Tamayo admite no poder probar el supuesto pacto electoral entre PSOE e IU
El diputado tránsfuga declara que Simancas y Blanco conocían de antemano su decisión de ausentarse de la Asamblea
La comisión de investigación de la trama de la Asamblea de Madrid ha comenzado hoy con la declaración de Eduardo Tamayo, quien, junto a Teresa Sáez, no acudió al pleno de constitución de la Cámara, dejando la Presidencia en manos del PP. Tamayo ha vuelto a justificar su espantada en el supuesto pacto firmado entre PSOE e IU para gobernar en Madrid, por el que la coalición "comunista" se haría con el 50% del Ejecutivo, aunque ha reconocido que no tiene en su poder el documento que lo prueba. El representante socialista ha tratado de desmontar esta tesis recordándole que no puso objeciones a dicho pacto cuando se estaba gestando.
Según Tamayo, quien empezó a declarar pasadas las 10 de la mañana y, tras un receso doce horas después, aún lo hace, ese acuerdo (en el que se adjudicaban a IU las Consejerías de Vivienda, Educación y Sanidad) fue sellado bajo la presencia del secretario de organización del PSOE, José Blanco, y con el beneplácito de José Luis Rodríguez Zapatero en una reunión en la sede socialista de la calle Ferraz. No obstante, Tamayo ha admitido que no asistió a varias de las reuniones de la Federación Socialista Madrileña (FSM) en las que se fraguó ese supuesto pacto. Es más, como ha recordado el portavoz socialista en la Comisión, Modesto Nolla, el tránsfuga no puso ninguna objeción a dicho acuerdo de Gobierno en las reuniones a las que sí acudió. Tamayo ha justificado esta ausencia de objeciones en que "no se dio información alguna sobre el contenido del acuerdo".
El ahora portavoz del Grupo Mixto de la Asamblea ha cuidado en todo momento de dejar al PP fuera de toda implicación en la trama, insistiendo en que todo se debe a las tensiones en el seno de la FSM que preside Rafael Simancas. Así, ha culpado a éste y a Ruth Porta, portavoz del grupo parlamentario, y a su marido, Enrique Benedicto, de incumplir el "pacto político" suscrito con la corriente Renovadores por la Base, a la que pertenece Tamayo, y por el que este grupo se haría con el 40% de un eventual Gobierno socialista. Por ello, ha acusado a Simancas, de "mentir" y de "traicionar" al movimiento liderado por José Luis Balbás.
El tránsfuga ha basado su defensa en un ataque al PSOE. Así, ha declarado que José Blanco, Rafael Simancas y otros militantes del PSOE conocían su decisión de ausentarse de la votación de constitución de la Asamblea. Sin embargo, ha negado que el secretario general del PP de Madrid, Ricardo Romero de Tejada, u otros militantes del PP supieran de sus intenciones para el día 10 de junio. Incluso ha negado conocer a Romero de Tejada.
El portavoz del Grupo Mixto también ha acusado a Simancas de "engañar" a Hacienda y a los ciudadanos al ocultar los "dos chalets que tiene en Arroyomolinos y Boadilla del Monte". Tamayo ha basado sus acusaciones en recortes de periódicos, además del auto que desestima la querella presentada por el PSOE contra él. En todo momento ha señalado que la postura que tomó junto a su compañera María Teresa Sáez radica en el único deseo de "luchar por sus ideas" y que "no tiene nada que ver con el Partido Popular, con ningún constructor ni con ningún abogado".
Las llamadas a Verdes y Bravo
El turno de preguntas ha sido abierto por el portavoz de Izquierda Unida (como grupo con menor representación), Miguel Reneses, quien ha exigido a Tamayo que aclare las conversaciones telefónicas que mantuvo con el abogado José Esteban Verdes (vinculado al PP y esposo de la concejal popular de Madrid Paloma García Romero) la noche electoral y el día de la espantada en la Asamblea. El diputado tránsfuga se ha resistido a contestar, aunque finalmente ha afirmado que esas llamadas eran de carácter "personal y profesional". Además, ha explicado que pidió a Verdes que le redactara el recurso que posteriormente presentó ante la Junta Electoral para reclamar su acta y la de Sáez, que estaban en manos del grupo socialista.
Aunque el diputado tránsfuga ha respondido que no recuerda que el día de las elecciones también conversara con el constructor Bravo, ha señalado en tono irónico que si lo hizo probablemente fue sobre "algún tema festivo" ya que era domingo. Sí ha reconocido una relación de amistad con Francisco Bravo, aunque ha señalado que desconocía su pertenencia al PP.
La sesión ha acabado en trifulca después de que el presidente de la comisión decidiera continuar la sesión el lunes a las 17.00. Según los socialistas, lo acordado era proseguir hoy hasta que fuera necesario, lo que ha negado el presidente de la comisión.
Quiénes conforman la comisión
La comisión de investigación, presidida por el diputado popular Francisco Granados, está formada por 17 parlamentarios, de los cuales ocho son del PP, seis del PSOE, dos de IU y uno del Grupo Mixto, aunque este último se quedará sin representación en virtud de un sistema de incompatibilidades que impide que Tamayo y Sáez puedan ser al mismo tiempo "juez y parte" del proceso. Los miembros elaborarán, una vez terminada la comisión, un dictámen elaborado mediante el sistema de voto ponderado de los distintos grupos parlamentarios.
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