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COMUNICACIÓN

El Instituto Internacional de la Prensa denuncia agresiones a periodistas vascos

Un informe presentado en Viena describe el riesgo al que enfrentan los reporteros del mundo entero en su labor diaria

El Instituto Internacional de Prensa (IPI), que agrupa a editores de todo el mundo, ha denunciado las condiciones de "amenazas y miedo" en que realizan su labor los periodistas en el País Vasco español, donde recuerda que continúan los atentados contra la prensa por parte de ETA y de grupos afines a la organización terrorista.

El informe sobre el año 2001, que ha presentado esta mañana en Viena el Instituto, destaca que "las agresiones contra los medios, que se iniciaron en el año 2000, continuaron el pasado año con numerosos atentados con bombas contra sus oficinas o reporteros".

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El derramamiento de sangre ha conducido a que numerosos periodistas abandonen la región para buscar trabajo en otros lugares y quienes permanecen en el País Vasco se ven obligados a "llevar guardaespaldas" y realizar su labor "bajo la omnipresente amenaza de la violencia".

El informe describe que los principales blancos son aquellos analistas que regularmente denuncian las tácticas de violencia empleadas por ETA y que "son atacados a sangre fría por pequeños grupos de colaboradores".

"Esto es evidente ante el uso frecuente de bombas y 'cócteles mólotov'" por parte de ETA y sus colaboradores, según el Instituto, que se refiere concretamente al caso del periodista Gorka Landáburu, que resultó gravemente herido en manos y cara por la explosión de una carta bomba en mayo de 2001.

En ese sentido, recuerda que "antes del ataque Landáburu recibió numerosas amenazas" del entorno de ETA y que su vivienda fue atacada con bombas incendiarias, al igual que la del dibujante José María Alemán, del Diario Vasco, en agosto del mismo año.

El IPI condena también en su informe el asesinato de Santiago Oleaga Elejabarrieta, jefe del departamento financiero del mismo diario, abatido a tiros en San Sebastián.

En el informe presentado por la IPI, también se destaca la colaboración con ETA de editores de prensa que utilizan sus propios medios para atacar a los periodistas que condenan la violencia, como el caso de la clausurada revista Ardi Beltza (Oveja Negra) y su director Pepe Rei, quien "ha sido acusado de pertenencia a la organización armada ETA".

Diferencias entre las leyes y su aplicación

En cuanto al contesto europeo, resalta el frecuente desfase que padecen los periodistas entre la ley y su aplicación, lo que ensombrece los logros de la región en derechos, libertad de expresión y de prensa.

En el continente europeo, donde 11 periodistas fueron asesinados en 2001, se echa de menos la voluntad de superar la diferencia que hay entre la ley y su aplicación, y por hacer un esfuerzo serio de los que violan la libertad de prensa para cambiar su actitud, dice el IPI.

"Pese a que la mayor parte del continente, a excepción de uno o dos países, están dotadas con el sistema legal más efectivo del mundo para proteger los derechos humanos, muchos estados han dejado de respetar su compromiso expreso de garantizar esos derechos", afirma.

Para el instituto, hay muchos motivos de preocupación en Europa, dado que el periodismo crítico e independiente, indispensable en cada democracia, es objeto de acoso y coerción en todo la Unión Europea. "Mientras los ataques a los medios van desde brutales a sutiles, sus autores comparten la misma falta de voluntad para aceptar que el poder exige responsabilidad y que ello sólo se puede lograr con prensa libre".

Asimismo agrega que desgraciadamente, allí donde se necesita más a la prensa es donde más fuertemente está oprimida y que no es ninguna coincidencia que la corrupción y la pobreza son frecuentes donde hay bajo nivel de libertad de prensa".

El informe insta a Europa occidental a "hacer más para impulsar a sus vecinos del Este a hacer un cambio más democrático" y recuerda que en Rusia, la libertad de prensa siguió erosionándose en 2001 con la desaparición de la última televisión independiente, TV6.

Para finalizar subraya los casos de violación de la libertad de prensa en Azerbaiyán, que pese a haber pasado a ser miembro en el Consejo de Europa a principios de 2001, varios periodistas fueron encarcelados por insultar al presidente, otros fueron agredidos físicamente por la policía y algunos periódicos fueron clausurados por informar de forma crítica sobre funcionarios.

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