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Festín de dividendos a costa de sueldos

La retribución a los accionistas ha tocado máximos en 2023 hasta los 1,54 billones de euros en todo el mundo

Andreu Missé
la bolsa en directo
Panel informativo con la evolución del Ibex 35 en la Bolsa de MadridVega Alonso (EFE)

Es difícil mirar a otro lado ante el festín de millones de euros que están repartiendo las empresas a sus accionistas. Destacan los bancos europeos, que distribuirán un volumen de ganancias histórico: 74.000 millones de euros en dividendos y otros 47.000 millones mediante la recompra de acciones, según UBS. Las noticias se entremezclan con total normalidad con otros récords como los relativos a la pobreza infantil, los precios de los alquileres o el estancamiento de los salarios.

El extraordinario reparto de beneficios es un fenómeno generalizado. El estudio de Janus Henderson del pasado marzo, que analiza a las 1.200 mayores empresas del mundo, destaca que “los dividendos mundiales alcanzaron la cifra récord de 1,66 billones de dólares (1,54 billones de euros) en 2023, un 5% más”. Europa fue uno de los motores, con un récord de distribuciones que aumentaron un 10,4% interanual. “Los bancos distribuyeron una cifra récord y a ellos se atribuye la mitad del incremento de los dividendos mundiales”.

En las empresas españolas, los dividendos pagados “se dispararon un 23,4%”. El estudio detalla que “el 40% del crecimiento provino de los bancos, y las eléctricas también realizaron una contribución importante”. Unos resultados que “reflejaron el hecho de que los mayores tipos de interés impulsaron los beneficios”.

El contraste entre el mejor comportamiento de las ganancias del capital frente a las obtenidas por los trabajadores fue objeto de una esclarecedora investigación, Salarios y rentas de capital en la empresa española: enseñanzas sobre la desigualdad, de los profesores Emilio Huerta (Universidad Pública de Navarra) y Vicente Salas Fumás, (Universidad de Zaragoza), publicado en Papeles de Economía N.º 167, 2021. El trabajo estima que la crisis económica financiera de 2008 y la crisis sanitaria–económica de la covid–19 “refuerzan la convicción entre amplios colectivos sociales de que el aumento de la desigualdad y el deterioro del medio ambiente son consecuencia de un mal funcionamiento del capitalismo como sistema económico dominante, y por ello plantean la necesidad de reformarlo con el objetivo de conseguir una sociedad más próspera pero también más inclusiva y más sostenible”.

La investigación analiza la distribución de la renta en las empresas entre trabajadores y beneficios entre 2000 y 2019. El resultado muestra la pérdida de peso de la participación de la retribución del trabajo en el valor añadido de las empresas en siete puntos porcentuales entre 2007 y 2014, estabilizándose a partir de ese último. Entre las posibles causas apuntan a “un aumento en el poder de monopsonio (tipo de monopolio cuando solo hay un comprador en varios lugares) de las empresas en el mercado de trabajo y a la pérdida de poder negociador de los trabajadores”. Proponen “una mayor voz y mayor capacidad negociadora de los trabajadores dentro de la empresa”.

En este escenario, tiene mucho sentido la proposición no de ley de Sumar que plantea la participación de los trabajadores y sindicatos en los consejos de administración para un funcionamiento “más democrático de las empresas”.

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