La ‘maldición’ de las empresas medianas y pequeñas en Bolsa
Los inversores dan la espalda a estos valores, muchos de los cuales cotizan a precios muy atractivos, para centrarse en los pesos pesados del mercado
A lo largo de todo este año, los analistas repiten la letanía de que ya ha llegado, por fin, el momento de invertir en los valores de mediana y pequeña capitalización tras más de dos años comportándose mucho peor que los grandes. Pero esta previsión no acaba de materializarse y así lo dicen los índices. En Estados Unidos, el S&P 500 lleva ganado un 22% frente al Russell 2000 (recoge medianas y pequeñas) que ha subido la mitad. En Europa, la cosa se complica aún más y el Stoxx Small gana solo el 1,77% en el año mientras el Stoxx Total Market Large se revaloriza el 11%. Y si miramos a España, el Ibex 35 acumula un alza del 17% frente al 6,1% del Ibex Small o el 9,3% en el Ibex Medium.
Estamos pues en un proceso global de escasa apetencia del dinero por lo pequeño y de concentración en los grandes valores. Graham McCraw, especialista de renta variable de la gestora Abrdn, achaca este desinterés a la subida de los tipos de interés en los últimos años, que dificultan y encarecen la financiación de las empresas con menos escala, y “al empeoramiento del panorama económico europeo, que también ha lastrado esta clase de activos”, indica.
Sobre esta idea, Jean-Pierre Mariaud, responsable de pequeñas y medianas empresas europeas de Crédit Mutuel AM, enfría el optimismo generalizado sobre que por fin le ha llegado el turno a esta categoría de empresas. “La correlación histórica entre la mayor rentabilidad de las small caps y el índice PMI [actividad manufacturera] sugiere la posibilidad de un repunte en este segmento cuando el ciclo económico comience a mejorar de nuevo”, explica. La señal de salida de estas compañías sería, en el caso de Europa, la vuelta a un crecimiento económico más firme.
Desde Goldman Sachs también advierten de esta condición, indispensable para que despeguen: “Alrededor del 70% de las empresas de pequeña capitalización europeas y estadounidenses son cíclicas, y antes de que la subida del precio del dinero se convirtiera en el factor determinante de su mala evolución, nuestro modelo de pequeña capitalización muestra que es sobre todo cuando hay crecimiento económico robusto cuando suben en Bolsa”. Estos expertos consideran que un repunte en la actividad de fusiones y adquisiciones podría ayudar a ver subidas en este segmento de cotizadas.
Sin embargo, existen otras bazas que juegan ahora a favor de estos valores más modestos. En primer lugar, la bajada de tipos iniciada en junio por el BCE, y seguida en septiembre por la Reserva Federal (Fed), que mejora valoraciones y abarata sus costes financieros. Según un estudio de Abrdn referido a Estados Unidos, estas compañías han subido más que las grandes durante el primer año después del comienzo de un ciclo de bajada de tipos.
Una oportunidad
El otro aliciente viene de una valoración atractiva basada en su mal comportamiento de los últimos años. “Las empresas de tamaño medio y pequeño se encuentran actualmente en niveles de valoración muy bajos, que son inéditos, tanto en términos absolutos como relativos. Estos niveles excepcionalmente bajos sientan las bases para el optimismo a medio plazo. El crecimiento de los beneficios, estructuralmente más elevado en esta parte del mercado, sigue siendo favorable, con una previsión de aumento del beneficio por acción del 11% en 2024 y 2025″, explica Mariaud.
Los expertos apuntan también a que la entrada en vigor de la directiva europea Mifid II ha supuesto un lastre para estos valores al exigir que el análisis financiero se pagara de forma separada al servicio de ejecución de órdenes. Esto ha llevado a reducir, incluso eliminar, los equipos de análisis de los intermediarios financieros dejando de seguir a las empresas más modestas. Sin análisis, muchas de ellas han quedado fuera del foco del mercado.
Gonzalo Sánchez, director de Inversiones de Gesconsult, apunta también al auge de la gestión pasiva (replica los índices bursátiles) como causa de la falta de flujos de dinero hacia las empresas de mediana y pequeña capitalización. “Estamos más ante un problema de flujos de dinero más que de la evolución de las compañías, y esto produce un círculo vicioso que se va alimentando y deja en el olvido a estos valores”, explica. Sánchez indica que la liquidez se va perdiendo y cuando los volúmenes bajan se hace más difícil invertir.
Este experto pone como ejemplo la caída de patrimonio en los fondos de inversión de renta variable española y la propia merma del negocio en el mercado español en los últimos años. “Una buena parte de la Bolsa española ha sido olvidada por los inversores”, concluye. Y es que la maldición de los valores pequeños se ha cebado, sobre todo, con el mercado español.
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