Miles de fieles arropan al Papa en la canonización de cinco beatos españoles

"Paz en fraterna convivencia". Con esas palabras se ha despedido este mediodía el Papa Juan Pablo II de los cientos de miles de personas -un millón según los organizadores- que han abarrotado la plaza de Colón, en Madrid, para presenciar la canonización de cinco beatos españoles. La misa, concelebrada con otros 300 sacerdotes, se ha desarrollado bajo un sol de justicia y ha constituido el acto culminante de su visita, que ha finalizado esta tarde tras entrevistarse de nuevo con los Reyes antes de tomar el avión de regreso a Roma.

El Pontífice ha llegado hacia las 10 a bordo del papamóvil, con la ventana totalmente abierta y bendiciendo a los fieles. En su homilía, Juan Pablo II ha pedido a España que no rompa sus raíces cristianas y mantenga la tradición familiar, ha elogiado a los nuevos santos de la Iglesia y ha invitado a los congregados a pedir para que en España sigan floreciendo nuevos santos. El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, ha agradecido por su parte a Juan Pablo II su defensa "del derecho a la vida frente a toda agresión que la amenaza, especialmente frente a la violencia terrorista". Además de Rouco han participado otros 11 cardenales, 130 obispos y 1.500 sacerdotes que han dado la comunión a medio millón de personas.

A la ceremonia han asistido, entre otros, los Reyes de España, el presidente del Gobierno, José María Aznar, y su esposa, Ana Botella, y el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. El líder socialista, que ha acudido solo, ha recibido a su llegada a la plaza algunos abucheos e invitaciones a "rezar el rosario". Otros asistentes han portado pancartas con lemas como "No a la guerra" y "Aznar excomunión".

También han estado presentes casi todos los ministros del Gobierno, ocho presidentes autonómicos, doce alcaldes, los presidentes del Congreso y el Senado, Luisa Fernanda Rudi y Juan José Lucas; los presidentes del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando, y de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar; el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica y el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal.

35.000 sillas

En la plaza se han instalado un inmenso altar y 35.000 sillas en torno al estrado desde el que el Papa ha concelebrado la eucaristía. Treinta mil de los asientos han estado destinados a las familias religiosas de los nuevos santos. Muchos de congregados llevaban al cuello pañuelos de color amarillo, escapularios, y sillas plegables para aguantar las horas de espera. Familias enteras y gentes venidas de toda España han madrugado para estar presentes en la ceremonia, muchas de ellas portando consigo la maleta que han traído a este viaje a Madrid. Se les ha repartido a todos un programa de cánticos.

Para velar por la seguridad de los asistentes, el SAMUR (Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate) ha dispuesto cuatro hospitales de campaña. La atención en la Plaza de Colón ha estado además a cargo de 638 sanitarios, 108 vehículos, 19 UVI móviles, 32 unidades de soporte vial básico, 24 unidades de ciclistas, ocho motos y 11 vehículos de intervención rápida.

Los cinco beatos que han sido canonizados esta mañana son los andaluces Pedro Poveda (Linares 1874-Madrid 1936), sor Ángela de la Cruz (Sevilla 1846-1932) y José María Rubio (Dalías, Almería 1864-Madrid 1929); la madrileña María Maravillas (Madrid 1891-1974) y Genoveva Torres (Almenara, Castellón 1870-Zaragoza 1956). La plaza Colón de Madrid estaba presidida por sus cinco retratos con la leyenda "seréis mis testigos". El Papa ha asegurado que todos ellos "tienen rostros muy concretos y su historia es bien conocida. ¿Cual es su mensaje?. Sus obras, que admiramos y por las que damos gracias a Dios, no se deben a sus fuerzas o a la sabiduría humana, sino a la acción misteriosa del Espíritu Santo". "¡Dejaos interpelar por estos maravillosos ejemplos!", ha concluido.