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Los tres jóvenes que quemaron a una mendiga confiesan entre lágrimas que "se les fue la mano"

Los supuestos asesinos son "de clase media, gente normal", según la policía

Cuando la policía autonómica catalana fue a detenerles, los tres jóvenes se derrumbaron, rompieron a llorar y confesaron entre lágrimas que "se les fue la mano", que "no querían hacer tanto daño como hicieron". En concreto, lo que supuestamente hicieron fue apalear a una mendiga para luego rociarla con líquido inflamable y prenderla fuego, causándola así la muerte.

Las familias de los jóvenes (uno de ellos tiene 17 años y los otros dos 18) son "de clase media, gente normal" que han sido "los primeros sorprendidos" por el crimen, según ha explicado hoy en rueda de prensa el intendente de los Mossos d'Esquadra de Barcelona, Joan Miquel Capell.

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"Para divertirse, para molestar"

El crimen tuvo lugar el pasado jueves en el interior de un cajero automático de Barcelona. Allí los tres jóvenes supuestamente hostigaron a la mujer antes de acabar con su vida. Actuaron "de forma cruenta, sin que exista ninguna explicación razonable" para su ensañamiento, según ha explicado el policía. Comenzaron a hostigarla "para divertirse, para molestar", en una noche en la que habían quedado para salir de fiesta. La eligieron al azar, "porque la vieron, porque pasaron por allí", ha añadido.

La policía sigue investigando lo que ocurrió entre la una de la madrugada, cuando entraron en el cajero para insultar y golpear a la mendiga, y las cuatro, cuando regresaron supuestamente para prenderla fuego. Ninguno de los tres había estado implicado antes en actos violentos, aunque uno tenía antecedentes por un delito contra la propiedad. La policía cree que tampoco había molestado antes a otros mendigos, y descarta que pertenezcan a una banda juvenil o que tuvieran un móvil racista. No estaban tan borrachos como para no ser conscientes de lo que hacían.

Insultos, golpes, y el infierno

Las cámaras de la entidad bancaria registraron los detalles de lo ocurrido. El drama comenzó a las diez de la noche en el interior de un cajero automático de La Caixa situado en el número 28 de la calle de Guillem Tell, en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi. A esa hora, una mendiga "con cara de frío" entró a resguardarse en el habitáculo. A la 1.30 entraron dos de los jóvenes, que no hicieron amago de sacar dinero sino que empezaron a insultar a la mujer. "Estuvieron entrando y saliendo unos 10 minutos, simplemente incordiando y mofándose de la mujer", explicó ayer un portavoz policial.

En una de esas entradas y salidas de la sucursal se produjo un forcejeo, con la mujer en el interior de la entidad y los dos jóvenes en el exterior, hasta que la indigente logró colocar el pestillo de seguridad. Los agresores se marcharon. Pero a las 4.30 volvieron. En concreto volvió otro chico, el de 17, que no había tomado parte al parecer en la trifulca anterior. Llamó a la puerta y la mendiga abrió. Entonces aparecieron los otros dos. Juntos siguieron insultándola y agrediéndola hasta dejarla inconsciente. De repente aparece en la imagen un bidón de plástico con líquido inflamable. Los jóvenes rociaron a la mujer con él, y se marcharon tras arrojarla un cigarrillo encendido.

"Aquello se convirtió en un infierno", relató el portavoz policial. "Es tan dantesca la escena que en un momento dado quedan anuladas las cámaras", ha añadido. Maria Rosario, que así se llamaba la víctima, sufrió heridas de segundo y tercer grado en el 65% de su cuerpo y fue trasladada de urgencias al hospital del Vall d'Hebron, donde falleció a las nueve de la mañana del sábado. La mujer presentaba también diversas heridas por los golpes propinados por sus agresores.

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