La policía dice que los asaltantes del consulado español en Berna lograron huir
Tres ladrones mantienen en jaque durante horas a la policía suiza y las autoridades españolas
Tres encapuchados, al parecer simples delincuentes comunes, han tenido en jaque a la policía suiza y a las autoridades españolas durante casi siete horas al asaltar el consulado español en la ciudad de Berna y tomar como rehenes a dos de sus empleados. En busca al parecer de dinero o visados para luego venderlos, los tres asaltantes han logrado entrar en la sede diplomática y herido a uno de sus funcionarios. Luego han retenido a otros dos y, antes de que la policía suiza montara un espectacular cerco policial con tanques y francotiradores, han logrado escapar y se desconoce su paradero. Posteriormente, agentes de élite han tomado de nuevo el control del edificio, en el que ya no había nadie.
Según cuentan ahora, ocho horas después de que comenzara el incidente, los propios policías suizos, han estado cercando un edificio vacío. De hecho, agentes de élite de la policía han lanzado un asalto para retomar el control de un edificio que nadie controlaba. Poco después de lanzado el asalto, se empezaba a vislumbrar una posibilidad, cuando una portavoz policial aseguraba que "hemos registrado el edificio y podemos asegurar que no hay nadie dentro. Aparentemente, los secuestradores han huido, no los hemos encontrado en el edificio".
Era la conclusión a un incidente que ha comenzado a las ocho de la mañana, cuando tres personas encapuchadas, armadas con una pistola y un cuchillo, han forzado la entrada al edificio y han exigido a uno de los empleados que les abriera la caja fuerte. En ese momento, llegaba otro empleado a la sede, que ha sido atacado por uno de los encapuchados, pero ha logrado escapar y alertar a la policía. Otro empleado que llegaba en ese momento al edificio ha sido obligado a entrar en el interior, con lo que eran dos los funcionarios retenidos. Ha sido en este momento, según la policía, cuando han huido, antes de que se estableciera el cordón.
Alertada por el funcionario herido, la Policía federal ha establecido un perímetro de seguridad -con tanques, coches patrulla y tiradores de élite- en torno a esa representación diplomática española y ha intentado, obviamente sin éxito, "mantener contacto" con los atacantes. A través de altavoces, les han lanzado, en alemán y español, un ultimátum para que salieran del edificio Nadie ha respondido. Además de cortar varias calles, la policía de Berna ha activado un plan de crisis especializado en la toma de rehenes, reforzando además la seguridad en torno a las instalaciones diplomáticas de España ante las agencias de Naciones Unidas en Ginebra. Finalmente, cumplido el ultimátum, agentes de las fuerzas de élite han entrado y tomado el control del consulado pero no han logrado detener a los delincuentes, porque el edificio estaba vacío. Después, el jefe de la policía ha reconocido que los asaltantes habían huido antes de que se estableciera el cordón.
Según el relato de la policía, mientras, los supuestamente retenidos, "suponiendo que los delincuentes estaban todavía en el interior del edificio, no quisieron abandonar la habitación en la que estaban encerrados". Sin embargo, hacia las nueve y media, y después de haber contactado con los agentes policiales mediante signos, los dos rehenes han abandonado el edificio consular protegidos por la policía. Ya no quedaba nadie dentro, pero la policía, sin saberlo, ha mantenido el cerco aún unas horas más.
Confusión
Aunque las fuerzas suizas han dado por finalizado el asalto sobre las tres de la tarde, el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, informaba a las once de la mañana desde Madrid de que los tres secuestradores habían abandonado el edificio del consulado y que los empleados de la legación diplomática se encontraban a salvo. A esa hora, la policía suiza sostenía que los asaltantes seguían en el Consulado y que estaban armados.
Otro de los aspectos confusos del asalto, además del paradero de los atacantes, es el objetivo de su acción. El titular de Exteriores ha explicado que los secuestradores pretendían acceder a la caja fuerte y obtener dinero. Sin embargo, posteriormente fuentes diplomáticas suizas han señalado que los asaltantes son delincuentes comunes que pretendían obtener visados para la entrada en los países europeos que forman parte del área Schengen. Ese tipo de documentos, que han de ser solicitados por los ciudadanos de países terceros a los que integran Schengen, son muy cotizados en el mercado negro, donde se llega a pagar entre 3.800 y 5.000 euros por ellos.
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