La empresa de calzado Marypaz prolonga su crisis y presenta un ERE para 276 trabajadores

Nuevo agravamiento de la prolongada crisis de la empresa de calzado Marypaz, propiedad de la sociedad Crocera Mors. El sindicato Comisiones Obreras ha advertido del expediente de regulación de empleo (ERE) dentro del concurso de acreedores solicitado en el Juzgado Mercantil de Sevilla por la compañía, y que afectaría a 54 tiendas (incluida la online) y a 276 trabajadores.

En un comunicado, la organización sindical ha señalado que el periodo de consultas del ERE concursal se inició el pasado 2 de agosto y, hasta el momento, la empresa ha hecho entrega de la documentación preceptiva. En ésta, según detalla CC OO, se indica que la causa que motiva el ERE y el cierre de las tiendas es “el deterioro en la demanda de sus productos y el aumento de pérdidas económicas”.

No obstante, ha informado de que se ha recibido una oferta por parte de un comprador que “posibilitaría el mantenimiento del empleo de parte de la plantilla”, pero el sindicato prefiere mantener “la prudencia para preservar la negociación del proceso”, según informa Europa Press.

CC OO también ha manifestado preocupación por la situación de la plantilla, teniendo en cuenta que se han dado tres concursos de acreedores y otros tantos ERE desde 2020, por lo que asegura que mantendrá la atención a todos los pormenores para garantizar el respeto a todos los derechos de los trabajadores.

El inicio de la crisis final

Fue poco antes de la pandemia cuando arrancó la última crisis de Marypaz. En el otoño de 2019, en un momento en el que todavía sumaba 229 tiendas repartidas por toda España y en torno a 1.000 empleados, se supo que el fondo Black Toro Capital —que ya las había rescatado en 2016— había solicitado su segundo concurso de acreedores en tres años. El primer accionista adujo no poder hacer frente a sus necesidades de circulante, cifrados en 15 millones de euros, para pagar a proveedores.

MaryPaz había pasado por un primer concurso en el año 2016, cuando la compañía estaba aún controlada por la familia Aguaded. Black Toro, tras inyectar 30 millones, consiguió alcanzar un acuerdo refrendado por la mayoría de los acreedores, que eran dueños de una deuda que alcanzaba los 100 millones de euros y aceptaron una quita parcial.

Ahora, ocho años después de aquel primer concurso de acreedores la empresa enfila lo que parece una recta final (si es que no fragua ese rescate parcial de plantilla al que apuntan los sindicatos). Según admite la propia empresa en su página web, ahora mismo suma apenas medio centenar de tiendas. Es decir, que el cierre previsto sería definitivo.

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