El 'asesino del naipe' no dejó el as de copas junto al cadáver de su primera víctima
Alfredo Galán empezó a arrojar cartas al comprobar su repercusión en los medios de comunicación
Alfredo Galán Sotillo, el asesino del naipe confeso, no dejó el primer as de copas hallado junto a su tercera víctima -un joven en la Alameda de Osuna- y decidió comenzar a arrojar cartas después de ver en los medios de comunicación la repercusión de este detalle.
Fuentes de la investigación han dicho que Galán, que se ha confesado autor de seis crímenes, detalló este extremo en una de las declaraciones efectuadas tras haberse entregado a la Policía el pasado jueves en Puertollano (Ciudad Real).
Al parecer, Galán ni siquiera llegó a ver el as de copas que la Policía encontró a unos diez metros del cadáver de Juan Carlos Martín, hallado en la madrugada del 5 de febrero en una parada de autobús de la Alameda de Osuna.
Ese mismo día, Galán, supuestamente, disparó en el bar Rojas de Alcalá de Henares contra tres personas, entre ellas el camarero del establecimiento que murió al instante y una mujer, que también falleció. En este caso, al igual que en el asesinato del portero de una finca de la calle de Alonso Cano de Madrid, el 24 de enero, tampoco dejó "marca".
El 2 de copas apareció en el lugar donde presuntamente disparó contra un ecuatoriano, Eduardo S.S., que quedó gravemente herido, y contra la chica que le acompañaba, pero se le encasquilló el arma. Según su propia declaración, a Galán se le encasquilló la Tokarev 7,62 "porque llevaba una red para recoger las vainas" y desistió de disparar nuevamente. En el lugar donde supuestamente disparó el día 18 de marzo contra sus siguientes víctimas -una pareja de rumanos- colocó el tres y el cuatro de copas.
En esta ocasión, el ex cabo del Ejército, según su relato, se cruzó en un descampado de Arganda del Rey (Madrid) con una pareja "que venía andando y una vez rebasada esta, se vuelve y dispara directamente a la cabeza del hombre, que cae fulminado".
A la mujer, le disparó tres veces y posteriormente remató al hombre en el suelo. Cuando los agentes, en una de sus declaraciones, pidieron a Galán que aportara una prueba significativa de su autoría en los hechos manifestó "el punto realizado con rotulador azul en el reverso de los naipes" que dejaba junto a sus víctimas, marca que al parecer no se observó en el as de copas.
Galán declaró que no elegía a las víctimas, sino que lo hacía de manera indiscriminada y al azar y que procuraba que hubiera los menos testigos posibles.
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