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Masorange presenta un ERE para 795 empleados, pese a que pactó con el Gobierno mantener el empleo

La empresa de telecomunicaciones defiende que el ajuste, con bajas voluntarias y que afectará al 10% de la plantilla, no incumple los compromisos de la fusión entre Orange y MásMóvil

Meinrad Spenger, consejero delegado de Masorange, durante la presentación la fusión entre Orange y MásMóvil.
Meinrad Spenger, consejero delegado de Masorange, durante la presentación la fusión entre Orange y MásMóvil.Rodrigo Jimenez (EFE)
Ramón Muñoz

Masorange,, el operador de telecomunicaciones nacido de la fusión entre MásMóvil y Orange, ha anunciado este martes a los sindicatos la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que prevé la salida de 795 trabajadores. El ajuste tendrá carácter voluntario y afectará a las sociedades jurídicas del grupo Masorange: Orange Espagne, Orange España Comunicaciones Fijas, Xfera Móviles, Lorca Telecom Bidco, Euskaltel y R Cable y Telecable. La mesa negociadora del ERE entre empresas y sindicatos se constituirá el 17 de septiembre, y tendrá el plazo de un mes para alcanzar un acuerdo. Los sindicatos han rechazado el ajuste.

La plantilla total del grupo sobrepasa los 8.000 efectivos, de los que 6.600 procedían de Orange y 1.800 de MásMóvil, pero incluyendo los puestos de telemarketing y las tiendas propias, que quedan fuera del ajuste. Con estas cifras globales el alcance del ERE estaría cercano al 10%. Sin embargo, el ERE solo va dirigido a los trabajadores en convenio del grupo Masorange, que suman 4.840 empleados, por lo que la afectación en este caso es del 16,4%. La empresa ha señalado en un comunicado a los trabajadores que “la voluntariedad va a ser el primer y preferente criterio de adhesión”, una fórmula que no descarta completamente los despidos forzosos si no se cubre el cupo de voluntarios.

El mantenimiento del empleo fue una de las condiciones que impuso el Gobierno para la autorización de la fusión aunque nunca se desvelaron los detalles de ese punto. Fuentes cercanas a la empresa han señalado a este diario que el ERE “cumplirá estrictamente con lo acordado con las autoridades dentro del proceso de fusión”. El ajuste se produce pese a las reiteradas declaraciones de los responsables de Orange y MásMóvil de que la fusión no llevaría acarreado ningún recorte de empleo. En esta línea, tras la fusión, el consejero delegado de Masorange, Meinrad Spenger, ha insistido en todas sus declaraciones que no había puestos sobrantes en las empresas fusionadas. Orange y Másmóvil consumaron su fusión el pasado 1 de abril, tras más de un año y medio de negociaciones con Bruselas, que debía autorizar la unión, para dar lugar al primer operador de telecomunicaciones por número de líneas, aunque por ingresos sigue siendo Telefónica, y por un valor de mercado de más de 18.000 millones de euros.

El plazo máximo para constituir la mesa de negociación del ERE con los sindicatos será de 15 días, por lo que la intención de la empresa de acuerdo a los plazos legales es que el diálogo con los agentes sociales concluya a mediados de octubre, momento a partir del cual se abrirá el proceso de adhesión al plan de salidas voluntarias. Orange ya presentó un ERE en junio de 2021 que supuso la salida de 400 trabajadores, entre prejubilaciones y voluntarios, y se comprometió a no ejecutar un nuevo ERE en el plazo de dos años. Anteriormente, en marzo de 2016 presentó otro ERE que afectó a 496 empleados.

Se trata de un nuevo ajuste laboral en el sector de telecomunicaciones en el último año que ha resultado un ejercicio negro paara el empleo. El ajuste más reciente tuvo lugar en Vodafone España, donde sindicatos y empresa pactaron a mediados del pasado mes de julio la salida de 898 trabajadores, un 27,5% de la plantilla de la compañía, que ha aplicado cinco ajustes desde 2013, con la salida de la empresa de alrededor de 4.100 empleados. En el caso de Telefónica, no se trató de un ERE sino de un plan de bajas incentivadas (PSI), que se resolvió definitivamente en febrero pasado con la salida de 3.421 trabajadores de forma voluntaria. En tanto, el ERE de Avatel Telecom se concretó a comienzos del pasado junio con la salida de 674 trabajadores, casi el 36% de la plantilla de la empresa, De este modo, los procesos acometidos por Vodafone, Telefónica y Avatel han supuesto el despido de casi 5.000 trabajadores en el sector de las telecomunicaciones en España solo en 2024, a los que ahora se sumarán un máximo de 795 salidas en MasOrange.

