Masorange presenta un ERE para 795 empleados, pese a que prometió mantener el empleo
La empresa de telecomunicaciones defiende que el ajuste, con bajas voluntarias y que afectará al 10% de la plantilla, cumple el pacto con el Gobierno por la fusión entre Orange y MásMóvil
Masorange, el operador de telecomunicaciones nacido de la fusión entre MásMóvil y Orange, ha anunciado este martes a los sindicatos la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que prevé la salida de 795 trabajadores. El ajuste tendrá carácter “preferentemente” voluntario y afectará a las distintas sociedades jurídicas del grupo Masorange: Orange Espagne, Orange España Comunicaciones Fijas, Xfera Móviles, Lorca Telecom Bidco, Euskaltel y R Cable y Telecable. La mesa negociadora del ERE entre empresas y sindicatos se constituirá el 17 de septiembre, y tendrá el plazo de un mes para alcanzar un acuerdo. Los sindicatos han rechazado el ajuste.
La plantilla total del grupo alcanza los 8.400 efectivos, de los que 6.600 procedían de Orange y 1.800 de MásMóvil, pero incluyendo los puestos de telemarketing y las tiendas propias, que quedan fuera del ajuste. Con estas cifras globales, el alcance del ERE estaría cercano al 10% de la plantilla. Sin embargo, el ERE solo va dirigido a los trabajadores en convenio del grupo Masorange de las citadas sociedades afectadas, que suman 4.840 empleados, por lo que la afectación sería en este caso del 16,4%. La empresa ha señalado en un comunicado interno a los trabajadores que “la voluntariedad va a ser el primer y preferente criterio de adhesión”, una fórmula que no descarta completamente los despidos forzosos si no se cubre el cupo de voluntarios.
El mantenimiento del empleo fue una de las condiciones que impuso el Gobierno para la autorización de la fusión aunque nunca se desvelaron los detalles de ese punto. Fuentes cercanas a la empresa han señalado a este diario que el ERE “cumplirá estrictamente con lo acordado con las autoridades dentro del proceso de fusión”. Al parecer, en el documento entregado al Gobierno figura un porcentaje máximo de ajuste laboral que podría efectuar la empresa fusionada, que estaría muy por encima del 10% que plantea el ERE, por lo que no se incumpliría el pacto de la fusión, según señalan fuentes de la operadora, que aclaran que ese dato no se ha hecho público al ser confidencial.
Como en el caso de Vodafone, cuando fue adquirida por Zegona, la fusión de Orange y MásMóvil requirió el visto bueno del Gobierno, una aprobación que estuvo acompañada, según describió el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, de un plan industrial “verdaderamente ambicioso” con la inversión de hasta 4.000 millones de euros, y de unos compromisos de “mantenimiento del empleo suficientes”.
En cualquier caso, el ajuste se produce pese a las reiteradas declaraciones de los responsables de Orange y MásMóvil de que la fusión no llevaría acarreado ningún recorte de empleo. En esta línea, tras consumarse la operación, el consejero delegado de Masorange, Meinrad Spenger, ha insistido en todas sus intervenciones que no había puestos sobrantes en las empresas fusionadas, aunque en algunas ha precisado que si bien no habría salidas forzosas podría haber bajas voluntarias individualizadas.
Así, el 2 de abril, apenas un día después de consumarse la fusión, Masorange celebró una convención en el Wizink Center, en Madrid, en el que ante la presencia de 3.000 empleados, y otros 2.000 conectados online, Spenger, tras ironizar cuando se le preguntó si habría un ERE ―”ERE que erre”, bromeó― aseguró que esta operación era diferente a cualquier otra fusión y que, en lugar de saldarse con ajustes, pretendía crear empleo. “No tenemos previsto ningún programa de despidos forzosos o involuntarios para nada (...) Queremos generar empleo, no destruirlo. Luego, si hay personas que no se ven en este proyecto pues analizaremos la situación y en el marco de un dialogo social analizaremos soluciones y rápidas”, dijo entonces el consejero delegado.
Orange y Másmóvil consumaron su fusión el 1 de abril, tras más de un año y medio de negociaciones con Bruselas, que debía autorizar la unión, para dar lugar al primer operador de telecomunicaciones por número de líneas (por ingresos sigue siendo líder Telefónica) y por un valor de mercado de más de 18.000 millones de euros.
El plazo máximo para constituir la mesa de negociación del ERE con los sindicatos será de 15 días, por lo que la intención de la empresa de acuerdo a los plazos legales es que el diálogo con los agentes sociales concluya a mediados de octubre, momento a partir del cual se abrirá el proceso de adhesión al plan de salidas voluntarias. Orange ya presentó un ERE en junio de 2021 que supuso la salida de 400 trabajadores, entre prejubilaciones y voluntarios, y se comprometió a no ejecutar un nuevo ERE en el plazo de dos años. Anteriormente, en marzo de 2016 presentó otro ERE que afectó a 496 empleados. MásMóvil nunca realizó un ajuste laboral desde su creación.
