Se suspende el juicio a cinco etarras por el atentado en el edificio de Telefónica en 1982

El juicio, que debía haber comenzado hoy en la Audiencia Nacional, se suspendió en 1998, en esta ocasión, para incluir entre los acusados al etarra Juan Lorenzo Lasa Michelena "Txikierdi", lo que finalmente no fue posible ya que Francia -que lo detuvo en 1985 y lo entregó a España en 1992- negó su extradición por estos hechos.

La defensa de Blanco ha solicitado a la Sala que el procedimiento no se iniciase hasta que los testigos propuestos por el fiscal y las defensas de los cinco acusados que se encuentran "ilocalizables o enfermos" fueran citados, en virtud del derecho de defensa de los procesados y del principio de unidad de acto.

En este sentido, la letrada ha alegado que en caso de que se celebrase el juicio, éste no concluiría antes de agosto, mes en el que la Audiencia Nacional no tiene previsto celebrar juicios.

El resto de los letrados se ha adherido a la pretensión, a excepción de la defensa de Soares Gamboa, que ha formulado su protesta al entender que una nueva suspensión del juicio perjudica a su patrocinado, que se encuentra en prisión preventiva por esta causa.

Por su parte, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional no se ha opuesto a la suspensión, a pesar de que nadie puede asegurar, ha afirmado, que los testigos que no se encuentran localizados vayan a estarlo en una fecha próxima, y ha señalado que había que tener en cuenta que sólo uno de los dos peritos que debían declarar podía hacerlo, ya que el otro se encontraba en "comisión de servicios".

La Sala no ha fijado una fecha para la celebración del juicio, aunque se intentará que cuando se desarrolle, pueda comparecer Lasa Michelena.

150 kilos de goma 2

El fiscal pide para cada uno de ellos 20 años de cárcel por un delito de estragos agravado por el riesgo para las personas. El escrito del fiscal explica que hacia las dos y media de la madrugada del 18 de abril de 1982 consiguieron, haciéndose pasar por policías, entrar en el edificio de Telefónica.

Una vez en el interior, encañonaron y encerraron a tres trabajadores, a los que advirtieron que a las tres tendrían cinco minutos para avisar al resto de las personas que se encontraran en el edificio de la colocación de los explosivos.

En total instalaron seis artefactos, con una carga total de 150 kilos de goma 2, que hicieron explosión cuando todavía se encontraban en la sede de Telefónica ocho personas, tres de las cuales resultaron heridas. La explosión causó daños en el edificio por valor de 3.000 millones de pesetas.