La deuda global bate un nuevo récord ajena a la escalada de tipos
La suma de los pasivos de gobiernos, empresas, bancos y hogares rompe siete trimestres consecutivos a la baja y alcanza el 336% del PIB mundial
Ajena a la abrupta subida de los tipos de interés, la pila de deuda sigue creciendo. El saldo vivo de pasivos públicos y privados a escala global sumó 10 billones de dólares (9,3 billones de euros, siete veces el PIB español) más en la primera mitad de 2023, según los datos publicados este martes por el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés, una suerte de patronal mundial de la banca). Con este nuevo aumento, el volumen total de deuda pendiente de repago queda en 307 billones de dólares, un nuevo récord y 100 billones más que hace una década.
El repunte supone, además, revertir la tendencia de los siete últimos trimestres, en los que la deuda conjunta de gobiernos, empresas, firmas financieras y hogares había picado ligeramente a la baja. El origen está, fundamentalmente, en los países ricos, en los que —paradójicamente— más han aumentado los tipos de interés: Estados Unidos, Japón, el Reino Unido y Francia lideraron el aumento de la deuda entre enero y junio de 2023. En el bloque emergente, los principales catalizadores del incremento fueron China, India y Brasil.
En términos relativos, la deuda acumulada supone ya el 336% del PIB global, dos puntos porcentuales más que a cierre del año pasado. Más allá del propio incremento del saldo vivo, hay una variable adicional: el atemperamiento de los precios, tras un periodo en el que la escalada del IPC había laminado deuda.
“El repentino aumento de la inflación fue el principal factor detrás del fuerte descenso en la ratio [sobre PIB] en los dos últimos años, permitiendo a Estados y empresas reducir sus pasivos en moneda local”, explican los técnicos del IIF en su último informe trimestral, titulado de forma elocuente En busca de la sostenibilidad. La tendencia, sin embargo, ha cambiado: “Con las presiones salariales y de precios moderándose, aunque no regresando aún a los niveles objetivo [de los bancos centrales], prevemos que la ratio supere el 337% del PIB a finales de año”.
“Alarma” emergente
La deuda pública de los países emergentes, China excluida, creció ligeramente en los seis primeros meses del año hasta alcanzar el 57% del PIB, con un aumento en las emisiones de bonos denominados en euros, para protegerse frente a la fortaleza del dólar. “Los niveles de deuda pública están en niveles alarmantes en muchos países [emergentes]”, avisa el IIF. “Y aún más preocupante es el hecho de que la arquitectura financiera global no esté preparada para gestionar los riesgos asociados a tensiones en los mercados domésticos de deuda”.
La drástica subida de los tipos de interés —en la eurozona y en EE UU no hay precedentes de una escalada tan rápida en el precio del dinero— se está dejando sentir en la composición de la deuda, con una pérdida de peso del crédito bancario a hogares y empresas no financieras. “La mayor inflación, el aumento en los costes de endeudamiento y las normas crediticias más estrictas han disminuido significativamente la creación de deuda bancaria en los últimos meses”, apuntan los economistas del IIF. En paralelo, y como si de vasos comunicantes se tratara, la actividad en los mercados privados de crédito continúa expandiéndose “a pesar del mayor escrutinio de los reguladores”.
La deuda familiar en los países ricos, en mínimos de dos décadas
En las radiografías económicas, los detalles son casi tan importantes como la imagen general. La deuda de las familias muestra dos patrones claramente diferenciados a escala global: a la baja en el mundo rico; al alza en el bloque emergente. Mientras el estirón del crédito en países como China, Corea del Sur o Tailandia mantiene el endeudamiento sobre PIB de los hogares en niveles claramente superiores a los de antes de la pandemia, en los países de mayor renta la tendencia es la contraria: allí, la ratio de deuda familiar cayó en el primer semestre de 2023 a su nivel más bajo en dos décadas.
“La deuda de los consumidores permanece en niveles manejables en los mercados maduros, y eso ofrece un margen adicional para que los bancos centrales continúen con el ajuste monetario en caso de que las presiones inflacionarias persistan”, concluyen la patronal bancaria global.
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