Cuerpo reitera su rechazo a la opa del Sabadell ante el empresariado catalán
El ministro de Economía apunta los elementos que van en contra de la absorción y subraya los efectos que la concentración bancaria tiene sobre la remuneración de los depósitos
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha reiterado este jueves su rechazo por enésima vez a la absorción del Banco Sabadell por BBVA, si bien ha admitido que de momento cuenta con “un elemento de decisión”. Su posición tomaba relieve, no obstante, por el lugar en el que se producía: la XXXIX Reunión del Círculo de Economía, uno de los principales puntos de encuentro de la burguesía catalana, que teme la operación y la pérdida de un actor de calado en la financiación de las pymes de la comunidad. De hecho, el escenario ha servido para ofrecer una imagen hasta ahora inédita: el presidente del Sabadell, Josep Oliu, hablando de forma distendida con el ministro, ante la presencia también del consejero delegado del banco, César González-Bueno.
Cuerpo ha desgranado los distintos argumentos utilizados hasta ahora por el Gobierno para posicionarse en contra de la desaparición del Sabadell, pero ha subrayado de forma especial uno analizado por un informe preliminar del Banco de España: la reducción de la competencia en España ha podido tener ya efectos en España, como señalaría la baja remuneración de los depósitos. Ni esa compensación al ahorro evoluciona al mismo ritmo que los tipos, ni España está en línea con el resto de países europeos y tampoco se está siguiendo la senda que sucedía en otras situaciones anteriores, cuando había más competidores en el mercado. “Es un caso específico en el que la falta de competencia ya es un elemento en detrimento de los clientes”, ha dicho Cuerpo, que también ha reconocido que podría pesar la alta capitalización de los bancos, lo que reduce su necesidad de financiación.
Cuerpo, que antes ya había dejado claro que el veto del Gobierno no está condicionado al grado de aceptación de la opa lanzada por el Sabadell, ha remarcado que el rechazo gubernamental nace de dos aspectos. Uno, el riesgo por la falta de competencia, y el otro de que la operación vaya con una operación hostil, no pactada, “lo que añade incertidumbre y volatilidad a los mercados”.
El ministro de Economía manifestado las reservas que genera el hecho de que las tres mayores entidades financieras en España (CaixaBank, Santander y BBVA) pasaran a controlar el 70% del mercado, una cifra muy superior a lo que sucede en los grandes países europeos. En Alemania, Francia e Italia, ha dicho, ese porcentaje no supera el 50% del mercado. Y en ese factor jugaría también la cuestión acerca de la inclusión financiera, que, según ha dejado ver, es menor cuando hay más entidades compitiendo. “No queremos dar pasos atrás”, ha afirmado.
Y después hay otro elemento con el que jugaba en territorio amigo. El de la “vertebración territorial” y que ha señalado que también afectaba a Comunidad Valenciana. “Tenemos que ser capaces de hacer que el crédito fluya a las pymes”, había afirmado antes de su comparecencia ante el auditorio, consciente de que ese es un tema de primer orden para el empresariado local, que teme perder un proveedor de dinero para sus operaciones diarias.
El BBVA prevé formalizar su petición de autorización para lanzar la opa en los próximos días. A partir de ahí, reguladores como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la de Competencia (CNMC) tendrá que decidir las condiciones, lo que abrirá un margen temporal de entre seis y ocho meses. El Gobierno, no obstante, tendrá capacidad de veto, gracias a la Ley de Ordenación y Supervisión Bancaria.
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