31 muertos tras el fin de la tregua
La organización terrorista rompió el alto el fuego con el asesinato del teniente coronel Pedro Antonio Blanco García, en enero de 2000
Militares, policías, políticos, empresarios, periodistas... Desde el 21 de enero, fecha en la que murió un militar en Madrid, 30 personas han fallecido a manos de ETA en los más de 30 atentados que ha ejecutado.
Ya a finales de 1999, ETA había intentado perpetrar un atentado de consecuencias imprevisibles. La Guardia Civil interceptó el 20 de diciembre -sólo 17 días después de concluir la tregua- en las cercanías de Calatayud (Zaragoza) una furgoneta, rumbo a Madrid, con 900 kilogramos de cloratita y 50 de dinamita.
Dos días después, otra vez la Guardia Civil detectó una furgoneta en Alhama de Aragón (Zaragoza) con una cantidad similar de explosivos. El material procedía del robo de unas ocho toneladas de explosivos que la organización terrorista perpetró en Plevín (Bretaña, Francia) meses antes, en pleno alto el fuego. Una tregua que, a juicio del ministro del Interior, Jaime Mayor, era una trampa, como después admitiría en público ETA en un comunicado. Un plazo de tiempo en el que, según varios dirigentes nacionalistas, debería de "haberse suspendido la justicia penal" y no perseguir a los activistas.
1. Pero aunque los terroristas no pudieron hacer llegar los dos coches hasta su destino final, sólo tardarían un mes en alcanzar uno de sus objetivos. El 21 de enero de este año, un coche bomba cargado con 20 kilos de explosivos estalló en un barrio de Madrid en el que residen numerosos militares. El teniente coronel Pedro Antonio Blanco García murió destrozado cuando esperaba su vehículo oficial.
Primeras condolencias y condenas tras 17 meses sin muertos, desde que el 25 de junio de 1998 la banda asesinara al concejal del PP de Rentería Manuel Zamarreño. Pero también sugirió Xabier Arzalluz que el Ministerio del Interior, dirigido por la bestia negra del PNV, Jaime Mayor, no ponía todo el empeño necesario para atajar los atentados.
2 y 3. Un mes y un día después de su sangrienta reaparición ETA golpeaba de nuevo. El 22 de febrero de este año una brutal explosión hizo temblar la sede del Gobierno vasco en Vitoria, donde el portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz, ofrecía una conferencia de prensa. El rostro de Imaz reflejaba que tenía pocas dudas sobre el origen del estruendo.
La organización terrorista había despedazado con un coche bomba al portavoz de los socialistas vascos en el Parlamento de Vitoria, Fernando Buesa, y a su escolta, el ertzaina Jorge Díez Elorza. A muy pocos metros de donde el portavoz del Gabinete de Juan José Ibarretxe ofrecía su rueda de prensa.
Tras este doble asesinato comienzan a hacerse más que palpables en público las enormes discrepancias entre los partidos nacionalistas y los de ámbito estatal. En las manifestaciones que siguen al crimen no escasean los insultos al lehendakari, Juan José Ibarretxe, y las peticiones de dimisión. Los nacionalistas acusan al Gobierno central y al PP de organizar una operación de acoso y derribo contra el jefe del Ejecutivo vasco y de ser incapaces de encauzar un diálogo para solucionar el conflicto vasco. Los desencuentros en posteriores manifestaciones tras los atentados serán más que frecuentes.
El siguiente objetivo alcanzado con éxito fue la Guardia Civil. Al paso de un vehículo blindado de este cuerpo de seguridad por el barrio de Intxaurrondo, en San Sebastián, el estallido de un coche bomba deja siete heridos, dos de ellos civiles. Corría el 6 de marzo.
También tuvo suerte el periodista radiofónico Carlos Herrera el pasado 27 de marzo. El escáner de la sede de Radio Nacional en Sevilla detecta el explosivo envuelto en una caja de puros que la banda le había enviado a modo de regalo. Y es que este método no es tan fiable como el que se reservó ETA para el 7 de mayo.
4. Ese día, domingo, José Luis López de Lacalle salió de su casa de Andoain (Guipúzcoa) para comprar los periódicos. Era columnista habitual del diario El Mundo. No los leyó nunca. Un pistolero le disparó cuatro tiros a bocajarro. López de Lacalle, uno de los fundadores del Foro Ermua, había sido militante antifranquista del Partido Comunista de España.
5. Como militaba en un partido político -el PP- y en un sindicato nacionalista que forma parte de los organismos firmantes del Pacto de Lizarra -ELA- la siguiente víctima mortal de los terroristas: Jesús María Pedrosa.
Pedrosa, concejal del Partido popular en el Ayuntamiento de Durango (Vizcaya), recibía un tiro el 4 de junio cuando se dirigía a tomar unos potes. Solía acudir al batzoki, sede social del PNV.
