Piezas que salvan coches

La escasez de chips y las largas esperas para la entrega de vehículos nuevos son razones que han disparado la venta de coches de segunda mano. Una situación que ha revalorizado estos coches y que ha incrementado la venta de piezas de desguace para repararlos.

Jan Amat y Gerard Palau, graduado en ADE y mecánico respectivamente, vieron esta situación como una vía de negocio, sobre todo después de que Palau ensayase la venta de motores usados a través del portal Wallapop. Una experiencia que les marcó el camino para poner en marcha Recomotor, una empresa que recupera las piezas de coches en buen estado a través de una red de desguaces y se las proporciona a talleres mecánicos.

Salieron al mercado en junio de 2021 con una inversión de 20.000 euros; una cifra que se redondeó con una ronda de financiación en octubre de ese año en la que entraron varios inversores, como Rene D. Jong; Othman Ktiri, fundador de OK Mobility, empresa de venta y alquiler de vehículos, y el grupo de concesionarios Seligrat, entre otros. Esa ronda les proporcionó 250.000 euros y, según Amat, les sirvió para escalar el proyecto en tecnología y formar el equipo de 12 personas con el que cuentan ahora.

Su modelo de negocio comenzó dirigiéndose al cliente final, pero pronto rectificaron. “Los particulares no suelen distinguir las piezas y se perdía mucho tiempo, había muchas devoluciones… No todos los Seat Ibiza tienen los mismos faros y era difícil acertar. Así que decidimos dirigirnos a los talleres. Ellos saben lo que necesitan”, explica Amat. “De esta forma, el taller no tiene que buscar piezas y el desguace ganaba un cliente recurrente. Además, al concentrar las ventas, podemos negociar precios”, afirma el cofundador.

De momento cuentan con 1.000 desguaces repartidos en España y Europa que los surten de todo tipo de piezas, pero, sobre todo, de las más demandadas, como motores o piezas delanteras, y con unos 2.000 talleres nacionales, que, según sus previsiones, pueden convertirse en 30.000 de los más de 40.000 existentes. Su selección se basa en sumar a los que mejor trabajan, mientras que descartan aquellos con muchas quejas. “Los testamos con una llamada inicial y decidimos según los servicios que ofrecen: si tienen integración tecnológica, especialistas de piezas, si comprueban los motores… No nos interesan desguaces donde todos hacen de todo”, señala Amat.

Durante el pasado año su facturación fue de 100.000 euros y en 2022 ha llegado a ingresos mensuales de 80.000 euros, hasta el momento. También anuncian una nueva ronda a finales de año que les servirá para plantearse retos, como internacionalizar la empresa. “Queremos distribuir en talleres de Portugal y de Francia”, apunta el cofundador. “Los coches de segunda mano van desapareciendo, por eso es importante contar con una buena red”.