Mensaje de tranquilidad de la dirección

La dirección de Masorange ha trasladado a los empleados en el comunicado que les ha hecho llegar a los sindicatos su voluntad de “trabajar de manera honesta y transparente para poder llegar a acuerdos satisfactorios para todos”. Meinrad Spenger, ha mantenido este martes una reunión virtual con los trabajadores en la que les ha manifestado que desde el inicio de su actividad como joint venture “la empresa ha trabajado intensamente para implementar la mejor organización posible” para lograr sus objetivos.

No obstante, Masorange defiende la necesidad de aplicar el ERE debido a que ha comprobado que todavía existen “ciertas duplicidades organizativas” como consecuencia de la integración de las plantillas de Orange y MásMóvil. Según la compañía, se ha elegido esta fórmula “por su rápida implementación” y porque “sus condiciones se negocian en el marco del ámbito social y ofrece todas las garantías legales”. “El plan de ajuste organizativo que ahora se anuncia es coherente con la posición que han mantenido siempre los directivos de la compañía, que desde el inicio han apostado claramente por la voluntariedad”, insisten desde la empresa.

Unas palabras que contrastan con las declaraciones hasta la fecha. La primera tuvo lugar el pasado 2 de abril, apenas un día después de consumarse la fusión. Para celebrar la unión, Masorange celebró una convención en Wizink Center, en Madrid, en el que ante la presencia de 3.000 empleados, y otros 2.000 conectados online), los directivos de Orange y MásMóvil aseguraron que no habría ningún expediente de regulación de empleo. Como en el caso de Vodafone, cuando fue adquirida por Zegona, la fusión de Orange y MásMóvil requirió el visto bueno del Gobierno, una aprobación que estuvo acompañada, según describió el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, de un plan industrial “verdaderamente ambicioso” con la inversión de hasta 4.000 millones de euros, y de unos compromisos de “mantenimiento del empleo suficientes”.

Estos supuestos compromisos para no realizar despidos motivaron un agria polémica en el caso del ERE de Vodafone, por las críticas de los sindicatos ante lo que consideraban inacción del Ejecutivo, unas tensiones que a buen seguro se reproducirán en el caso de Masorange, con la diferencia que en el operador británico se trataba de despidos forzosos, frente a los voluntarios de Masorange. La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, llegó a amenazar con parar el ERE si Vodafone no mejoraba las condiciones inciales y reducía el número de efectivos. La presión surtió efecto y la empresa redujo el ERE de los 1.198 despidos previstos inicialmente a las 898 salidas finales. También se mejoraron las condiciones para los que se acogieran al ERE, duplicando las indemnizaciones hasta los 50 días por año trabajado.

El ERE de Masorange seguirá ese tira y afloja durante las negociaciones, aunque las condiciones de salida son mucho más favorables para los trabajadores que en el caso de Vodafone. En esta línea, la empresa ha sdeñalado en el comunicado su intención de “definir condiciones justas y satisfactorias para las personas que decidan adherirse al plan”, y ha adelantado que e ERE irá acompañado de un “buen plan de recolocación”. “La compañía va a dar lo mejor de sí misma en este proceso, trabajando de manera honesta y transparente para poder llegar a acuerdos satisfactorios para todos y comenzar un nuevo capítulo sin incertidumbres”, indica el comunicado interno.

Rechazo sindical

Por su parte, UGT ha emitido un comunicado en el que indica que rechaza la medida presentada por la compañía, dado que, en su opinión, “ahonda en políticas de destrucción de empleo bien formado, bien remunerado y que aporta riqueza y valor añadido a la economía de España”. “Una regulación perniciosa que no ha querido ser corregida por ningún Gobierno conduce a un círculo vicioso de despidos colectivos. En cualquier caso y en caso de no ser retirado, UGT defenderá la voluntariedad total y un paquete Indemnizatorio y prejubilaciones similares a las firmadas en 2021 en Orange España”, ha añadido la organización.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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