El Dalai Lama defiende el autogobierno del Tíbet y el pacifismo tras recibir el Premio Jaime Brunet
El líder del budismo inició ayer su quinta visita a España en medio de una polémica sobre la negativa de las autoridades a recibirle
El líder espiritual del Tíbet, el XIV Dalai Lama Tenzin Gyatso, ha defendido esta mañana el autogobierno de su país, ocupado por China desde hace casi 50 años, tras recoger el Premio Internacional Jaime Brunet 2001 pro Derechos Humanos en la sede del Parlamento Europeo en Madrid, durante su segundo y último día de visita a España.
El jurado ha concedido el galardón al Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano y Premio Nobel de la Paz de 1989, por los valores que representa como "apóstol de la no violencia, y más aún en este momento histórico de convulsión social y política en el panorama mundial, con evidente riesgo de retroceso en el necesario avance de la defensa de los derechos humanos fundamentales". Tras agreceder a la Fundación de la Universidad Pública de Navarra y al Comité de Apoyo al Tíbet (CAT) este galardón, el Dalai Lama ha defendido el autogobierno de su pueblo, el pacifismo como "forma de vida", al tiempo que ha abogado por la armonía entre todas la religiones.
El líder budista se ha mostrado "contento y agradecido" por el premio auqnue, en su opinión, ha hecho "muy poco para merecerlo". El acto, que ha comenzado a las 10.30 horas, ha sido presentado por el ex presidente del Congreso Fernando Álvarez de Miranda y el portavoz del PSOE en esta Cámara, Jesús Caldera. Tenzin Gyatso, que ha bromeado con la forma de la estatuilla al asegurar que "le falta el brazo derecho y el tronco", ha afirmado que la Humanidad "todavía tiene mucho por hacer, faltan muchas cosas para que este mundo sea saludable y completo. Hay que trabajar duro".
3.600 euros para fines benéficos
En cuanto a la dotación económica del premio, la mitad de los 3.600 euros los destinará a una asociación encargada de acoger a niños tibetanos que han sufrido congelaciones, mientras que la otra mitad la enviará a una aldea india, junto a asentamientos tibetanos, donde se realizan planes de formación de artesanía. "Soy tibetano, soy monje budista y siempre rezo y rezaré mientras dure el sufrimiento en el mundo y mientras pueda permanecer en él para poder ayudar, para servir a la Humanidad", ha reiterado, que ha manifestado su deseo de transmitir a la sociedad española y mundial que las tragedias "vienen por sufrimientos que nosotros mismos creamos, que no son naturales, que podemos evitar". "Hay dinero para armas, para muchas armas, pero no para sanidad ni para comprar alimentos", ha subrayado.
Por ello, el líder tibetano ha apelado a la filosofía budista, la utilización correcta de la mente, eliminando o reduciendo "los malos pensamientos" y fomentando "la paz, el perdón, la compasión y la generosidad" y ha sentenciado que el desarrollo técnico y la sofisticación "no son garantía de bienestar". En cuanto a su castigado país, ha expresado su deseo de que algún día el Tíbet consiga su autonomía, un hecho, según ha recordado, que contempla la Constitución china. "No podemos unir las fuerzas con otros pueblos como Afganistán, Pakistán o India, sobre todo porque China y Mongolia están por medio", ha reconocido. También se ha refirido a la situación en Irak para reiterar su oposición a la violencia, que "engendra una violencia sin fin".
El Dalai Lama ha explicado que, tras los atentados del 11-S, envió una carta al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para que las medidas que tomara no fueran violentas y que "al final, lamentablemente, no ha sido así". Esta noche, el Dalai Lama se despedirá de España con un discurso público, bajo el lema Responsabilidad Universal, en el Auditorio Príncipe Felipe de Madrid antes de partir el día 10 hacia París, donde el Nobel de la Paz será recibido en la Asamblea nacional por su presidente, Jean-Louis Debré.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.