La elección del nuevo jefe de Bayer apunta a una posible escisión el alguno de sus negocios
El fichaje de Bill Anderson como consejero delegado sugiere que la empresa prepara cambios estructurales
La salida de Werner Baumann de Bayer deja el terreno abonado para una ruptura. El pasado miércoles, la empresa alemana anunció la sustitución de su cuestionado consejero delegado por Bill Anderson, antiguo jefe farmacéutico de Roche, efectiva a partir del 1 de junio. Considerando los antecedentes del nuevo jefe, los inversores tienen buenas razones para prepararse para una escisión de la división de ciencia de los cultivos. Baumann tenía las horas contadas. El conglomerado había estado errando el tiro desde su desastrosa adquisición de Monsanto en 2018, apoyada por Baumann. La adquisición arrastró a Bayer a una ola de litigios por parte de demandantes que alegaban que su herbicida Roundup causaba cáncer. El riesgo de nuevos litigios y otros reveses en su negocio farmacéutico deprimieron el valor de las acciones.
El vasto pedigrí farmacéutico y biotecnológico de Anderson será uno de los principales focos de atención para los inversores. Norbert Winkeljohann, presidente del consejo supervisor de Bayer, tenía varias opciones. Podría haber promovido a Wolfgang Nickl, del departamento financiero, o podría haber contratado a un especialista en conglomerados para que dirigiese de manera más eficiente las actividades de Bayer. La designación de un candidato sin experiencia en agricultura sugiere que habrá una escisión de la división de semillas y pesticidas.
Las cifras cuadran. Si la unidad de cultivos de Bayer se valorara con el mismo múltiplo de 12 veces el ebitda de 2023 que su rival estadounidense Corteva, podría valer 76.000 millones de euros, según cálculos de Breakingviews basados en estimaciones de UBS. Por otro lado, la división de fármacos de consumo, que fabrica Claritin, podría valer 18.000 millones de euros si se valora al múltiplo de 12 veces de su rival Reckitt Benckiser. Por último, su negocio de medicamentos con receta podría alcanzar los 50.000 millones de euros al mismo múltiplo de 8 veces que Sanofi, uno de los pesos pesados del sector farmacéutico. Resumiendo todo y descontando la deuda neta, las obligaciones por pensiones y los 6.000 millones de euros de posibles litigios, los fondos propios de Bayer podrían valer unos 96.000 millones de euros. Esto supera en más de un tercio su valor de mercado actual. Es decir, las partes suman más por separado que juntas.
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