buenos y los políticos malos. Todo ello tiene que ver con el discurso profético. Pero, ¿saben ustedes cuál es su problema? Su problema es que la mayoría democrática de esta Cámara derrotará ese discurso prepolítico, y tienen aún un problema mayor, y es que la profecía no se va a cumplir.

Su profecía autocumplida no se va a cumplir, no va a haber ese caos como consecuencia del Estatuto y el Estatuto se va a integrar en los textos constitucionales de nuestro país, formará parte del bloque de constitucionalidad y se integrará en la normalidad democrática española. Ustedes seguirán con el ruido y la furia pero el Estatuto se incorporará democráticamente a la normalidad democrática de nuestro país. Sí ha habido una cuestión nueva por parte del Partido Popular, por parte del señor Rajoy, que es especialmente preocupante. Yo decía antes respecto al señor Rajoy habíamos tenido un espejismo, que parecía ser el Suárez del Partido Popular e iba a terminar siendo el Arias Navarro del Partido Popular.

Hoy lo he visto de nuevo en su segunda intervención. Nos ha aportado la conexión inextricable entre el Estatuto de Cataluña y Otegi, entre el Estatuto de Cataluña y Euskadi. Vuelven otra vez a buscar el maligno, de alguna manera, en el trasfondo del Estatuto de Cataluña. No es que sea la voluntad del pueblo catalán, no es que sea un pacto con el conjunto de la ciudadanía y una mayoría democrática, es que hay un maligno en el oscuro que es el maligno de la violencia y del terrorismo de nuevo en sus intervenciones. Eso sí que es inaceptable. Es inaceptable la conexión entre el Estatuto de Cataluña, la voluntad mayoritaria de los catalanes, y la violencia, como de nuevo han vuelto ustedes a intentar hacer en este Congreso de los Diputados y con ello demuestran que, como el alacrán, esto de picar va en su naturaleza, que en su naturaleza va lo del veneno por relacionar el Estatuto de Cataluña con la violencia. Le digo, señor Rajoy -que no me escuchará-, que hay varios países plurinacionales y muchos en el ámbito de Naciones Unidas -puede usted pedir la lista a Naciones Unidas-, pero cerca tenemos dos, Gran Bretaña y Bélgica, países plurinacionales donde en determinado momento no se ha reconocido esa plurinacionalidad y en otros momentos sí se ha reconocido en modificaciones, incluso de carácter constitucional.

Dejen ustedes de hacer campaña antinacionalista, porque su discurso hoy aquí es un discurso de nacionalismo excluyente. Ese es el sentido del discurso del Grupo Popular, pretendiendo una sola nación excluyente del resto de la pluralidad del Estado. Dejen de hacer antinacionalismo desde un nacionalismo de carácter excluyente.

Para terminar, refiriéndome al Grupo Parlamentario Socialista, ya quisiéramos nosotros que el Estatuto Valenciano se pareciese siquiera al Estatuto de Cataluña. Lo digo por lo que nos afecta y por lo que afecta al título de derechos y libertades. Ya quisiéramos que la enjundia de ese título fuese la misma en un estatuto que en otro y que el seguimiento de los derechos fuese el mismo en uno y en otro estatuto. Y ya quisiéramos también que la situación que hoy vivimos con vergüenza no fuera lo que está ocurriendo en el Levante español.

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