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Los cambios de compañía de luz y gas se disparan desde la crisis energética

Uno de cada siete hogares ha aceptado una oferta de la competencia en el último año, frente a los menos de uno de cada diez que lo hacían antes del estallido de precios

Ignacio Fariza
Compañias electricas
Un usuario consulta la factura de la luz en su teléfono móvil.ÓSCAR CORRAL

La crisis energética parece haber hecho a los hogares españoles mucho más conscientes de los muchos euros que se marchan por el sumidero de los malos contratos energéticos, una fuente inagotable de beneficios para las grandes empresas del sector y de pérdidas para los pequeños consumidores. Si antes de la inédita escalada de precios de 2021 y, sobre todo, de 2022, apenas una de cada diez familias habían cambiado de comercializadora en los doce últimos meses, hoy son uno de cada siete. Una subida notable y que, lejos de remitir con el reciente aterrizaje de precio de estos suministros, ha seguido agitando el mercado. Sobre todo, en el caso del gas.

El 13,9% de los hogares españoles cambió de eléctrica en el cuarto trimestre del año pasado, según los datos publicados este viernes por la Comisión de los Mercados y la Competencia (CNMC). Una cifra que crece hasta el 14,4% en el del gas natural. En ambos casos, los cambios de proveedor energético son notablemente mayores que los que se registran en los otros tres rubros analizados por el regulador: banda ancha fija, telefonía móvil y televisión de pago.

En el caso de la energía, el motivo de la permuta es claro en la mayoría de casos: más del 80% lo hace para tratar de abaratar su recibo. La mayoría, además, califica el proceso de “muy fácil”, “bastante fácil” o “fácil”. Entre los que optaron por no cambiar de proveedor de luz y gas, las dos principales razones esgrimidas fueron que o bien estaban “contentos” con su tarifa actual o bien que, incluso no sabiendo si su operador le ofrece unas buenas condiciones, no creía que pudiera ahorrar mucho con el cambio. Un error, este último, muy común en multitud de hogares.

Si se amplía el foco, sin embargo, las cifras denotan una histórica reticencia de muchas familias a cambiar de energética: solo el 44% de los consumidores de gas y el 43% de los de luz ha cambiado alguna vez de compañía, frente a —por ejemplo— el 58% de los de internet en casa. Todo, a pesar de las muchas opciones para rebajar la factura —son legión los hogares que están pagando más de lo que deberían por sus suministros— y de herramientas como el comparador de facturas de la propia CNMC.

Aunque los datos publicados este viernes no ofrecen detalles sobre el tipo de mercado en el que se producen estos cambios, los últimos datos del regulador ya apuntaban a una tendencia de vaciamiento del libre —el que más clientes ganó en la crisis energética, cuando los hogares buscaban la protección, aunque con coste, de las tarifas fijas— en favor del regulado.

En cuanto a las cláusulas de permanencia, cada vez menos habituales en los contratos energéticos, siete de cada diez consumidores de luz y gas afirma no haber suscrito ninguna con su comercializadora. Los que sí lo han hecho no llegan a una de cada diez —y bajando—. El resto, algo más del 20%, lo desconoce.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.
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