Dividir Google: las autoridades estadounidenses estudian soluciones para romper el monopolio de la tecnológica
El navegador Chrome, el sistema operativo Android y la plataforma de publicidad Adwords están entre los principales negocios que podrían ser escindidas del negocio de Alphabet, asegura Bloomberg
Las malas noticias se acumulan para Google. Solo nueve días después de que un juez federal dictaminara que el gigante tecnológico incurrió en prácticas ilegales para preservar el monopolio de su motor de búsqueda, ahora la presión en su contra parece consolidarse. De acuerdo a la agencia de noticias Bloomberg, el departamento de Justicia de Estados Unidos está considerando disolver el poder de Alphabet, la matriz detrás no solo de Google sino también de Youtube, Adwords y Android, para corregir las prácticas anticompetitivas detectadas. De seguir esta línea, que aún se mantiene bajo discusión, la compañía correría la misma suerte que Standard Oil en 1911, firma a la que el Tribunal Supremo estadounidense obligó a dividirse en 34 firmas independientes como ExxonMobil, Chevron o BP.
No es la primera vez que el Gobierno estadounidense intenta desmantelar y regular una firma tecnológica. En el año 2000, en plena era dorada de Microsoft, un fallo judicial intentó dividir la empresa aunque tuvo que olvidar sus planes solo un año después. Un poco antes, en 1980, el Ejecutivo norteamericano tuvo más éxito al desmantelar el negocio de la teleco AT&T. De la experiencia pueden aparecer otras soluciones para el caso actual de Google, como obligar a Alphabet a compartir más datos con sus competidores y evitar una ventaja injusta en las herramientas de inteligencia artificial.
De cualquier manera, los analistas consultados por Bloomberg señalan que, dentro de las múltiples firmas que componen Alphabet, las unidades más probables de ser escindidas son el navegador Chrome y el sistema operativo Android. Este último servicio es parte central de la demanda que Google tuvo que afrontar en los tribunales, donde la Justicia probó que la compañía suprimió la competencia pagando miles de millones de dólares a los operadores de navegadores web y fabricantes de teléfonos inteligentes para que hicieran de Google su motor de búsqueda predeterminado.
La venta del sistema operativo Android, utilizado en aproximadamente 2.500 millones de dispositivos en todo el mundo, es una de las alternativas que suenan con más fuerza entre los abogados del Departamento de Justicia. El juez de distrito Amit Mehta menciona en su dictamen que Google requiere que los fabricantes de dispositivos firmen acuerdos para acceder a sus aplicaciones como Gmail y la tienda Play Store. En diciembre, la compañía ya había intentado subsanar uno de sus principales frentes judiciales, al acordar cambios en su tienda de aplicaciones tras ser acusada por 36 estados de privar a los usuarios de prácticas ilegales a la hora de descargar nuevas funciones en sus teléfonos Android.
Otra opción, ya sobre la mesa desde 2023, es obligar a Alphabet a poner a la venta Adwords, la plataforma que la compañía utiliza para vender publicidad en texto, según una de las fuentes.
De cualquier manera, Google ha afirmado que apelará la decisión judicial en Estados Unidos, y tiene los recursos económicos necesarios para convertir esto en una larga batalla en los tribunales. Solo durante el primer semestre de este año, la firma ganó 47.281 millones de dólares, un salto del 42% frente al año anterior apoyado en el impulso de sus negocios en la nube y la inteligencia artificial. De cualquier manera, el tribunal dará inicio a la “fase de remedios” para que ambas partes discutan medidas que permitan corregir las faltas y restaurar la competencia en el mercado.
De momento, el mercado muestra cautela sobre el futuro de la empresa. Desde que se conociera el fallo judicial, los títulos de Alphabet se dejan poco más de un 2% en las últimas dos semanas, aunque afectadas por la corrección que sufrió todo el sector tecnológico. Tras la apertura de la sesión de este miércoles, las acciones de la compañía se desploman poco más de un 3% y cotiza en su nivel más bajo en cuatro meses.
Otras opciones
Otras alternativas menos radicales podrían beneficiar a otros gigantes tecnológicos, como Microsoft. Los reguladores podrían pactar con la compañía que licenciara el uso de datos a sus rivales en el negocio de las búsquedas, como Bing de Microsoft o DuckDuckGo. El fallo de Mehta asegura que las alianzas de Google aseguran no solo que su motor de búsqueda reciba la mayor cantidad de datos de usuarios —16 veces más que su competidor más cercano—, sino que ese flujo de datos también impide que sus rivales mejoren sus algoritmos y compitan de manera efectiva.
Sin embargo, aseguran las fuentes a Bloomberg, no sería suficiente para calmar la preocupación de las autoridades en su intención de controlar el desarrollo de soluciones de inteligencia artificial por parte de Google. Durante años, los sitios web han permitido el acceso a los sistemas desarrollados por la firma para asegurar su aparición entre los principales resultados de búsqueda de la compañía. Sin embargo, parte de esta información se ha utilizado también para ayudar a Alphabet a desarrollar su IA.
A comienzos de año, la firma creó una herramienta para evitar esta práctica, pero no permite a los editores de sitios web no aparecer en los resúmenes de contenidos, que son un nuevo servicio generado a través de inteligencia artificial que resume información para el usuario. Además del enfado de la comunidad, el lanzamiento de la función no estuvo exento de críticas ya que muchos extractos ofrecían sugerencias sin sentido, como aconsejar a las personas que coman piedras o que pongan pegamento en la pizza.
El frente europeo
Más allá de las negociaciones entre Washington y Silicon Valley, Alphabet tiene otro foco de problemas en Bruselas. La Comisión Europea investiga al gigante tecnológico desde hace más de 14 años y lo ha multado con más de 8.000 millones de euros por tres casos que, por ahora, apenas está logrando rebajar en los tribunales
La opción de dividir al gigante tecnológico no es nueva en el Viejo Continente, y está incluida oficialmente en el pliego acusatorio publicado hace poco más de un año: su presencia en toda la cadena de la publicidad digital es tan abrumadora que llevó a los técnicos de la Comisión a concluir que cualquier solución parcial “probablemente sería ineficaz para evitar el riesgo de que Google continúe con estas conductas o se involucre en nuevas”. " Solo la desinversión obligatoria por parte de Google de una parte de sus servicios podría abordar sus preocupaciones sobre la competencia”, aseguran.
A la vuelta del verano se espera el fallo definitivo de uno de esos casos en el frente europeo: el de Google Shopping, 2.424 millones por privilegiar en las búsquedas sus servicios de compra y los de sus anunciantes en las búsquedas de Internet.
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