Google y Bruselas libran su mayor batalla judicial con dos españoles al frente en cada bando

El equipo de baloncesto de los servicios jurídicos de la Comisión Europea ha ganado hace poco la competición interna de los empleados de la institución con un fichaje foráneo, Alfonso Lamadrid, abogado de Garrigues especializado en derecho de la Competencia. Le fichó Fernando Castillo, entrenador del equipo y director del departamento de servicios jurídicos responsable de Competencia y Fusiones. Este martes, en cambio, no estarán en el mismo lado en el Tribunal de Justicia de la UE. Se celebra la vista por el último recurso de Google contra la multa de más de 4.000 millones que le impuso la Comisión en 2018 por abuso de posición dominante, el mayor castigo recibido en la UE por una empresa. Lamadrid dirigirá en Luxemburgo al equipo jurídico del gigante tecnológico; Castillo, acompañado por otro español, Carlos Urraca, hará lo propio con los abogados del Ejecutivo de la Unión.

No es habitual este choque jurídico entre españoles cuando hay una gran compañía tecnológica estadounidense implicada. No tanto por el lado de la Comisión, donde bastantes españoles han ocupado puestos de responsabilidad —de hecho, el director del servicio jurídico actual lo es, Daniel Calleja—, como por el costado corporativo. Las grandes compañías tecnológicas solían, en el pasado, vincularse más a los lustrosos despachos londinenses, que ahora han abierto sucursal en Dublín para mantener la clientela. En ese competitivo club se ha hecho un hueco Garrigues de la mano de Lamadrid, su socio director en la oficina de Bruselas, según apuntan fuentes con larga trayectoria en asuntos europeos de Competencia que no forman parte del bufete ni de la Comisión.

Lo que estará en juego en la sala del Tribunal de Luxemburgo este martes son más de 4.000 millones. En julio de 2018, Bruselas multó a Google con 4.340 millones por abusar de posición dominante al implantar Google Search y Google Chrome cuando los fabricantes de móviles recurren al sistema operativo Android. En el primer recurso ante el Tribunal General la empresa norteamericana no tuvo mucho éxito. El fallo confirmó casi toda la decisión de la Comisión Europea excepto una parte que conllevó una pequeña rebaja en la sanción: hasta los 4.125 millones.

El contenido de este pleito recuerda mucho al que hubo este verano en Estados Unidos, en el que un juez de Washington acabó condenando a la filial de Alphabet por tener un comportamiento monopolístico y, aunque todavía no ha impuesto el castigo, el fiscal general ya ha pedido que la empresa venda parte de su negocio. Pero esta última opción no está sobre la mesa en el caso que se ve mañana en Luxemburgo, ni puede estarlo con el expediente cerrado. Bruselas sí que tiene en cambio esa opción abierta en la investigación sobre el negocio publicitario de Alphabet.

Una posibilidad es que en el juicio de este martes se reduzca la multa. Más difícil parece que se anule la totalidad de la sanción, según las fuentes jurídicas consultadas. Aunque no se puede descartar nada ante la disparidad de fallos en Luxemburgo que recibió la tecnológica estadounidense el pasado septiembre: el 12 de ese mes el TJUE confirmó definitivamente la sanción de 2.424 millones por abuso de posición dominante con Google Shopping; seis días más tarde el Tribunal General —la primera instancia judicial europea— tumbó una sanción de 1.490 millones por quebrar las reglas del mercado publicitario en la UE.

Todos estos casos estarán presentes en la vista de este martes. Tanto Lamadrid como Castillo los conocen. No en vano, entre ambos suman más de 400 casos defendidos ante los jueces de Luxemburgo. El funcionario tiene una trayectoria más dilatada: ha participado en más de 300. Ya trabajó en los primeros pleitos contra las tecnológicas estadounidenses, concretamente en los casos de Microsoft que se pusieron en marcha cuando fue comisario de Competencia el italiano Mario Monti. Después fue ascendiendo y, tras una época en otro departamento, volvió en 2020 al equipo de Competencia y Fusiones para ser su director.

El abogado de Garrigues, con un máster en Derecho en el Colegio de Europa y otro en Harvard, ha participado en más de 100 tanto ante el TJUE como en la instancia judicial anterior. Su experiencia y la de su despacho defendiendo a muchas empresas españolas —por ejemplo, en el caso de las ayudas a los astilleros, la conocidas como tax lease, en el que logró que se anulara la devolución del dinero— le abrió las puertas de Google o las de las ligas europeas de fútbol profesional, cuya denuncia ante Competencia contra FIFA y UEFA por el calendario ha redactado. También ha colaborado con la Comisión cuando ha contratado a letrados externos, como unos recursos del grupo metalúrgico español Celsa contra unas decisiones de Bruselas.

En este caso, ambos abogados compartieron banco. Estuvieron del mismo lado y encestaban para el mismo equipo. Este martes, en cambio, defenderán canastas contrarias.