Europa vuelve a crecer tras más de un año estancada
España es, de los grandes países de la UE, el que más crece. La inflación en la zona euro se queda en 2,4% y se mantiene cerca del objetivo que persigue el BCE
La economía europea vuelve a crecer tras más de un año estancada, flirteando con la recesión técnica o escapando de ella por una décima arriba o abajo. La actividad económica creció un 0,3% durante el primer trimestre del año tanto en la zona euro como en el conjunto de la Unión Europea, según los datos divulgado este martes por Eurostat. Un dato mejor de lo esperado que se completa con otro que, al menos, no es mala: la inflación se quedó en el 2,4% en el área monetaria, cerca ya de ese objetivo sacrosanto que se marca el Banco Central Europeo del 2%, una tasa que hace apenas medio año se veía lejos.
Cuando comenzó la invasión de Ucrania, la economía europea se enfrió de golpe. El vigoroso crecimiento con el que salía de la crisis de la pandemia —algo trastabillado por los cuellos de botella y las carencias de suministros— se truncó. La dura recesión que entonces algunos vaticinaban no ha hecho acto de presencia, pero sí un estancamiento que se ha prolongado durante más de un año. El pobre desempeño de los países situados en el corazón de Europa, como Alemania, Austria o Páises Bajos, más dependientes de la energía rusa, lastró la economía del Viejo Continente. Entre el último trimestre de 2022 hasta el comienzo de 2024, los datos económicos de la UE mostraban una actividad estancada: incluso ha habido una pequeña recesión técnica en la zona euro en la segunda mitad del año pasado.
Ese repunte que se ha visto al comienzo de año muestra, una vez más, el peso que tiene Alemania en el conjunto de la economía europea. Entre enero y marzo, con sorpresa, Alemania ha crecido un 0,2%. Venía de caer medio punto en el último trimestre de 2023 y de tener comportamientos planos en los periodos precedentes. En este, en cambio, ha mostrado algo de movimiento. No es que sea una salida vigorosa, pero sí parece que hay un “punto de inflexión”. Así lo creen, por ejemplo, los economistas del servicio de estudios de ING: “Los datos de hoy [por este martes] sobre el crecimiento del PIB son casi el paso natural siguiente a la mejora de los indicadores de confianza y al repunte de la actividad desde principios de año. El ciclo ha empezado definitivamente a mejorar. A juzgar por los datos de las ventas minoristas de marzo publicados esta mañana, incluso el consumo privado parece mostrar por fin los primeros indicios de recuperación. Este repunte cíclico parece que continuará en el segundo trimestre”.
A Alemania se ha sumado Francia, que también ha tenido un comportamiento mejor de lo que se esperaba. Ha crecido un 0,2%. Y si las dos principales economías, no restaban y, aunque fuera poco, ponían su granito de arena, las dos siguientes (Italia y España) han tirado con más fuerza. Italia ha crecido un 0,3% y España ha empujado con fuerza, un 0,7%, lo mismo que Portugal. Hungría, Lituania o Letonia han mejorado el dato español en una décima e Irlanda, en cuatro, pero su contribución al conjunto de la UE es mucho menor.
Este buen comportamiento en el primer trimestre del año, todavía tiene que enfrentarse a varias dudas. Algunas de ellas se veían este lunes en los indicadores adelantados de la Comisión Europea: el índice de sentimiento económico retrocedía en la zona euro y quedaba en 95,2 puntos (todo lo que esté por debajo de 100 no es un resultado negativo). También el referente del empleo retrocedía, aunque este sí que se mantenía por encima de 100. Este número demuestra que es otro síntoma de que ha sido la fortaleza del mercado laboral en la UE la que ha evitado que la crisis económica provocada por la invasión de Rusia y la subida de precios de la energía haya sido mayor, de hecho, la tasa de desempleo sigue en un históricamente bajo 6%.
“Aunque no se vislumbra un repunte vigoroso, la economía de la eurozona ha entrado claramente en una fase mejor, con recuperación económica, bajo desempleo e inflación más moderada”, señalan desde ING.
Para que el repunte sea más “vigoroso”, será clave que la inflación continúe con su senda de moderación. El 2,4% de abril en el índice general es el mismo dato que en marzo. Pero no es en otros indicadores que también han tenido un papel destacado en los últimos meses. Ahí sí que ha habido cambios y en la mayoría de ellos han sido a la baja. Y esto puede dar pie a que el Banco Central Europeo, al menos, no demore más la anhelada previsible rebaja de tipos, lo que acabaría por ser un estímulo económico.
En la medida en que los precios parecen controlados y la inflación general ya próxima al 2%, los pronósticos apuntan a una reducción del precio oficial del dinero en junio. Si finalmente toma esta decisión, esto abarataría el crédito y podría impulsar la inversión y el consumo.
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