Puig afirma que "conocía con anterioridad" la adjudicación de obras en la etapa de CiU
El ex conseller de Obras Públicas niega "rotundamente" el cobro de comisiones durante los Gobiernos de Jordi Pujol
El ex consejero de Obras Públicas durante la última etapa de gobierno de CiU, Felip Puig, ha negado "rotundamente" que los partidos o personas que integran la coalición nacionalista cobrasen comisiones por la adjudicación de obras en Cataluña. En su comparecencia ante la comisión parlamentaria que investiga el hundimiento de edificios en el Carmel y las adjudicaciones de las obras públicas en los últimos años de Gobierno de Jordi Pujol, Puig ha rechazado esa posibilidad al tiempo que ha reconocido que era él quien "conocía con anterioridad" y daba el visto bueno a la adjudicación definitiva los proyectos elegidos.
A una pregunta del diputado del PP catalán Daniel Sirera, Puig ha contestado con un "no, rotundamente no" al supuesto cobro de comisiones, un asunto que generó una tormenta política a raíz de las insinuaciones del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en el pleno extraordinario del pasado 24 de febrero. Maragall dijo ese día que "el problema de CiU era el 3%", acusación que semanas después rectificó públicamente, no sin antes abrir una grave crisis en Cataluña que llegó a amenazar las negociaciones para redactar el nuevo Estatuto.
"Yo conocía con anterioridad" la adjudicación
Puig ha insistido en su comparecencia de hoy en la "absoluta transparencia" con la que se llevaban a cabo los procesos de contratación de obras en la últimos años de gestión de CiU, cuando él era el responsable político de ese área. En este sentido, ha explicado que "no pagábamos sin factura a nadie" y que "siempre se hacían las obras con todos los documentos encima de la mesa". Puig también ha detallado cómo se tomaban las decisiones en GISA, empresa pública encargada de licitar las obras públicas en Cataluña. Según su relato, la mesa de contratación de GISA, integrada por el director general de la empresa y "tres o cuatro técnicos" valoraban las ofertas desde el punto de vista técnico, económico y de experiencia. Luego elevaban su propuesta al consejo de administración, que "era quien tomaba la decisión de la adjudicación, que yo conocía con anterioridad", ha matizado, dando crédito así a las acusaciones del socialista Joaquim Nadal, que en la primera jornada de comparecencias aseguró que en el sistema establecido por CiU participaba un "responsable político", al que entonces no identificó.
Ha sido a preguntas de los socialistas cuando Puig ha admitido que conocía las propuestas de adjudicación que se iban a hacer en los consejos de administración de GISA, pero que él sólo opinaba "cuando había situaciones de empate, porque entonces comentaba con el presidente (de GISA) cuál era la opción que se tomaba", aunque ha insistido en que esta situación se producía "muy excepcionalmente" y que la decisión final siempre estaba en manos del consejo de administración.
Puig también se ha referido a la financiación de los partidos políticos, la base sobre la que se ha erigido el cruce de acusaciones de corrupción entre las formaciones catalanas. El actual portavoz de CiU en la cámara catalana ha apostado por reformar la actual legislación sobre las donaciones a los partidos, una práctica que tiene su origen en que "la cultura política y democrática no está todavía lo bastante consolidada". En este sentido, ha recordado que éstas "tienen unos límites pautados por ley" y ha añadido que existe "una cierta voluntad compartida por los partidos políticos" de reflexionar sobre el actual sistema de financiación. "Sería bueno que se planteasen reformas", entre ellas la revisión de los donativos anónimos, ha dicho Puig, antes de señalar que "todo es mejorable".
"Crisis de complicidad"
Puig también ha lamentado la "importante crisis de complicidad" generada por culpa del tripartito entre GISA, la Generalitat y las constructoras. En cuanto a la denuncia de discrecionalidad lanzada por el conseller de Obras Públicas, Joaquim Nadal, ha asegurado que "forma parte de estas medias insinuaciones, medias mentiras que no responden a nada objetivo". Por otra parte, Puig ha ironizado sobre la condición de historiador de Nadal, y ha subrayado que, por el contrario, tanto él como el anterior conseller, Pere Macias, son ingenieros de caminos. Puig ha sentenciado que "a lo largo de 23 años de gobierno no recuerdo que nunca se nos hubiera hundido algún túnel", y ha añadido que "yo nunca utilizaré procedimientos administrativos para eludir mis responsabilidades, cosa que otros responsables políticos sí que hacen".
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