El Gobierno rebate el “infierno fiscal” que denuncia el PP y sostiene que Rajoy subió los impuestos 137 veces
El Ejecutivo cuestiona los cálculos de la oposición y defiende que, con esa metodología, los populares elevaron la carga fiscal más que nadie

El Gobierno se ha hartado de las acusaciones que el PP lanza un día sí y otro también de que Pedro Sánchez ha convertido a España en un “infierno fiscal”. La última muestra, este miércoles en el pleno del Congreso: tanto el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, como su vicesecretario económico, Juan Bravo, han vuelto con el latiguillo de que los socialistas han subido 97 veces los impuestos desde que están en La Moncloa. Una provocación a la que ahora el Ejecutivo contesta con la misma moneda. Acusa a los populares de haber elevado la fiscalidad muchas más veces, concretamente 137 en la etapa de Mariano Rajoy como presidente (2012-2018), si se emplea la misma metodología de cálculo que utiliza el PP y en la que el Ejecutivo ve errores de bulto. Eso le convertiría en el Gobierno que más subidas ha llevado a cabo.
Entre los principales fallos que detecta el Gobierno en el relato del PP —que tampoco ha desagregado las alzas fiscales a las que se refiere— es la confusión entre impuestos y cotizaciones sociales. Los populares sacan la cifra de las 97 subidas acometidas por el Ejecutivo de Sánchez de un informe del Instituto Juan de Mariana, de orientación liberal, que contabiliza como alzas tributarias los incrementos en las cotizaciones sociales —que van únicamente dirigidas a financiar pensiones y otras prestaciones— y equipara las revisiones catastrales de los inmuebles al aumento de siete impuestos.
“Ustedes han subido más de 100 veces los impuestos. Subidas de impuestos, récord de recaudación, récord de esfuerzo para el conjunto de los españoles, pero como su voracidad es insaciable, ahora va a por los autónomos”, espetó en las Cortes este miércoles Bravo a la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero.
Empleando la misma metodología que utiliza el PP ―que mete en el mismo saco cargas que no se pueden considerar en puridad como impuestos―, el resultado es que entre 2012 y 2018 el Gobierno de Rajoy subió los tributos 40 veces más que el PSOE. Fuentes gubernamentales recuerdan que los incrementos afectaron a todas las figuras —IRPF, IVA, sociedades, IBI, patrimonio, tabaco, carbón, alcohol, hidrocarburos…—, además de crearse siete tributos nuevos, entre ellos el muy polémico impuesto al sol, que gravaba la producción de renovables.
Sin embargo, resumen desde el Gobierno, aumentar las bases de cotización, ya sean máximas o mínimas, no equivale a subir los tributos, aunque el PP lo incluya ahora en su lista de agravios. Cuando gobernaba, ironizan, el propio PP no consideraba esas medidas como incrementos fiscales.
En el IRPF y el IVA, tan solo para mencionar los dos impuestos con más potencia recaudatoria del sistema, fueron sujetos a revisiones importantes durante la etapa de Rajoy. La reforma fiscal que su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, llevó a cabo en 2012, en plena crisis de la deuda y con un enorme agujero presupuestario, implicó subidas de hasta siete puntos en el impuesto sobre la renta, con la creación de un nuevo tramo para los ingresos más altos, a la vez que se aprobaba una amnistía fiscal —luego anulada por el Constitucional— y se eliminaban numerosos beneficios fiscales —aunque en 2014 se revirtieron parcialmente las subidas—.
En cuanto a la imposición indirecta, el PP elevó el tipo general del IVA del 18% al 21% y el reducido del 8% al 10%, moviendo varias categorías —como las peluquerías, que siguen denunciando el cambio— a tributar del tipo reducido al general. No hay precedentes de una subida de la fiscalidad indirecta de esta magnitud, recuerdan las mismas fuentes.
Algo similar sucedió con los gravámenes empresariales y las múltiples modificaciones de Montoro pensadas para incrementar la recaudación, con el añadido de que muchos grupos recurrieron en aquellos años las medidas y, ahora, los tribunales les han dado la razón y han ordenado devoluciones milmillonarias para la Hacienda pública.
En España, según datos oficiales de Eurostat, la presión fiscal ―el porcentaje de impuestos y cotizaciones sociales sobre el PIB― se situó en 2024 en el 37,3%, dos décimas más que la de 2023. Las otras tres grandes economías de la UE ―Alemania, Francia e Italia― anotaron en el mismo ejercicio una presión del 40,9%, 45,3% y 42,6% del PIB, respectivamente.
Desde el Gobierno, además de criticar la base de la metodología que utiliza el PP, denuncian que sus cálculos multiplican artificialmente el número de supuestas subidas fiscales. Las revisiones catastrales de viviendas y otros inmuebles son un proceso técnico que se realiza periódicamente y que no responde a decisiones discrecionales del Ejecutivo. El informe en que se apoya el PP llega a contabilizar hasta siete “subidas de impuestos” por cada actualización catastral, lo que multiplica artificialmente el número total. De las 97 medidas originales atribuidas al actual Gobierno —el informe menciona 94, y otras tres las añade el PP—, 28 surgen solo de estas revisiones, algo que también ocurrió bajo mandatos del PP sin que entonces se interpretara como un aumento de la presión fiscal.
El método del recuento también resulta cuestionable en otros aspectos, añaden estas fuentes. Cada ajuste en los tramos del IRPF se contabiliza de forma independiente, lo que permite inflar tanto las subidas como las bajadas según convenga. Así, una rebaja aplicada a cuatro tramos del impuesto sobre la renta se presenta como cuatro reducciones de impuestos, y una subida que afecte a siete tramos se computa como siete medidas diferentes. Aplicando los mismos criterios al pasado, el Gobierno de Mariano Rajoy habría aplicado 78 subidas fiscales entre 2012 y 2018.
El informe utilizado por el PP llega incluso a considerar como subida fiscal la vuelta al tipo normal de impuestos que habían sido rebajados temporalmente para aliviar la presión inflacionista, como el IVA de los alimentos. Al sumar sin distinguir la magnitud o el propósito de cada medida, se igualan ajustes de gran impacto, como el incremento del tipo general del IVA del 18% al 21% en 2012, con cambios menores, como el aumento del IVA de las bebidas azucaradas en 2021. El resultado es un recuento que mezcla categorías distintas y amplifica artificialmente la carga fiscal atribuida al Gobierno actual, insisten fuentes del Ejecutivo.
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