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A la caza del talento ‘bootcamp’

Los alumnos de estos cursos intensivos de programación al estilo militar centran el interés de las compañías

Bootcamp que es
Celebración del programa ‘Flow Bootcamp’, organizado por el Instituto Tecnológico de Murcia de la UCAM.UCAM (UCAM)

La factoría bootcamp ha desembarcado para proveer de talento digital a un mercado huérfano de perfiles tecnológicos. Ante la incapacidad de casar los más de tres millones de parados con una oferta de empleo tecnológico que se duplica cada dos años, según Experis, se ha desatado una auténtica cacería entre las organizaciones por fichar a este codiciado grupo. Su formación exprés en programación lo alza como objeto de deseo de toda institución volcada en su transformación tecnológica. Un carro al que han de subirse también los directivos y mandos medios para entender y tomar las mejores decisiones en el nuevo orden digital.

Los bootcamps son una formación de emergencia cuyo origen se encuentra en el adiestramiento militar a soldados de forma intensiva. Son cursos de programación con una duración de cuatro meses a un coste medio de 6.000 euros. Se ofrecen principalmente en cinco ámbitos: ciberseguridad, data science, full stack, diseño UX y marketing digital. Bajo una innovadora metodología, donde la práctica supera con mucho a la teoría, se aprende a programar en solo unas semanas “porque estamos ante un mercado desesperado”, según Juan Riva, presidente de la asociación de talento Asottech y consejero delegado de Immune Technology Institute.

“El aprendizaje que se obtiene de forma colaborativa porque se comparte fácilmente información y el ambiente es muy bueno”, señala Juan José Hernández, a quien ganar un hackathon de bootcamps en este instituto le valió una beca para convertirse en arquitecto de ciberseguridad. “Enseguida comencé a trabajar en Cetelem en seguridad de proyectos, donde busco soluciones a problemas que aún no han llegado”. Además de una oportunidad para desempleados, a estos cursos optan, sobre todo, graduados recientes y personas que quieren dar un giro a su carrera. Clara Bayón, licenciada en Psicología y Criminología, ha cursado un bootcamp en ciberseguridad en la escuela The Bridge porque “necesitaba formación técnica para potenciar mi empleabilidad”. Confiesa que ha descubierto un “trabajo apasionante” en su desarrollo como experta de la lucha contra amenazas cibernéticas en la consultora Deloitte.

En el marco de las becas Yes We Trans, que ofrece esta misma escuela, Ariana, que estaba desempleada, cursó el bootcamp en ciberseguridad “y a la semana de terminarlo me contrataron en UNICC (Centro Internacional de Cómputo de Naciones Unidas)”. En busca de nuevas oportunidades, Olga Agafonova, cansada del marketing digital, decidió bucear en el mundo del dato. “Quería un trabajo de futuro y con buen salario”. Tras cursar data science en The Bridge, “me contrataron como analista de datos en la agencia de publicidad McCann WorldGroup y, en menos de un año, salté a otra empresa Beam Suntory Spain, como analista de inteligencia de negocio”.

Sacrificio

Para el director de talento de McCann World Group, Andrés Ortega, “los perfiles que acaban un bootcamp son personas con muchas inquietudes, alto grado de sacrificio y capacidad de generar valor inmediato a una empresa”. A su juicio, estos cursos “agilizan el acceso al conocimiento, pero al mismo tiempo, los profesionales que los cursan mejoran enormemente su empleabilidad y reducen drásticamente sus ciclos de permanencia en las compañías”. Algo que suscribe el presidente de Asottech, quien califica de “heroico retener este talento que salta de empresa a una media inferior a tres años”. Y pone el ejemplo de una de las grandes consultoras, con plantilla de 12.000 empleados, que contrata 3.500 nuevas posiciones por año “debido sobre todo a la fuga del perfil tecnológico”.

La escasez de estos perfiles en el mercado ha propiciado que las compañías apuesten de lleno por el reciclaje de sus propios empleados. “Estamos invirtiendo en esta innovadora metodología para reciclar talento”, destaca la directora de talento y emprendimiento de Santander Universidades, Alexandra Hernández López. En su opinión, estamos ante un serio déficit, que afecta a todas las organizaciones y llama a “concienciar a la sociedad para que renuncie a estudios obsoletos y, en el marco de sus preferencias, elija formarse en las posiciones tecnológicas que reclama el mercado”.

En esta misma línea se expresa Javier Azorín, responsable de desarrollo, talento y cultura de Iberdrola: “Necesitamos personal cualificado si queremos que nuestros proveedores den el servicio que precisa la compañía. Parte de nuestra inversión va dirigida a esa parte de la sociedad que tiene que venir al sector energético”. Algo para lo que es prioritario “perder el miedo a aprender”, según Iker Arce, fundador y consejero delegado de la escuela The Bridge, que anima a la formación bootcamp “para la que vale más gente de la que parece” y “garantiza un empleo inmediato y bien pagado”. Es cuestión de “despertar tu inteligencia computacional y aprender un nuevo lenguaje que es más simple y cartesiano que un idioma”.

Otro ámbito donde se han disparado esta práctica de enseñanza es en el ecosistema blockchain. Según un informe de Linkedin, las ofertas de trabajo relativas a este campo y al de las criptomonedas aumentaron un 395% en 2021. “En nuestro mundo web3 se prepara a partes iguales en tecnología, economía y negocios porque crear tokens (unidad de valor) tiene que ver más con el aspecto financiero y análisis de modelos económicos que con la pura tecnología”, declara Miguel Caballero, consejero delegado de Tutellus, plataforma educativa especializada en la comunidad cripto. También directivos y vicepresidentes de entidades bancarias y fintech se han acercado a esta formación “para explorar el universo cripto en sus organizaciones”.

Caballero habla de un auténtico “un estallido de oferta laboral” porque “se está abriendo a todos los sectores, ya que mediante tokens se pueden implementar servicios en las empresas que ayudan a redistribuir el valor que generan usuarios y clientes de una forma más justa”. Anuncia además la puesta en marcha de una nueva plataforma para incubar proyectos “donde vamos a ayudar a los alumnos y emprendedores a desarrollar y a levantar una primera inversión que puede ir desde los 300.000 euros hasta los 5 millones de euros”, concluye.

Entender para liderar

En la economía digital también los mandos medios y directivos precisan de formación en programación “para entender a sus equipos, los nuevos negocios y desarrollar mejores estrategias desde la información que aportan los datos”, sostiene Iker Arce, responsable de The Bridge. Para tener una buena base de competencias digitales les recomienda empezar por diseño y gestión de productos digitales, seguir con herramientas de desarrollo no-code y low-code y fundamentos de programación con Python y finalizar con data science. Algo parecido es lo que ha hecho el economista Carlos Álvarez de Toledo, consultor inmobiliario en Colonial: “Necesitaba estos conocimientos para entender a los programadores y saber qué les podía pedir”. 

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