La ‘Gran Reevaluación’ profesional que cambiará la relación entre empleados y empresas
La pandemia ha transformado tanto las relaciones laborales como las prioridades vitales y profesionales de los trabajadores. El salario ya no es lo único que importa
La inmutable rutina laboral del trabajo presencial, de nueve a cinco de la tarde y de lunes a viernes sufrió en 2020 una transformación radical debido a la aparición del covid-19. La crisis sanitaria, social y económica que produjo impulsó la transformación digital, dio lugar a nuevas formas de trabajo y provocó todo un tsunami en las relaciones laborales entre las empresas y sus empleados, impulsado por una reevaluación general de sus prioridades vitales y profesionales. En 2021, Estados Unidos vio surgir la Gran Renuncia, un fenómeno de la pospandemia que empujó a cuatro millones de estadounidenses a abandonar cada mes el mercado laboral, pregonando un nuevo contexto en el que factores como el bienestar personal, la flexibilidad laboral y la comunicación de valores empezaban a jugar un papel destacado.
Sumergidos de lleno en la nueva normalidad, muchas empresas han vuelto (o están volviendo) a las formas de trabajo más tradicionales. Pero, a la vez, otras organizaciones han decidido mantener el trabajo híbrido o a distancia como el nuevo estándar en sus relaciones laborales. Está claro, en cualquier caso, que el escenario ha cambiado: casi la mitad de los empleados de las pymes de toda Europa (el 46 %) planea buscar un nuevo empleo en los próximos 12 meses, según el estudio La Gran Reevaluación, de la plataforma de Recursos Humanos Personio. Los datos de su encuesta confirman las dificultades de las empresas para gestionar el talento profesional que necesitan: el 62 % de las compañías europeas tiene hoy dificultades para contratar talento cualificado, y nueve de cada 10 profesionales de Recursos Humanos admite tener problemas para fidelizar el que ya tienen en sus organizaciones.
La pandemia ha supuesto también un cambio relevante en el conjunto de valores que los empleados consideran más importantes; una lista encabezada por poder pasar más tiempo con la familia y una mejor conciliación entre la vida personal y profesional (71 %), por encima incluso del salario y de la oportunidad de dedicar tiempo a sus aficiones y vida social (68 %). Disfrutar de un horario más flexible y ver que la empresa se preocupa por el bienestar de los empleados (65 %) y la flexibilidad respecto al lugar de trabajo son otros de los factores mencionados por los trabajadores, muchos de los cuales (un 37 %) creen que la covid-19 ha frenado el desarrollo de su carrera profesional.
Las razones para irse o quedarse de una empresa cambian menos: recibir un aumento de sueldo (o un bonus), ver reconocido el trabajo realizado y una mayor conciliación son los tres motivos principales para permanecer en un puesto de trabajo, mientras que sufrir un ambiente laboral estresante, la falta de valoración y de oportunidades de desarrollo profesional son las que más mueven a los trabajadores a buscar nuevos horizontes. Todo un desafío para los equipos de Recursos Humanos, ya que la rotación de trabajadores tiene un gran impacto en los beneficios de una empresa, según el estudio de Personio: una vez calculados los costes de productividad, contratación y onboarding [el proceso de integración de los empleados] perdidos, reemplazar a un trabajador podría llegar a costar hasta un tercio de un salario anual.
“E incluso si el personal no llega a marcharse, esto significa que están descontentos y desmotivados. La prioridad de las empresas no debería ser solo evitar que la gente se marche, sino fidelizar y mantener una plantilla motivada, productiva y comprometida”, afirma Pete Cooper director de Partnering del Personal en Personio.
¿Hago un ‘Erasmus’ profesional?
En este contexto de cambio, algunas empresas con implantación multinacional ofrecen a sus empleados la posibilidad de trasladarse temporalmente a alguna de sus oficinas en el extranjero. Una práctica útil para hacer crecer y fidelizar el talento que normalmente tiene como objetivo fomentar la cultura empresarial y favorecer el éxito de las organizaciones, pero también el desarrollo personal y profesional de sus trabajadores. En Personio, por ejemplo, el programa Culture Carrier permite a los empleados de cualquiera de sus siete oficinas europeas moverse de sucursal durante unos meses. “Estamos experimentando un crecimiento muy rápido y hemos contratado a 800 personas en los últimos 12 meses, así que mantener la cultura empresarial es todo un reto. Conocer a otros colegas en persona ayuda a superar este desafío y promueve las relaciones laborales y personales entre oficinas de distintos países”, explica José Carlos López, ejecutivo de cuentas.
A Daniela Figueroa, una consultora de comunicación de Buenos Aires que hoy tiene 26 años, su empresa le ofreció la oportunidad de trasladarse a su central en Washington (EE UU) durante seis meses. “Yo lo vi como una oportunidad de viajar y trabajar a la vez, y al final me acabó sirviendo muchísimo para aprender sobre mi trabajo y lo que se esperaba de mí, además de pulir un montón de habilidades”. Reconoce que la experiencia fue diferente a la que hubiera tenido como estudiante en un Erasmus o similar, “porque ahí tienes mucho más tiempo libre. Esta fue una experiencia mucho más real, llegué a Washington ya como una profesional y eso le dio a mi carrera una proyección mucho mayor. Darme cuenta de lo válida que era también en otra ciudad y otro país fue un respaldo fantástico”.
Se trata, en cualquier caso, de una experiencia que no solo está abierta a los trabajadores del sector privado. Son muchos los docentes que, cada año, salen de España para trabajar temporalmente en otro país, compartiendo idioma y cultura. Profesores como Tomeu Aloy, de la Escuela Oficial de Idiomas de Calvià, en Mallorca, que pasó tres años enseñando español en varios centros de Primaria y Secundaria en Connecticut (EE UU): “En lo personal hay que destacar sobre todo los amigos que haces, y te ayuda a desenvolverte con más facilidad en situaciones nuevas. Profesionalmente, mejoras mucho tu inglés y la metodología de la enseñanza de idiomas; aprendes de los compañeros y de los cursos o congresos a los que tienes la oportunidad de asistir”.
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