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LA CRISIS DEL CORONAVIRUS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Tratamiento masivo de datos para superar la pandemia

A medida que cedamos privacidad, podremos contar con soluciones más eficientes para combatir la epidemia

Un hombre consulta su móvil en la ciudad china de Wuhan. EFE/EPA/ROMAN PILIPEY RECROPPED VERSION
Un hombre consulta su móvil en la ciudad china de Wuhan. EFE/EPA/ROMAN PILIPEY RECROPPED VERSIONROMAN PILIPEY (EFE)

El 23 de enero de este año recibíamos con asombro la noticia del cierre por parte del gobierno central chino de la ciudad de Wuhan y otras ciudades de la provincia de Hubei para frenar la extensión de la epidemia de la Covid-19. Desde entonces hasta hoy hemos realizado un tránsito muy similar al suyo, que nos ha hecho pasar del escepticismo al aislamiento casi total de gran parte de nuestra población. Esta solución de aislamiento es muy efectiva para una rápida reducción del número de contactos diarios pero tiene dos grandes inconvenientes: el efecto paralizador sobre la economía y la imposibilidad, per se, de erradicar la enfermedad en su totalidad.

En este contexto, la utilización de fuentes de información masivas cobra especial relevancia como método para combatir la extensión de la enfermedad. En nuestro día a día contamos con información muy rica y detallada sobre los movimientos individuales de la práctica totalidad de nuestra población. En España, más del 98% de la población de más de 16 años dispone de teléfono móvil, lo que permitiría que, en caso de identificarse un individuo contagiado, se pudieran identificar aquellos individuos que se han encontrado en riesgo de contagio mediante el uso de técnicas de análisis de datos masivos, a partir del posicionamiento de sus móviles a lo largo del tiempo.

En más de 200 ciudades chinas, el proveedor de soluciones de pagos Alipay creó una solución (Alipay Health Code) que identifica con un código de color a los propietarios de sus móviles (verde: baja probabilidad de contagio; amarillo: obligación de aislamiento domiciliario; rojo: caso confirmado). Este sistema, que se emplea de forma masiva (más del 90% de la población a final de febrero) cumple con el doble objetivo de servir como elemento de control de tránsito, y de sistema de alerta inmediata a aquellos individuos que se encuentren en riesgo de haber sufrido un contagio.

En España, varios equipos de científicos de datos están aportando de forma altruista información y recomendaciones sobre cómo implementar sistemas similares de contención y eliminación de la epidemia, y algunas Comunidades Autónomas están reaccionando y trabajando en soluciones concretas.

La velocidad a la hora de poner en marcha este tipo de soluciones será determinante para la contención de los nocivos efectos de las medidas masivas de aislamiento. En este sentido, será fundamental la colaboración público-privada y el maridaje con la comunidad científica, que ya está ofreciendo soluciones de forma generosa y gratuita.

Por último, cualquier solución que implique la identificación del individuo habrá de contar con las garantías de privacidad y protección de datos personales a que dan derecho las leyes europeas, si bien la Agencia Española de Protección de Datos se ha pronunciado recientemente sobre el uso legítimo de datos personales por parte de “las autoridades públicas competentes para actuar conforme a la declaración del estado de alarma”. A medida que cedamos privacidad, podremos contar con soluciones más eficientes para combatir la epidemia, y la gestión de este delicado equilibrio será clave, también, para la gestión de la emergencia sanitaria.

Borja Foncillas es profesor de Afi Escuela de Finanzas

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