Pero la escalada brutal de atentados de todo tipo estaba aún por llegar. ¿Situación de máxima debilidad de ETA y huida hacia adelante o demostración de la fortaleza y capacidad de la banda? Ha sido julio el mes de los coches bomba y las bombas lapa. Aunque el primer aviso se produjo el 25 de junio. Una potente explosión sacudió el barrio de Neguri (Getxo, Vizcaya), lugar de residencia de importantes empresarios vascos.
El día 7 activistas de la banda colocan una bomba lapa en los bajos de la furgoneta que conducía la hija del hostelero de Ordizia (Guipúzcoa) Juan Bautista Rubio Beloki. El kilo de explosivo procedía del robo de Plevín en Bretaña.
El día 12 dos terroristas abandonan un coche cargado con 20 kilos de explosivos en la plaza de Callao, en el centro de Madrid. Tras una llamada de los terroristas, el vehículo explota a las 6.30 y provoca heridas a nueve personas y cuantiosos daños materiales.
El reguero de coches bomba y de bombas lapas casi no cesó en las jornadas siguientes. El 16 de julio, un coche bomba hiere a una mujer en Ágreda (Soria). El vehículo estalló frente a un cuartel de la Guardia Civil.
Tres días después, una bomba lapa es adherida por los terroristas a los bajos del coche de José Asenjo, vicesecretario general del PSOE de Andalucía y actual miembro de la Ejecutiva Federal socialista. No estalló.
Sí explotó el siguiente coche bomba, colocado de nuevo en Neguri, frente a la casa de Pilar Aresti, senadora del PP. Las ventanas destrozadas, marcos desvencijados, persianas retorcidas y tejados maltrechos volvían a verse en la próspera zona residencial. Era el 24 de julio.
El 26, el atentado se dirigía contra una persona concreta: Agustín Ramos, concejal del PP de Abadiño (Vizcaya). Su escolta se da cuenta de que el vehículo de su protegido tiene una bomba lapa. Ramos sólo se queda sin coche.
6. Pero antes de esta macabra sucesión de bombazos, los etarras lograron su objetivo con el sistema que casi nunca falla. El concejal del PP en Málaga José María Martín Carpena es abatido a tiros. Su esposa y su hija presencian el asesinato.
7.Y tampoco erró el activista que se enteró de que Juan María Jáuregui -exgobernador civil de Guipúzcoa durante los últimos Gobiernos socialistas y una de las personas que comprometió con sus declaraciones al general de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo y que se mostró siempre abierto a tender puentes con los partidos nacionalistas- había regresado de Chile, donde trabajaba, para pasar unos días en su pueblo.
Era de Legorreta (Guipúzcoa). Cuando, muy cerca, en Tolosa, el pasado 29 de julio, Jáuregui acudió a un céntrico bar a una cita con un periodista de la televisión pública vasca (ETB) dos terroristas le estaban esperando, desde hacía media hora, en la barra del bar. Le pegaron dos tiros y tranquilos se marcharon.
8. La octava víctima mortal de ETA tras el fin de la tregua fue José María Korta, presidente de Adegi, la patronal guipuzcoana, asesinado con un coche bomba. Un método que hacía pocos días era reclamado por los simpatizantes etarras en una contramanifestación que organizaron en los jardines Eder de San Sebastián frente a la plataforma ¡Basta Ya!: "Contra represión, coches bomba solución", gritaban.
Ese mismo día, por la tarde, un coche bomba explotó en el madrileño barrio de Chamartín. Resultaron heridas once personas.
9. El pasado 9 de agosto una nueva víctima se sumaba a la estela de barbarie de ETA. Cuatro disparos a bocajarro acabaron con la vida del subteniente del Ejército Francisco Casanova en la localidad navarra de Berriorzar.
10 y 11. Los siguientes objetivos fueron dos agentes de la Guardia Civil asesinados con una bomba lapa adherida a los bajos de su coche patrulla. La localidad oscense de Sallent de Gállego recordará el 20 de agosto como el día en que ETA segó la vida de Irene Fernández Pereda y José Ángel de Jesús Encinas.
12. Sólo nueve días después, la organización terrorista acribillaba a tiros al concejal del PP de Zumárraga Manuel Indiano Azaustre. El edil, de 29 años, recibió varios disparos en la cabeza junto a la tienda de golosinas de su propiedad en la calle Filipinas de esta localidad. Era el 29 de agosto pasado.
Los terroristas volvieron a actuar el 14 de septiembre en San Sebastián, un día después de que 20 militantes de HB fueran detenidos bajo la acusación de integrar la dirección política de ETA en España. En este caso, la suerte evitó que el ex consejero socialista del Gobierno vasco José Ramón Recalde muriera de un tiro en la cabeza. El terrorista intentó el habitual disparo en la nuca pero un rápido movimiento de cabeza permitió que la bala quedara alojada en su mandíbula sin afectar a órganos vitales.
