Bush, luchando contra los elementos
El presidente de EE UU, George W. Bush, no gana para sustos. Si hace un año casi se atraganta con una galleta y hace unos días sufría magulladuras varias al caerse de una bicicleta en su rancho de Texas, ahora es un paraguas el que le juega malas pasadas.
Una fuerte tormenta de agua y viento sorprendió a Bush nada más bajar de un avión del Ejército estadounidense en la base aérea de Andrews (Maryland). Su desprotección bajo la lluvia fue breve, porque al poco embarcó en el Air Force One, con todas las comodidades imaginables, rumbo al Estado de Colorado.
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