Paraguay se deja arrebatar su tesoro más dulce
Hace siglos, los guaraníes descubrieron la estevia, pero ahora son China o Tailandia los que se benefician del creciente negocio en torno a este producto
Milva Ayala se sorprende al saber que en las cafeterías europeas se ha vuelto común encontrar sobres de estevia para endulzar las bebidas: “¡Qué lindo sería que aquí fuera igual!”. A las afueras de Ciudad del Este, en Paraguay, ella y su marido limpian de maleza su campo de ka’a he’e o “hierba dulce” en guaraní, nombre con el que se conoce a la estevia aquí, su país de origen. Fueron los indígenas guaraníes quienes descubrieron las propiedades edulcorantes de esta planta, conocida solo por ellos hasta hace poco más de un siglo. Hoy, que su consumo es global, productores de lugares tan lejanos como China y Tailandia se benefician de su explotación comercial. En cambio, en el país sudamericano, agricultores como Ayala luchan por subirse a una ola que ya genera cerca de mil millones de dólares en ventas globales, una cifra que se duplicará en los próximos 10 años, según la consultora Expert Market Research.
“Yo crecí cultivando ka’a he’e. Mi familia, los González, participó en la domesticación de la planta”, asegura Walter González, esposo de Ayala. “Pero lo dejamos porque no había nadie interesado en comprarla”. La estevia comenzó a cultivarse con fines comerciales en 1964, seis décadas después de que el científico suizo Moisés Bertoni la clasificara por primera vez. Poco después, investigadores japoneses se llevaron sus semillas para desarrollar variedades más rentables, como la Morita, con la que consiguieron producir en 1971 el primer edulcorante de estevia.
Desde entonces, las plantaciones se han extendido por Asia, Europa, África y otros países de América. En 2023, Tailandia desplazó a China como primer exportador, con Francia, Países Bajos y EE UU en tercer, cuarto y quinto lugar, según datos de Tridge. Paraguay no figura en su lista de los 10 mayores exportadores. El país sudamericano quedó rezagado en la explotación de su planta nativa, llevando a agricultores, como los González, a abandonar el sector. “Los que antes sembraban ka’a he’e ahora cultivan sésamo, maíz o porotos”, afirma Walter González. “Algunos siembran un poquito para sí mismos, pero para una plantación más grande tendría que haber una demanda muy seria”.
Él cree haberla encontrado a través de Margarita Duarte. “Hubo una época en la que se promocionó mucho la producción de estevia, pero no había mercado, así que la gente se desilusionó al no poder vender y dejó de sembrar. Pero hoy, hay muchísimo mercado”, asegura Duarte, exportadora de hoja de estevia y propietaria de la fábrica de tés e infusiones Py Teas. “Lo que falta es aumentar la producción, pero con calidad”.
Paraguay no ha conseguido beneficiarse del auge de la estevia. El valor de sus exportaciones cayó un 22% en 2024, situándose en los 333.000 dólares, según datos de la agencia estatal de promoción de exportaciones, Rediex. La fuga de productores decepcionados, más los efectos de la pandemia y de la sequía que el país sufre desde 2020, son factores importantes en esta reducción, pero al final, la contracción de las compras desde China es lo que ha provocado que las exportaciones bajen en picado un 87% desde 2017. Duarte suma otro obstáculo: “La calidad que el europeo exige es la orgánica y aquí el productor está acostumbrado a trabajar con plantas convencionales”, explica. “Se necesita certificación y mucha asistencia técnica. El productor necesita un sistema de riego, insumos, herramientas y fertilizantes orgánicos. Hay que enseñarle cómo hacer su vivero, cómo cortar los plantines y todo eso tiene un costo”.
Milva Ayala y su esposo han vivido estas dificultades en carne propia. “Quisimos probar la Morita, la variedad de ka’a he’e mejorada, y perdimos. La compramos porque sus hojas son más dulces, pero necesitaba un sistema de riego y la gente sencilla como nosotros no podemos permitírnoslo”, recuerda mientras toma un mate frío o tereré para aliviar el calor. “La variedad nativa, en cambio, te aguanta un mes sin lluvia”.
Pero los obstáculos de la industria paraguaya de la estevia no solo están en el campo. Empresarios como Duarte trabajan con esta planta, pero sin involucrarse en el rubro de los edulcorantes. Prefieren hacer negocios con otros usos del ka’a he’e, como las infusiones de su firma, Py Teas, que lo combinan con yerba mate o té verde. Duarte también exporta hojas de estevia solas, pero a clientes europeos que las utilizan para elaborar tés.
Luis Ernesto Zillich, otro empresario paraguayo del sector de la estevia, también ha descartado los edulcorantes. “¿Usted sabe que tenemos competidores muy fuertes como China o Malasia?”, pregunta. “Nosotros no podemos competir con el precio al que se venden las hojas en China”. Zillich admite que, cuando su padre empezó a trabajar con la estevia en 1995, también tenía los edulcorantes como objetivo. “Pero para que un edulcorante sea aceptado, hay que desechar todo el contenido de la planta y concentrar sus principios activos dulces, que son el esteviósido y el rebaudiósido A. Tiene que concentrarlos a una pureza del 95%”, explica. “Al final, lo que sacaba realmente era un té, un té de estevia mezclado con té negro y cedrón”. Hoy, su firma, Stevia Natural, ha optado por elaborar fertilizantes y medicamentos a base de estevia. Uno de ellos es Berdiana, un comprimido para regular la glucosa en sangre de pacientes con diabetes. “Tomamos la decisión de no involucrarnos en el edulcorante porque había una gran competencia”, asegura.
Un buen momento
Quien sí ha apostado por fabricar edulcorante de estevia en Paraguay es el ingeniero bioquímico argentino Alejandro Aguirre, quien, junto a socios canadienses, ha instalado una fábrica en Ypacaraí, a una hora de la capital paraguaya, Asunción. “Es una fábrica que cayó por los bajos precios chinos. Pero ahora la hemos retomado y estamos con gran demanda”, explica. Para Aguirre, este es un buen momento para impulsar la industria del ka’a he’e: “China provee a Estados Unidos entre el 80% y el 90% de la estevia que usa. Los grandes aranceles que le puso Estados Unidos a China han hecho que los clientes miren hacia otros mercados, como Paraguay. Solamente con ese cambio estamos calculando que la demanda ha crecido entre un 20% y un 25%”.
Los beneficios, sin embargo, no serán a corto plazo. “Va a haber un auge, pero como la agricultura es lenta, no creo que se dé ahora, sino dentro de un año y medio o dos, porque recién se está empezando a volver a sembrar todo con estevia”, afirma Aguirre. Aunque personas de diferentes latitudes se endulzan el café con una planta descubierta por los guaraníes, pocos asocian a Paraguay con la estevia. “En la medida en que conozcan un poco más a Paraguay como fuente de estevia, seguro que la demanda se va a incrementar aún más”, concluye Aguirre.
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