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Pallete reivindica el valor “estratégico” de Telefónica ante la entrada de la saudí STC y el interés de la SEPI

La operadora se compromete en su nuevo plan estratégico a mantener el dividendo actual hasta 2026 y elevar la rentabilidad un 2% anual

José María Álvarez-Pallete interviene en la última junta de accionistas de Telefónica, celebrada en abril pasado en Madrid.
José María Álvarez-Pallete interviene en la última junta de accionistas de Telefónica, celebrada en abril pasado en Madrid.Marta Fernandez Jara
Cristina Galindo

El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha defendido este miércoles el valor “estratégico” de Telefónica ante el interés de la operadora saudí STC y del brazo inversor del Gobierno, la SEPI, por la compañía española. “Estamos de acuerdo en que somos estratégicos, y somos estratégicos a nivel europeo. El sector es estratégico”, ha afirmado preguntado al respecto tras el primer gran cónclave de Telefónica con inversores desde 2012. También ha aprovechado para reclamar una desregulación completa del sector en la UE. El objetivo del encuentro, celebrado en Madrid, ha sido la presentación del nuevo plan estratégico del grupo, que marcará su gestión hasta 2026, y que está centrado en mantener el dividendo actual y mejorar la rentabilidad.

“Somos la clave de la conectividad del futuro. Lo que no se entiende es que se nos regule con reglas del siglo pasado. Por lo tanto lo único que pedimos es una cosa, es que se nos desregule, que se nos deje competir. Que se nos deje competir en igualdad de condiciones como cualquier otro jugador, porque las reglas que dieron lugar a esta regulación se han quedado obsoletas”, ha dicho Álvarez-Pallete. La pregunta sobre el interés de STC y la SEPI sobre compañías estratégicas como Telefónica ha sido realizada por un asistente una vez finalizada la retransmisión del evento —abierto solo a inversores, no a la prensa— a través de la web de la compañía, que ha distribuido más tarde un vídeo con la respuesta.

Poco más se ha dicho en el encuentro sobre el papel que van a jugar STC, que ha tomado el 4,9% del capital y tiene opciones para hacerse con otro 5%, y la SEPI, que ha admitido que explora una eventual compra de acciones en la empresa, 26 años después de que fuera privatizada. La operación de la compañía estatal saudí está pendiente de la autorización del Gobierno, al considerar Telefónica como estratégica y tener, además, contratos con el Ministerio de Defensa. La entrada del Estado en capital buscaría equilibrar la representación de accionistas españoles en Telefónica.

Durante dos horas, Álvarez-Pallete y los principales ejecutivos del grupo han presentado en la sede de Telefónica el plan estratégico, bautizado como GPS (por crecimiento, rentabilidad y sostenibilidad) y han respondido las preguntas de los asistentes. La cúpula de la empresa ha prometido a los accionistas un pago mínimo anual en efectivo de 0,30 euros por título durante los próximos cuatro ejercicios —en total, unos 7.000 millones de euros— y ha anunciado un crecimiento anual del 1% de los ingresos y del 2% del resultado operativo (Ebitda). También ha reconocido una reducción “progresiva” de las inversiones sobre ventas, que se situará por debajo del 12% en 2026, dos puntos por debajo de objetivo de 2023.

Álvarez-Pallete se ha referido a Telefónica como un “supercomputador”. “No somos solo una compañía de telecomunicaciones”, ha afirmado. La unidad de servicios digitales, Telefónica Tech, será la que más verá crecer sus ingresos entre 2023 y 2026, a un ritmo anual medio del 18%, hasta 3.000 millones de euros. La compañía también pronostica un crecimiento significativo de Telefónica Infra, la unidad creada en 2019 para aflorar y desarrollar el valor de las infraestructuras de telecomunicaciones de la compañía. Así, prevé que su “huella de fibra para el hogar” pasará de estar presente en 20 millones de viviendas actuales a 30 millones en 2026.

