Explota un artefacto en una instalación de Telefónica en Vizcaya
El sabotaje a la operadora no ha causado daños personales
Una bomba compuesta por cinco kilogramos de explosivo, posiblemente dinamita Titadine, colocada en un edificio de Telefónica en la localidad vizcaína de Arrigorriaga, ha provocado importantes daños materiales a la operadora y a unas 40 personas que residen en inmuebles cercanos. Según ha informado la Ertzaintza, no se han registrado heridos en la explosión, que se produjo a la una de la madrugada en esta localidad próxima a Bilbao. La compañía puede prestar normalmente su servicio habitual en la zona.
El artefacto fue colocado en la base de una antena, situada en la calle Lanbarketa de este municipio, pero la explosión ha afectado también seriamente al resto de la instalación. Además, ha originado la rotura cristales, puertas y persianas del propio edificio y de las viviendas colindantes.
El estallido ha tirado un tabique del edificio de Telefónica y ha dejado a la vista la escalera que conduce al segundo piso del inmueble. La Ertzaintza mantenía esta mañana acordonada la zona e incluso un parque infantil próximo al bloque atacado.
Un trabajador de esta empresa ha explicado que en el centro donde ha sido colocado el artefacto no trabajan operarios de forma permanente. Un portavoz de la compañía afectada ha precisado que aún no se han cuantificado los daños materiales registrados, que ha calificado de "llamativos", y ha recalcado que en ningún momento ha afectado al servicio a los clientes de Telefónica.
La condena del Ayuntamiento
Esta mañana, el pleno del Ayuntamiento vizcaíno de Arrigorriaga ha aprobado, con los votos de PNV, PSE-EE y PP, una moción en la que condena "sin paliativos" el atentado perpetrado contra el centro de Telefónica y se solidariza con "todas las víctimas del terrorismo en general" y con las de su pueblo "en particular".
La propuesta ha sido debatida por la vía de urgencia y ha contado con la abstención de los cuatro ediles de Batasuna y el del grupo independiente UVA, si bien este último ha mostrado su "adhesión a toda condena a la violencia contra bienes y personas".
El texto aprobado manifiesta: "Si bien algunos van a seguir absteniéndose en la condena de estos actos, nosotros debemos condenar una vez más y de forma enérgica la espiral de locura y sufrimiento causada por una minoría de la población que ha perdido el rumbo desde hace ya muchos años".
Los firmantes reconocen que el atentado ha "arrancado de cuajo" las puertas y ventanas de los vecinos de las proximidades del edificio atacado y ha provocado "nerviosismo y ansiedad" en los residentes, aunque "podía haber costado la vida de cualquier vecino que hubiera estado transitando por el barrio".
De igual forma, aseguran que el ataque representa "la respuesta de los fascistas al clamor de la mayoría de la sociedad vasca, que apuesta única y exclusivamente por las vías pacifistas como método de resolución de los conflictos".
Una concentración de condena
El alcalde de este municipio, Alberto Ruiz de Azua (PNV), ha visitado de madrugada el lugar de los hechos, donde ha conversado con los numerosos residentes que se despertaron madrugada sobresaltados por el impacto.
Al mediodía, un centenar de vecinos, según fuentes de la Policía Municipal, se ha concentrado en la plaza consistorial para mostrar su repulsa por el atentado. La movilización, presidida por el alcalde, ha contado con la presencia de los concejales del PNV, PP y PSE-EE.
Los congregados han permanecido en pie y en silencio durante unos 15 minutos, frente a una de las fachadas laterales del Ayuntamiento de Arrigorriaga, que luce la pancarta institucional con el lema Bakea behar dugu (Necesitamos la paz) y otra, más pequeña y desplegada junto a la ventana del despacho de los corporativos de Batasuna, en favor del acercamiento de los presos.
Al término del acto, el alcalde ha reiterado su "condena ante tanta locura y tanta barbarie" y, en nombre del Ayuntamiento, se ha solidarizado con los cerca de 40 residentes que, según ha apuntado, han sufrido en sus casas los destrozos ocasionados por la onda expansiva.
Siguiendo un protocolo de actuación recomendado por la Policía Autónoma Vasca, el Ayuntamiento ha instado a los ciudadanos perjudicados a que soliciten a sus compañías de seguros que evalúen los deterioros en sus domicilios y, más tarde, denuncien estos daños ante la Comisaría de la Ertzaintza de Galdakao.
Los vecinos de las 16 viviendas localizadas en los portales dos y tres de la calle Lanbarketa, los más afectados, reclaman una pronta reparación de los desperfectos causados en sus pisos, según ha señalado una de las administradoras de los portales, Emilia San José.
Los residentes de la zona afectada han pasado la noche entre los nervios ocasionados por sentirse víctimas del ataque perpetrado y el intenso frío que se ha colado por sus ventanas, ya que la onda expansiva ha hecho añicos los cristales de la fachada más próxima al edificio de Telefónica y ha desencajado sus persianas.
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