Se trata de un nuevo ajuste laboral en el sector de telecomunicaciones en el último año que ha resultado un ejercicio negro para el empleo. El ajuste más reciente tuvo lugar en Vodafone España, donde sindicatos y empresa pactaron a mediados del pasado mes de julio la salida de 898 trabajadores, un 27,5% de la plantilla de la compañía, que ha aplicado cinco ajustes desde 2013, con la salida de la empresa de alrededor de 4.100 empleados. En el caso de Telefónica, no se trató de un ERE sino de un plan de bajas incentivadas (PSI), que se resolvió definitivamente en febrero pasado con la salida de 3.421 trabajadores de forma voluntaria. En tanto, el ERE de Avatel Telecom se concretó a comienzos del pasado junio con la salida de 674 trabajadores, casi el 36% de la plantilla de la empresa, De este modo, los procesos acometidos por Vodafone, Telefónica y Avatel han supuesto el despido de 5.000 trabajadores en el sector de las telecomunicaciones en España solo en 2024, a los que ahora se sumarán un máximo de 795 salidas en MasOrange.
Mensaje de tranquilidad de la dirección
La dirección de Masorange ha trasladado a los empleados en el comunicado que les ha hecho llegar a los sindicatos su voluntad de “trabajar de manera honesta y transparente para poder llegar a acuerdos satisfactorios para todos”. Meinrad Spenger, ha mantenido este martes una reunión virtual con los trabajadores en la que les ha manifestado que desde el inicio de su actividad como joint venture “la empresa ha trabajado intensamente para implementar la mejor organización posible” para lograr sus objetivos.
No obstante, Masorange defiende la necesidad de aplicar el ERE debido a que ha comprobado que todavía existen “ciertas duplicidades organizativas” como consecuencia de la integración de las plantillas de Orange y MásMóvil. Según la compañía, se ha elegido esta fórmula “por su rápida implementación” y porque “sus condiciones se negocian en el marco del ámbito social y ofrece todas las garantías legales”. “El plan de ajuste organizativo que ahora se anuncia es coherente con la posición que han mantenido siempre los directivos de la compañía, que desde el inicio han apostado claramente por la voluntariedad”, indica el comunicado.
El caso del ERE de Vodafone ya motivó una agria polémica por las críticas de los sindicatos ante lo que consideraban inacción del Ejecutivo. Unas tensiones que a buen seguro se reproducirán en el caso de Masorange, con la diferencia que en el operador británico se trataba de despidos forzosos, frente a los voluntarios de Masorange. La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, llegó a amenazar con parar el ERE si Vodafone no mejoraba las condiciones inciales y reducía el número de efectivos. La presión surtió efecto y la empresa redujo el ERE de los 1.198 despidos previstos inicialmente a las 898 salidas finales. También se mejoraron las condiciones para los que se acogieran al ERE, duplicando las indemnizaciones hasta los 50 días por año trabajado.
El ERE de Masorange seguirá ese tira y afloja durante las negociaciones, aunque las condiciones de salida son mucho más favorables para los trabajadores que en el caso de Vodafone. En esta línea, la empresa ha señalado en el comunicado su intención de “definir condiciones justas y satisfactorias para las personas que decidan adherirse al plan”, y ha adelantado que e ERE irá acompañado de un “buen plan de recolocación”. “La compañía va a dar lo mejor de sí misma en este proceso, trabajando de manera honesta y transparente para poder llegar a acuerdos satisfactorios para todos y comenzar un nuevo capítulo sin incertidumbres”, indica el comunicado interno.
Rechazo sindical y aviso del Gobierno
Los sindicatos han mostrado su rechazo general al ERE. UGT ha emitido un comunicado en el que indica que rechaza la medida presentada por la compañía, dado que, en su opinión, “ahonda en políticas de destrucción de empleo bien formado, bien remunerado y que aporta riqueza y valor añadido a la economía de España”. “Una regulación perniciosa que no ha querido ser corregida por ningún Gobierno conduce a un círculo vicioso de despidos colectivos”, añade. En cualquier caso, UGT defenderá la voluntariedad total y un paquete Indemnizatorio y prejubilaciones similares a las firmadas en 2021 en Orange España, ha añadido la organización.
CC OO ha indicado que analizará el formato legal del ERE porque la compañía aún no ha avanzado el motivo, aunque el sindicato estima que se acogerá a causas de carácter económico, técnico, organizativo o productivo. El sindicato ha avanzado que analizará “minuciosamente” la memoria técnica, que justifica la propuesta de despido colectivo. “Es lamentable la dinámica adoptada por las empresas que buscan eficiencias de manera recurrente en modelos tan agresivos como el que hoy nos preocupa. El empleo es la base del mundo laboral y cualquier destrucción de éste, no puede considerarse más que una agresión fruto de un plan empresarial, donde las personas trabajadoras estamos en segundo plano y obviamente no vamos a quedarnos de brazos cruzados”, ha criticado CC OO. El comité de empresa de Euskaltel se ha sumado a las criticas, rechazando cualquier proceso de despidos.
Por su parte, el Gobierno ha lanzado un recado a los directivos de la empresa para que pacte las condiciones del ERE con los sindicatos y ha avisado que estará vigilante para que se cumplan los compromisos de la fusión. En este sentido, la secretaria de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, María González Veracruz, ha pedido que el ajuste sea “lo menos doloroso posible” y pactado con los sindicatos, pero no ha aclarado si el Ejecutivo se reunirá con los representantes de los trabajadores para abordar esta cuestión. Por su parte, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha indicado que su departamento velará “con todos los medios a su disposición” por el respeto de la legislación laboral en el ERE y vigilará para que existan las causas requeridas para la extinción de los empleos. “Las compañías tecnológicas, telefónicas, tienen que ser cuidadosas con el mantenimiento del empleo, especialmente si tienen beneficios”, ha señalado.
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