13. Una semana después del atentado fallido de San Sebastián, el 21de septiembre, dos pistoleros asesinaban a la puerta de su casa al concejal del PP en Sant Adrià de Besòs José Luis Ruiz Casado, de 42 años. El atentado llegaba a los pocos días de la detención en Bidart (Francia) del supuesto número uno de ETA Iñaki de Rentería y de otros 17 integrantes del aparato logístico de la organización terrorista.
14. El 9 de octubre, después de tres atentados fallidos contra miembros del Ejército en Sevilla, tres pistoleros de ETA asesinaron a Luis Portero, fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en Granada. Los terroristas se le acercaron dentro del portal de su vivienda y le dispararon dos veces.
15. La siguiente víctima de ETA también vivía en Andalucía. Era el médico militar Antonio Muñoz Cariñanos, a quien dos pistoleros mataron a tiros el 16 de octubre en su consulta sevillana. La rápida intervención policial y la colaboración ciudadana permitieron la detención de los terroristas que formaban el comando Andalucía, Igor Solana y Harriet Iragi.
16. El 22 de octubre, un día después de que más de 100.000 personas recorrieran Bilbao bajo el lema "Paz. ETA no", la banda terrorista asesinaba en Vitoria a Máximo Casado, funcionario de prisiones de la cárcel de Nanclares de la Oca (Álava). Una bomba lapa colocada en su vehículo hizo explosión cuando Casado se disponía a salir del garaje de su casa.
17, 18 y 19. El terror etarra vuelve a Madrid el 30 de octubre con un potente coche bomba que acaba con las vidas del magistrado de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo Francisco Querol Lombardero, de Jesús Escudero, el escolta que le acompañaba, y de Armando Medina, el chófer de su vehículo oficial.
20. Tras nueve días de agonía, el 8 de noviembre moría en Madrid Jesús Sánchez, el conductor de la EMT herido en el atentado contra el magistrado del Supremo.
21. El 21 de noviembre ETA se adelantó a la celebración de los 25 años de Monarquía con otro asesinato brutal, el del ex ministro del primer gobierno socialista Ernest Lluch. La acción terrorista tuvo lugar en el garaje del domicilio barcelonés del político catalán, partidario de tender puentes de diálogo con el PNV.
22. A las tres semanas del asesinato de Lluch y 48 horas después de la firma del Pacto Antiterrorista suscrito entre PP y PSOE, ETA volvió a actuar en Barcelona, provincia en la que la organización terrorista aún poseía un comando estable. La víctima fue el único concejal del Partido Popular en la localidad de Viladecavalls, Francisco Cano Consuegra.
23. El comando Barcelona volvió a dar muestras de su actividad con el asesinato de un policía municipal de la capital catalana. Dos etarras que preparaban un coche bomba con más de 13 kilos de explosivos en plena Diagonal acabaron a tiros con la vida de Juan Miguel Gervilla cuando éste se acercó a ellos. El coche bomba estaba destinado al periodista Luis del Olmo.
24. El 26 de enero, una bomba lapa adosada a los bajos de su vehículo acababa con la vida del cocinero de la Comandancia de la Marina de San Sebastián Ramón Díaz García en el barrio donostiarra de Loyola.
25 y 26. Casi un mes más tarde, el 22 de febrero, la organización terrorista asesinó a dos obreros en San Sebastián con un coche bomba dirigido al edil socialista Ignacio Dubreil Churruca. José Angel Santos Larrañaga, de 40 años, y Josu Leonet, de 31 iban a trabajar a la empresa Elektra. El concejal resultó herido, al igual que su escolta y otros dos trabajadores de la misma empresa que los fallecidos.
27. El 9 de marzo, la explosión de un coche bomba trampa acabó con la vida del ertzaina Iñaki Totorika, de 25 años, que patrullaba la localidad guipuzcoana de Hernani. Su compañero también resultó herido en la explosión.
28. El 17 de marzo, el mosso d'Esquadra Santos Santamaría Averaño, que fue alcanzado de lleno por la onda expansiva de un coche bomba cargado con más de 20 kilos de explosivo que estalló en Roses (Girona, sumó una nueva víctima.
29. El asesinato del concejal socialista Froilán Elespe Inciarte elevó a 29 las víctimas que han muerto a manos de ETA desde que ésta puso fin a la tregua. Este nuevo asesinato llegó sólo tres días después de que un coche bomba acabara con la vida de Santos Santamaría.
30. El 6 de mayo ETA asesinaba de un tiro en la cabeza y otro en el estómago al senador Manuel Giménez Abad, presidente del PP de Aragón, en el centro de Zaragoza en presencia de su hijo.
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