Aunque los objetivos para el próximo ejercicio se precisarán en febrero, Telefónica anticipa que la generación de caja crecerá en 2024 en torno al 10% y que las inversiones sobre ventas bajarán del 14%. “Este escenario se basará tanto en la disminución de la intensidad de capital como en la ambición del grupo de aumentar los ingresos y el Ebitda”, según un comunicado difundido antes del Día del Inversor. Durante el periodo que dure el plan, los ingresos crecerán a un ritmo del 1% anual y un 2% el resultado bruto de explotación (ebitda). La deuda financiera neta seguirá encogiendo, según la empresa, y pasará a una ratio entre 2,2 y 2,5 veces el ebitda en 2026.

Presionada por la caída del precio de la acción, que ha bajado un 45% desde la presentación del anterior plan en 2019, Telefónica debe convencer a los inversores de que su hoja de ruta puede incrementar la cotización y mejorar la rentabilidad. Para lograrlo, cuenta con impulsar los segmentos B2C (de empresa a cliente final) y B2B (entre empresas), incrementar los ingresos derivados de la relación con sus socios, mejorar la eficiencia y mantener el perfil con “una menor inversión”.

El anterior plan estratégico 2019-2022 se centraba en España, Brasil, Reino Unido y Alemania como mercados clave, la creación de las unidades de Tech e Infra y la separación (spin-off) de Latinoamérica (salvo Brasil) para darle una salida por venta total o parcial. El objetivo de la reducción de deuda se ha cumplido gracias a la venta de activos como las torres de Telxius o las filiales centroamericanas, pasando de los 37.800 millones de euros cuando se aprobó el plan a finales de 2019 a los 26.537 millones a finales de septiembre pasado. También se han consolidado los mercados de Reino Unido, con la fusión de O2 con Virgin Media; en Brasil, con la adquisición de los activos de móvil de Oi; y en Alemania, con la alianza establecida con Deutsche Telekom y Vodafone para la compartición de redes y la compra de Be-Terna.

Pero los intentos de hacer caja con las antiguas filiales hispanoamericanas (México, Colombia, Venezuela, Ecuador, Uruguay, Chile, Argentina y Perú), bien mediante una venta o por salida a Bolsa, no han tenido éxito. Ni tampoco se ha podido dar entrada a inversores en Tech como se pretendía. Con todo, lo peor ha venido en el objetivo fallido de creación de valor para el accionista. El 27 de noviembre de 2019, la fecha de presentación del anterior plan, la cotización era de 6,78 euros por título. Cuando anunció el nuevo plan, en junio, la acción cerró en 3,81 euros. Este miércoles cerró en los 3,69 euros, un 0,43% menos que el martes y un 45% menos que en 2019.

Uno de los pilares del nuevo plan va a ser el plan de bajas incentivadas que Telefónica pretende que afecte a un máximo de 5.000 trabajadores, aproximadamente un tercio de la plantilla de la filial española. Se trata del cuarto plan de bajas voluntarias que aplica la operadora en la última década. Preguntado por los detalles de este ajuste, el consejero delegado, Ángel Vilá, ha indicado que aún se tienen que negociar con los representantes sindicales y que el objetivo es adaptar la plantilla a las nuevas necesidades, con perfiles más tecnológicos. “Hay nuevas formas de trabajar y de atraer talento”, ha dicho.

La operadora también ha publicado este miércoles los resultados del tercer trimestre, con un crecimiento del beneficio neto del 9,3% respecto a igual periodo del año pasado, hasta 502 millones de euros. Mientras la cifra de negocio se ha estancado hasta 10.321 millones, un 0,2% menos, por la caída de los ingresos en Argentina. La operadora continúa la senda de reducción de deuda, que se sitúa en 26.537 millones, 942 millones menos, y ha confirmado sus previsiones para el conjunto del año, que ya fueron revisadas al alza en julio.

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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