Aznar acusa al Gobierno de "trabajar a favor de la desaparición de sus propias competencias"
El ex presidente del Gobierno califica la reforma del Estatuto de Cataluña de "desafío mayúsculo a la sociedad española"
El ex presidente del Gobierno José María Aznar ha tenido hoy duras palabras contra la propuesta de reforma del Estatuto de Cataluña aprobada por el Parlament y enviada a las Cortes. Durante su intervención en el Observatorio Económico de la Fundación FAES, de la que es presidente, Aznar ha asegurado que "con el estatuto de la división", España está probablemente ante el "primer caso de un Gobierno que trabaja activamente a favor de la desaparición de sus competencias y de su propia razón de existir". Aznar ha coincidido con Rajoy en criticar el "sumo carácter intervencionista" del proyecto, que consideran "nefasto" para los ciudadanos y "letal" para la economía de Cataluña.
Rajoy y Aznar han vuelto a coincidir en un acto de la Fundación FAES, la cuarta sesión del Observatorio Económico, que analiza las consecuencias económicas del Estatuto catalán. Esta jornada ha contado con la participación de siete economistas, que también han criticado el "excesivo intervencionismo" económico de la propuesta catalana que, en su opinión, supone un ataque a la unidad de mercado y pone en peligro el propio mercado.
El ex presidente del Gobierno ha asegurado que la reforma estatutaria supone "un desafío mayúsculo a la sociedad española, un ataque al modelo consensuado de convivencia y una ruptura de la Constitución", y ha reiterado que es un "cambio de régimen político". "Todo ello sin mandato ni consentimiento de nadie", ha afirmado. En cuanto a la economía, ha indicado que "habrá un impacto del Estatuto en las cuentas de resultados de las empresas y en las cuentas corrientes de los trabajadores", a lo que ha añadido que se trata de un texto "profundamente intervencionista" porque "pretende imponer un modelo de sociedad".
Se agotan los calificativos
A su juicio, el texto catalán "perjudicará gravemente a la gran mayoría de los ciudadanos catalanes" y "coartará su libertad", porque la Generalitat "se encargará de regular múltiples ámbitos de su convivencia". "Y este yugo regulador sólo puede producir perjuicio a una sociedad de dinamismo contrastado y extraordinaria capacidad de iniciativa", ha opinado. Aznar ha aprovechado además su discurso para agradecer y reconocer al líder del PP, Mariano Rajoy, que "esté acertando a ser la expresión política y el líder de esa gran mayoría de españoles que rechaza lo que el Gobierno está haciendo", y ha añadido que "es bueno que haya alguien que conserve el sentido común, el sentido histórico y el sentido del patriotismo".
Durante el mismo acto, Rajoy ha afirmado que defenderá los intereses de los ciudadanos de Cataluña "mucho mejor" que los que han promovido el Estatuto catalán y "por supuesto mucho mejor que el presidente del Gobierno", y ha añadido que su partido va a defender "a las personas y no a los territorios". Para Rajoy, el "llamado proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña" es "letal para el futuro económico" de esa región e "intervencionista en grado sumo". El presidente del PP ha asegurado que no va aceptar que le llamen "anticatalán", y ha señalado que se le han "agotado los calificativos" para definir al texto, aunque ha subrayado que "no es que sea contrario a la Constitución, sino que es otra Constitución".
Ha explicado que "promover, fomentar, intervenir y planificar se usan 127 veces en esta propuesta y en la Constitución Española 20 veces", y ha detallado que intervenir "se usa 22 veces en el Estatuto y dos en la Constitución" y planificar aparece "en 50 ocasiones en el Estatuto y tres en la Constitución". Rajoy ofrecerá el próximo 2 de noviembre, día en que está previsto que empiece el debate del Estatuto, un pacto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para encajar el texto de la reforma en la Constitución. Rajoy sostiene que la reforma del Estatuto es "inconstitucional y aconstitucional pues propone que España sea un Estado confederal" y cree que lo mejor de todo sería devolver el texto al Parlamento catalán y empezar otra vez.
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