El comercio de bienes entre los países de la eurozona registra su mayor caída desde la Gran Recesión
El frenazo en los intercambios también afecta a las exportaciones españolas, que en el primer trimestre del año rompen la senda alcista iniciada tras la pandemia
Frenazo en el comercio, sobre todo dentro de las fronteras comunitarias. El intercambio de bienes entre los países de la eurozona registró en el primer trimestre del año su mayor caída desde la Gran Recesión, del 8,4%, de acuerdo con los últimos datos de Eurostat. Hay que remontarse a 2009, cuando la economía ya se había dado buena cuenta del descalabro que estaba causando la crisis financiera, para encontrar un retroceso mayor en un arranque de año. Este agotamiento también se ha replicado en el desempeño nacional: las exportaciones de España se contrajeron un 9% entre enero y marzo, frenando en seco la racha alcista inaugurada tras la pandemia y agrandando su déficit comercial.
¿Cuáles son las razones de este descenso tan marcado? Hay varios indicios que apuntan a que la ralentización económica europea ha pasado factura al intercambio de bienes. La zona euro entró en recesión técnica a finales de 2023 tras encadenar dos trimestres seguidos en negativo, con Alemania, la locomotora de Europa, a la cabeza de las caídas entre los grandes mercados de la moneda única —España, en cambio, fue a contracorriente y mantuvo su vigor—.
La actividad ha vuelto a ganar brío en el arranque de este año, con un repunte del 0,3% entre enero y marzo tanto en el área del euro como en el conjunto de la UE. Una vez más, Berlín ha marcado la diferencia, y ha sorprendido con un crecimiento del PIB del 0,2%, un resultado que vaticina una mejora del ciclo cuya consolidación habrá de esperar. “Veremos si la recuperación incipiente de Alemania ayuda a animar las exportaciones de bienes. Si no fuera así, estaríamos ante una señal anticipada de pérdida de competitividad industrial”, vaticina Raymond Torres, director de Coyuntura Económica del centro de análisis Funcas y profesor asociado en el Instituto de Empresa.
Los datos preliminares de la oficina estadística comunitaria, publicados este martes, aún no son suficientes para confirmar una mejora. Al contrario: el comercio de bienes entre los socios del euro, que se situó en los 650.770 millones de euros entre enero y marzo, fue inferior en un 8,4% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando superó con creces los 710.000 millones. Esta variación a la baja supone la primera caída en un primer trimestre del año desde 2020. En ese momento, cuando la pandemia aún no se había propagado con toda su virulencia, los intercambios se contrajeron un 4%. Solo en 2009 se registró una caída trimestral más acusada a la del arranque de 2024, con un batacazo superior al 20%.
Aunque en menor medida, también se resintieron las exportaciones de bienes desde la eurozona hacia mercados no comunitarios. Entre enero y marzo se redujeron un 3,2%, (704.959 millones de euros). Al igual que con el comercio interno, hay que escarbar mucho en la serie estadística para encontrar un retroceso mayor y llegar, una vez más, a 2009, cuando la caída fue del 20,9%. La debilidad de las importaciones en el mismo periodo (647.500 millones, un 12,3% menos), sin embargo, ha funcionado como un bálsamo que ha permitido conseguir un balance positivo. Las primeras estimaciones del saldo de la zona del euro arrojan un superávit de unos 57.500 millones en el comercio de bienes con el resto del mundo. Es decir, las exportaciones superaron en valor las importaciones en el primer trimestre de este 2024. Un año antes había sido lo contrario, con un déficit de unos 9.400 millones.
Los resultados del conjunto de la Unión Europea van en la misma línea. De enero a marzo, las exportaciones de bienes fuera del mercado único brindaron unos 628.800 millones de euros, una disminución del 3,3% en comparación con el mismo periodo del ejercicio previo, pero las importaciones se contrajeron más: un 13,4%, hasta los 580.000 millones. Como resultado, también la UE registró un superávit de 48.700 millones de euros, frente al déficit de 19.200 millones de 2023.
Déficit comercial de España
En España, en cambio, el saldo en el comercio de bienes con el resto del mundo fue negativo en 8.105 millones de euros en el primer trimestre, un déficit incluso superior al de hace un año (6.578 millones, con datos provisionales). Este es el resultado de una caída de las exportaciones del 9%, hasta los 93.429 millones de euros, también en este caso la más pronunciada desde el crac financiero, y un menor retroceso de las importaciones, del 7,1%, hasta los 101.534 millones. Según el Ministerio de Economía, Comercio y Empresas, que acaba de publicar su Informe mensual del comercio exterior relativo al mes de marzo, la causa principal es la reducción del superávit no energético, que de 1.639,3 millones bajó a 8,8 millones. Alimentación, bebidas y tabaco, bienes de equipo, productos químicos y sector automóvil han sido las categorías que más han tirado de las ventas. Las peores contribuciones fueron las del sector medicamentos, petróleo y derivados y productos químicos orgánicos.
En el mes de marzo, las exportaciones con destino hacia otros países europeos coparon el grueso del intercambio de bienes, un 62,9% del total. Pero, como reflejan también los datos de Eurostat, perdieron fuelle: la caída interanual fue del 19,3% comparado con el mismo mes de 2023. Las dirigidas a la zona euro retrocedieron un 20,2%, mientras que las ventas con destino no comunitario disminuyeron un 19,1% interanual, con resultados récord en el mes en algunos mercados: Turquía, México o la India, fuera de la UE, y Rumanía, Grecia y Letonia dentro del mercado único.
En su informe, el ministerio alega que en el descenso de las exportaciones en el trimestre ha influido un efecto calendario, y que descontándolo la caída de las exportaciones se quedaría en menos de la mitad. “Podría ser el efecto de la Semana Santa, que este año fue en marzo, y por tanto habrá que esperar el dato de abril para evaluar plenamente la situación. Pero mi sensación es que las exportaciones de bienes pierden terreno. De momento, esto se compensa con la debilidad de las importaciones y el vigor de los servicios. Las exportaciones de servicios, turísticos y no turísticos, siguen avanzando, lo que mantiene el superávit externo”, argumenta Torres. “Esto no quita que el comercio de bienes anda regular, sobre todo con la UE, que registra un fuerte desplome”, concluye.
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