Riu espera un año récord en sus hoteles a pesar de subir sus precios

Las oficinas centrales de Riu Hotels & Resorts están situadas apenas a unos metros del establecimiento que el matrimonio formado por Juan Riu y María Bertrán compró en 1953 a unos metros del mar, en la zona de Playa de Palma, la más turística de la capital balear. Habían migrado años antes a Venezuela con su hijo Luis, donde alquilaron un hotel y se empaparon del negocio turístico. A su regreso a Cataluña, de donde era originaria la familia, les recomendaron invertir los ahorros que habían acumulado al otro lado del Atlántico en Mallorca, donde el turismo de masas comenzaba a despegar. “Hicieron caso, vinieron aquí y compraron ese hotel que hay allí. Así empezó todo”, dice el consejero directivo de la empresa, Joan Trian Riu, señalando un edificio blanco. Ese pequeño establecimiento fue el germen de lo que actualmente es la segunda cadena hotelera en España por ingresos y la cuarta en número de habitaciones, que gestiona 99.000 camas repartidas por cuatro continentes, según el último ranking de la revista Hosteltur.

Trian Riu forma parte de la cuarta generación de la familia en el negocio y ejemplifica el caso de las grandes hoteleras nacidas en las islas, en las que prima la discreción de sus propietarios y un relevo empresarial que siempre llega desde dentro de la propia estirpe. Riu Hotels & Resorts está actualmente dirigida por los hermanos Carmen y Luis Riu, que han integrado a sus hijos en el negocio para asegurar la continuidad de la empresa familiar. “Siempre quise trabajar aquí, lo veía en casa desde pequeño y ya muy joven empecé a trabajar en los hoteles”. El consejero directivo estudió Empresariales y luego pasó un breve tiempo en Londres trabajando en un banco del que se marchó en 2008 en un ERE provocado por la crisis financiera. A su vuelta se propuso conocer todas las aristas del negocio familiar y pasó por la mayoría de los puestos de trabajo de los hoteles de la cadena, proceso del que recuerda sobre todo “la dureza” de trabajar limpiando habitaciones y lo que puedes terminar encontrando en algunas de ellas. “No soy experto en nada, pero puedo hablar con propiedad”, explica.

El grupo que ahora codirige con otros miembros de la familia calienta motores para el inicio de la temporada alta para el turismo en un año en el que prevé alcanzar los 2.600 millones de euros de ventas, frente a los 2.530 millones de 2022. De cumplirse la proyección, la compañía continuaría con la inercia positiva que le permitió superar el pasado año las cifras de 2019. La covid supuso un mazazo para el sector, pero en Riu ya dan por superado el virus y están adaptándose a los cambios que han traído consigo estos últimos años con el turismo a medio gas. “Ha cambiado el tema de las reservas, de los canales de distribución y la longitud de las estancias de los clientes. La pandemia ha acelerado procesos a los que nos estamos amoldando, como la mejora de los sistemas informáticos que tratamos de adaptar a la nueva comercialización del cliente, que pasa por una menor intermediación de los turoperadores y más venta directa”, explica Trian Riu.

El fantasma del coronavirus se aleja, pero la incertidumbre por la situación económica se mantiene en el retrovisor de Riu Hotels, que tiene una deuda que alcanza los 1.400 millones de euros. De momento, las consecuencias financieras derivadas de la invasión rusa en Ucrania, traducidas en subidas de los tipos de interés, no les han afectado tanto como pensaban en un principio. Sin embargo, sucesos como los vividos hace unas semanas con la crisis financiera en EE UU y en Suiza son un recordatorio para cualquier empresa apalancada. “Estamos acostumbrados a vivir con muy malas noticias y todos, que venimos de un palo muy grande, tenemos miedo. Pero la lección que podemos sacar es que el turismo vacacional es muy resiliente”, dice el directivo, que no descarta una contracción general en la demanda de los viajes. De producirse esta menor afluencia de turistas, destinos como Grecia, Italia o España pueden sufrir menos que otros por el desvío de los turistas que esta temporada descartarán Turquía por la mala situación que atraviesa el país tras el grave terremoto del pasado febrero.

La escalada de la inflación, en cambio, sí ha tenido un mayor impacto en la compañía, que subió las tarifas una media del 10% en los dos últimos años. “En el sector se han subido los precios, pero no se puede repercutir todo lo que han subido los costes. Un 10% es mucho, pero la táctica para subir precios va por muchas vías y no lanzar ofertas ya es subir precios”. A pesar de este incremento de las tarifas, la empresa prevé alcanzar un 86% de ocupación media en sus hoteles, que ya cerraron 2022 con un nivel del 84% y más de seis millones de clientes en todo el mundo.

Con 96 establecimientos hoteleros repartidos por 20 países en cuatro continentes y más de 34.000 trabajadores, Riu tiene en marcha ambiciosas reformas y aperturas en su división internacional. A lo largo de este año está prevista la esperada inauguración del Riu Plaza London Victoria y para el año que viene habrá estrenos en Toronto, Chicago, Jamaica y Mauricio. También contemplan acometer reformas en establecimientos de México, Punta Cana y Gran Canaria. A pesar de que en los últimos años han inaugurado un buen número de hoteles urbanos, los planes de la compañía no pasan necesariamente por el turista de ciudad. “Seguiremos siendo una cadena vacacional, pero entraremos en ciudades. No hay un objetivo, ni un porcentaje o una meta. Somos oportunistas y seguiremos siéndolo. El modelo de sol y playa es más resiliente y más rentable que el de ciudad”.

El motor mexicano

Su expansión internacional continuará en el Caribe, donde ven aún margen de mejora. México es uno de sus países fetiche: tienen abiertos 22 hoteles que han resistido la embestida de la pandemia mucho mejor que otros destinos gracias a una normativa sanitaria más laxa que ha permitido mantener buenos niveles de visitantes procedentes del mercado estadounidense. La compañía también se ha embarcado a explorar Asia y Oriente Próximo, pero donde realmente consideran que existen muchas más oportunidades es en África, donde pretenden abrir el tercer hotel de la compañía en la paradisiaca Zanzíbar. “Todo el mundo hablaba de Asia y nosotros hablamos de África porque las oportunidades que vemos que existen son muchas y nos están saliendo muy bien. Tenemos más afinidades culturales que en Asia y hay muy poco cambio horario”.

El plan de seguir creciendo no contempla, en ningún caso, ni la posibilidad de abrirse a la entrada de un socio ni la salida a Bolsa. Tampoco la de cambiar su sede y salir de Baleares, donde Trian Riu considera que se concentra “todo el saber hacer turístico”. “Estamos muy orgullosos de ser mallorquines por el mundo, a pesar de las voces de algunos que dicen que el turismo no es valioso”, dice. Con todo, reconoce la situación de saturación que se da en las islas en los meses de verano y que en los últimos años ha suscitado las críticas de residentes, entidades sociales y partidos políticos. “Es un territorio limitado y no cabemos todos. Llega un punto en que el residente se molesta y es natural. Hay que ver cómo se soluciona, porque si el residente se molesta no es sostenible. Y para el territorio tampoco es sostenible”,

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