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La huelga en la seguridad de Barajas obliga a Iberia a reubicar a miles de viajeros que pierden sus vuelos

Las esperas en los controles de equipaje han sido hasta de 55 minutos esta mañana y la aerolínea contabiliza casi 5.000 clientes desde el domingo que han llegado fuera de hora

Un agente de seguridad de Trablisa pasa ante uno de los paneles informativos de la T4 de Madrid-Barajas que advierte de la huelga en los controles del equipaje.
J. F. Magariño

Los efectos de la huelga indefinida de parte del personal de seguridad privada en el aeropuerto de Madrid-Barajas, por el conflicto laboral en la empresa Trablisa, están yendo mucho más allá de los largos tiempos de espera que tienen que soportar los viajeros ante los filtros de control del equipaje. La terminal 4 (T4) es el punto neurálgico de la protesta desde el pasado domingo y la aerolínea con más actividad allí, Iberia, se acerca ya a los 5.000 clientes con vuelos perdidos en dos jornadas y media. Contabilizó algo más de 1.500 el domingo, la suma subió a los 2.192 viajeros que tuvo que reubicar ayer lunes, y al mediodía de hoy decía tener otros 890 que habían llegado con las puertas de embarque ya cerradas.

Recolocar en otros vuelos a estos afectados por la huelga no es tarea fácil especialmente en lo que toca a quienes viajan al extranjero, con menos posibilidades de vuelo. Un portavoz de Iberia asegura que la empresa activó ayer la flexibilidad tarifaria para que los clientes pudieran cambiar a otros vuelos sin coste.

Las partes involucradas en el conflicto no aciertan a dar un tiempo similar de espera ante los arcos de seguridad. En Iberia se habla de picos hasta de 55 minutos en torno a las 7:30 horas de esta mañana. El cronómetro de Aena, sin embargo, no ha contabilizado más de 35 minutos, y la empresa de seguridad Trablisa habla de “15 a 20 minutos este martes, en comparación con los 68 que se llegaron a producir de forma excepcional el domingo y los 58 minutos de espera del lunes”. En todo caso, las colas han sido mayores de lo habitual desde las 6:00 de la mañana, pero las partes reconocen que la coordinación entre Aena, las fuerzas de seguridad del Estado y las propias aerolíneas está ayudando a una mayor fluidez en el paso de los viajeros.

Entre las recomendaciones para reducir demoras o evitar la pérdida de vuelos están la de acudir con más tiempo de lo normal al aeropuerto y facturar el equipaje frente a las esperas por la supervisión del mismo.

La compañía mallorquina de seguridad está tratando de embridar la situación con una demanda por huelga ilegal que ha caído en el Juzgado de lo Social número 21 de Madrid. Trablisa ha pedido cautelares para que sea un juez quien levante el paro por el efecto que está teniendo en una infraestructura crítica.

La directora de Recursos Humanos de Trablisa, Pilar Albacete, ha insistido en que “solo 21 de los 850 efectivos del servicio de seguridad en Barajas están en una huelga que la compañía considera ilegal” por novatoria o tratar de tumbar las condiciones pactadas en el convenio sectorial y entre la empresa y la representación de los trabajadores. La directiva ha explicado a los medios que los convocantes no pasaron por una asamblea ni tienen el respaldo del comité de empresa, por lo que considera que la llamada al paro indefinido es irregular.

La dirección también ha denunciado que en los controles se está produciendo una huelga de celo que ralentiza la tarea de inspección del equipaje y, con ello, el tránsito de los viajeros hacia las puertas de embarque. De ello han dado fe decenas de viajeros en las redes sociales.

Trablisa advirtió de que ejercería “todas las acciones legales que le asisten en derecho, en todos los órdenes jurisdiccionales, con especial énfasis en la exigencia de responsabilidades penales y patrimoniales”. Albacete ha puesto énfasis en que los sindicatos mayoritarios están al margen de esta protesta, al tiempo que reconoce que su empresa podría enfrentarse a reclamaciones económicas por parte de las aerolíneas impactadas en su operativa. De darse esa situación, la compañía extendería una demanda al comité de huelga.

Este órgano, según la empresa, reclama hasta 50 medidas inasumibles, como son distintos pluses valorados en su totalidad en unos 1.000 euros mensuales por trabajador. Otros puntos ante los que la firma de seguridad privada no está dispuesta a ceder son el de la revalorización de la hora extra en un 75%, que Albacete ha cifrado entre 12 y 16 euros, y la jubilación anticipada a los 52 años de edad. Este último extremo, por el que el comité de huelga requiere la equiparación a las Fuerzas de Seguridad del Estado, no está recogido en el convenio sectorial de la seguridad privada.

Los servicios mínimos decretados por la Delegación del Gobierno en Madrid alcanzan el 100% del servicio, ante lo que Trablisa señala que las acciones de huelga están comprometiendo la operativa de Barajas y causando graves perjuicios a los pasajeros. Desde la compañía que opera en las cuatro terminales del aeropuerto se exige que concluya una huelga que viola la paz social que impone la negociación colectiva.

Trablisa tiene 859 trabajadores en Barajas de una plantilla total de 1.300 trabajadores en Madrid. La compañía, que ha cumplido 50 años, también presta servicios en aeropuertos como el de Palma, Menorca, Ibiza, Málaga, Valencia, A Coruña, Santiago, Asturias, Granada, Almería, Murcia, Ceuta, Melilla, Algeciras, León, Vigo y Son Bonet.

Este conflicto laboral en el mayor aeropuerto del país coincide con la llamada de la asociación empresarial de referencia en el sector, Aproser, a la negociación del próximo convenio de seguridad privada. El nuevo marco laboral entraría en vigor en 2027 y englobaría a más de 80.000 trabajadores. El convenio actual viene de 2023 y supuso una subida salarial del 16%. Desde UGT, sindicato mayoritario en el sector, se hace hincapié en la necesidad de actualizar los salarios y se critica que las empresas ofrezcan servicios con precios a la baja, lo que va en detrimento de la calidad y de los derechos de los trabajadores.

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Sobre la firma

J. F. Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.
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