Las ‘spin-off’: la moda del troceo de empresas remueve el mercado
La escisión de Naturgy en dos compañías y los planes de compañías como Enagás o Repsol desatan expectación en los inversores.
De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda el concepto spin-off, un término que, en lenguaje empresarial, define el proceso de creación de una empresa a partir de otra ya existente. Es decir, en español, una escisión: la nueva entidad se separa de la matriz, que ha hecho de incubadora, y funciona de manera independiente tanto jurídica como comercialmente. En la práctica, responde a una estrategia que busca mejorar la rentabilidad de un grupo con el convencimiento de que una y una suman más que dos. Los argumentos van desde la necesidad de desarrollar los nuevos negocios de manera desgajada hasta la búsqueda de la supervivencia en situaciones de crisis, pasando por razones tributarias, de consolidación de cuentas o de normativa laboral.
Rentabilidad es a lo que parece responder el proyecto Géminis de Naturgy, que separa los negocios regulados de los liberalizados. Es decir, las infraestructuras de gas y electricidad, por un lado, y la generación y comercialización, por otro. Según la compañía, el objetivo es acelerar su plan estratégico una vez visto que, después de cuatro años de reestructuración, conviven dos empresas diferentes en una con distintos planes de inversión, clientes, financiación, especialización de equipos... Es decir, tienen un corte limpio. El planteamiento, que debe aprobarse en junta general extraordinaria, es que la matriz de Naturgy, que ya cotiza, mantenga los negocios no regulados y que la sociedad de nuevo cuño se haga cargo de los regulados y salga a Bolsa en diciembre. La operación consistiría en aportar a los accionistas una acción nueva por cada una antigua y salir a cotizar por la vía rápida, si la autoridad reguladora lo permite, mediante un listing (sin oferta pública de venta de acciones).
La actual Naturgy tiene una capitalización bursátil de alrededor de 23.500 millones, valor que se distribuiría entre las dos nuevas compañías, dependiendo de los activos que pasaran a una u otra. Esto abre la posibilidad de que puedan incorporarse al negocio liberalizado inversores (e incluso socios estratégicos) a los que no les interesa el regulado o viceversa, pudiendo producirse un baile de accionistas. En la actualidad, Naturgy reparte su capital entre Criteria-Caixa (26%) y los fondos CVC (20,7%), GIP (20,5%) e IFM (12,4%), y la argelina Sonatrach (4%).
La decisión de la empresa que preside Francisco Reynés, en todo caso, ha supuesto un meneo en el mercado. Prácticamente todas las grandes compañías (no solo energéticas) analizan este tipo de operaciones, más fáciles en el sector energético por la fácil separación que tienen los negocios regulados de los no regulados (caso de Naturgy) o del negocio de renovables, como hizo en su momento Acciona con Acciona Energía, que ahora cotiza por encima de su matriz, o Endesa con su división de energía verde (Green Power) o la electrificación (Endesa X). Las miradas se posan, no obstante, en Iberdrola, a la que muchos bancos de inversión no dejan de recomendar realizar un spin-off con su negocio eólico marino, lo que permitiría financiar los planes de crecimiento. Aunque el grupo que preside Ignacio Sánchez Galán ha analizado la posibilidad, considera que no es el momento. Su actuación hasta la fecha se ha concretado en dar entrada a socios en algunos de los campos marinos que explota o tiene en construcción.
En medio de la marabunta se ha conocido el cambio en la cúpula de Enagás, donde Arturo Gonzalo Aizpiri sustituirá a Marcelino Oreja Arburúa como consejero delegado. Esta incorporación, que supone que Antonio Llardén se quedará como presidente no ejecutivo, responde a la adaptación a las normas de gobierno corporativo internacionales. Gonzalo Aizpiri proviene de Repsol, en donde era director general de comunicación, relaciones institucionales y presidencia, cargo que dejará sin ver culminar el proyecto de separación del negocio de renovables y su posible salida a Bolsa o la entrada de un socio (o las dos cosas), algo que de momento está sin dilucidar, según manifestó su consejero delegado, Josu Jon Imaz, a los analistas en la presentación de resultados. Por el contrario, será sujeto activo en la decisión de escindir las renovables de Enagás, en el que podría entrar un socio estratégico o colocarlo en Bolsa. El Gobierno hace valer con el nombramiento de Gonzalo, al que se considera cercano a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, el 5% que tiene a través de la SEPI y la potestad con la que cuenta con la acción de oro, según la que ningún accionista puede superar el 5% y, si se trata de una firma energética, no puede rebasar el 3% de derechos de voto.
Los corros
- Avance de la Conexión España. Existe mucho interés por parte de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, por la plataforma Conexión España, una red creada para conectar el talento directivo español a nivel global que se presenta este lunes. Impulsada por la Cámara de Comercio de España, el Foro de Marcas Renombradas Españolas, la Fundación CEDE (Confederación española de directivos y ejecutivos) y el ICEX es un ejemplo de la colaboración público-privada que tanto se predica. La plataforma persigue impulsar la reputación internacional de la Marca España y crear una red global que genere oportunidades de colaboración.
- Un PERTE para las electrointensivas. Las industrias electrointensivas, agrupadas en AEGE, muy quejosas por los precios de la energía, han recibido con satisfacción el posible lanzamiento de un PERTE (proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica) para el sector, dirigido a los procesos de descarbonización. La asociación que preside José Antonio Jainaga había expuesto la necesidad de contar con ayudas de los fondos europeos y muchas de sus empresas habían remitido manifestaciones de interés ligadas a proyectos sobre eficiencia energética, economía circular y energías renovables.
- La CNMV y la Policía, contra los chiringuitos. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Policía han firmado un acuerdo que no debe pasar desapercibido. Se trata de un convenio de colaboración cuya finalidad es perseguir el fraude financiero que ejecutan personas físicas y jurídicas no autorizadas, es decir, los denominados chiringuitos financieros. De esta forma, la Policía informará al regulador sobre ellas. Por su parte, el organismo que preside Rodrigo Buenaventura comunicará a la Policía sobre cualquier indicio de fraude y prestará asesoramiento en las investigaciones que lleve a cabo.
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